Libertad lingüí­stica en Euskadi

El modelo L

Una concentración esperada. Después de las movilizaciones de Barcelona (Ciutadans) y Santiago (Galicia Bilingüe) la plataforma por la libertad de elección lingüí­stica en la enseñanza ha convocado una concentración en Bilbao mañana sábado a las 12, donde presentarán el decálogo «Por la libertad de elección lingüí­stica».

El decálogo reclama el oder usar castellano y euskera en los distintos niveles educativos (plurilingüismo asentado en la lengua materna) y apuesta por una normalización lingüística con criterios de “promoción y estímulo en lugar de imposición”, una imposición que se plasma en convertir el euskera en la lengua exclusiva, por inmersión, del sistema educativo. Esta concentración se va a realizar tan sólo 3 días después de que un informe del Parlamento europeo defendiera que se pueda elegir la lengua en que se educa a los hijos y pidiera a los estados que no promuevan un idioma a costa de discriminar a otro en los países donde haya una o más lenguas cooficiales o regionales. Este informe no tiene carácter vinculante pero sí peso político, ha sido elaborado por Vasco Graça Moura, un reputado poeta portugués y eurodiputado del Partido Popular Europeo que advierte de “el error de promover una lengua a costa de los derechos de los habitantes de otra, o a través de cualquier forma de coacción o discriminación que los ignore o lesione”. El rechazo al documento ha unido a PSOE, CiU, PNV e Iniciativa per Catalunya que, como era de esperar, insisten en que las propuestas en torno a la libertad de elección segregan a los alumnos. Su forma peculiar de resolver las contradicciones lingüísticas consiste o bien en la inmersión lingüística para todos o bien en introducir el inglés. Monolingüismo impuesto o trilingüismo descafeinado. Todo menos reconocer la realidad bilingüe de las comunidades afectadas. Promover por estímulo o por eliminación del otro es una contradicción que recorre el uso político de la lengua, la cultura y el “hecho diferencial” de cada territorio periférico de España. Un uso que puede derivar en mayor libertad o en más opresión. Y esto no divide, contra lo que se podría pensar por la existencia de terrorismo en el País Vasco, a los llamados nacionalistas “demócratas” de los violentos “radicales”. Se trata de una forma de pensar, de concebir, profundamente arraigada en el nacionalismo excluyente. Sólo cabe recordar, salvando las distancias, aquella resolución del gobierno vasco donde se instaba a la protección de la raza vasca de gallinas, no primando y premiando su crianza, sino llamando a… ¡la eliminación del resto!

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