A comienzo de año en España ya había tres millones de funcionarios. El 16,6% de los empleos del país, cuyas nóminas les cuestan a los contribuyentes 108.000 millones de euros. Porque el sector público no crea empleo y, cuando lo hace, es a costa de disparar el gasto de las arcas del Estado.
Según el informe de IESE y Adecco, en el rimer trimestre de este año el volumen de contratos de empleados públicos se ha disparado un 5,4%, se trata del mayor aumento de los últimos seis años. Contradictoriamente en este mismo periodo las empresas han aumentado la destrucción neta de empleo un 8,1%. Mientras cada día del último año más de 5 mil trabajadores quedaron en paro, en el sector público se contrataron 430 trabajadores cada día, 8 de cada 10 funcionarios. Igual historia se repite en las comunidades autónomas y los ayuntamientos, son quienes más empleados han contratado en España en los últimos años y esta tendencia aumenta con el paso de los meses, con el consiguiente mayor endeudamiento, de la ya megaendeudada, administración regional. Una historia del “crecimiento” económico español se repite: el “modelo funcionarial” forma parte del mismo esquema del “modelo del ladrillo”; un bucle sin fin –y sin fondo- en que nos hunde nuestro gobierno. No hay ni una señal que indique el inicio de un cambio en el modelo productivo que nuestro país necesita con tanta urgencia. Las cifras de contratación de funcionarios cumplen el papel de cirugía estética a los alarmantes datos “oficiales” de desempleo del Ministerio de Trabajo. Se emplea el dinero de los contribuyentes para pagar puestos de trabajo dominantemente temporales y de baja cualificación, que sobra decir, no aumentan la productividad de la economía. Pero, además, al calor de la crisis no crecen los opositores sino los enchufados, el auge de los “asesores”, “consejeros” y cargos sin fundamento en la administración, crecen sin parar. Por otro lado, no existen las políticas para frenar la destrucción de empleo productivo y generar nuevos puestos de trabajo. Pero la realidad es que aunque se adornen las cifras del desempleo incrementando la contratación temporal de funcionarios, es inocultable que para que la economía española cree empleo el PIB debe crecer al 2%, frente al 8% de caída libre del PIB español lo que va de año. Hace falta un cambio de modelo económico que ponga los recursos del estado al servicio de la creación de riqueza y empleo productivo.