CCOO y UGT de Andalucí­a exigen a empresarios y bancos que cumplan, ante la crisis, "con su responsabilidad moral y social"

El mito del capitalismo civilizado

CCOO y UGT de Andalucí­a han anunciado «las mayores movilizaciones de los últimos veinte años», con el objetivo de que «los trabajadores condicionemos la salida de la crisis». Bien está que los sindicatos mayoritarios, tras años de imponer un sindicalismo de gestión que sólo ha cosechado la pérdida progresiva de derechos laborales, recuperen ahora la bandera de la movilización. Pero resulta incomprensible que los secretarios generales de los dos sindicatos coincidan en exigir a los grandes empresarios, y especialmente a la banca, que «asuman la responsabilidad social y moral de reinvertir parte de los beneficios en la sociedad». ¿Es que el capital, y especialmente el financiero, conoce otro código «social y moral» que no sea el de maximizar sus beneficios intensificando la explotación? ¿Acaso podemos esperar un «capitalismo civilizado», que «reinvierta parte de los beneficios en la sociedad»… o solo existe la posibilidad de forzar, mediante la presión y la movilización popular, una salida a la crisis favorable a los trabajadores?

"Estamos disuestos a combatir con todas las armas de la movilización". Así se expresaban en Córdoba, al término de una manifestación los secretarios generales de CCOO y UGT en Andalucía. Anunciando un calendario de movilizaciones -"como no se han conocido en 20 ó 30 años"- que culminarán en grandes manifestaciones el uno de mayo en las principales ciudades.Los dos sindicatos mayoritarios no descartan una huelga general, aunque "conscientes de que esto va para largo", prefieren intensificar las movilizaciones para que "los poderes económicos y públicos entiendan que esta crisis no puede saldarse con una mayor pérdida de derechos para los trabajadores y una situación generalizada de desempleo".Con esta iniciativa, CCOO y UGT en Andalucía se suman al sentir mayoritario de los trabajadores, cuyo nivel de "cabreo social" aumenta conforme sufrimos las consecuencias de la crisis.Nadie puede entender que, con casi cuatro millones de parados, y padeciendo una catarata de EREs y amenazas de drásticos recortes sociales -abaratamiento del despido, eliminación de la negociación colectiva…- los sindicatos mayoritarios estén desaparecidos en combate.Debemos exigir que CCOO y UGT cumplan con la palabra dada de impulsar las movilizaciones.¿Pero cuál es el objetivo de esta lucha? ¿Qué norte debe presidir las movilizaciones?Aquí es donde los secretarios generales de CCOO y UGT tropiezan estrepitosamente. Al anunciar la cadena de movilizaciones, ambos apelaron a "la responsabilidad moral y social de los grandes empresarios, que han ganado muchísimo dinero, frente a la sociedad de repartir sus beneficios, que tendrán a buen recaudo", y llamaron a la banca a "cumplir su vocación de servicio público y abrir el grifo a las familias y las pymes, para facilitar que la economía funcione".El león puede cazarse, e incluso encerrarlo en una jaula y exhibirlo en un zoo. Pero jamás, si uno no quiere correr el riesgo de ser devorado, se puede aspirar a convertirlo en vegetariano y actuar como si fuera un gato.Pensar que la banca tiene su razón de ser en ofrecer un "servicio público", o que a los propietarios del capital les corresponde "la responsabilidad moral y social" de repartir sus beneficios, es dar crédito a las milongas más extravagantes del capitalismo.Frente a la "literatura oficial" del capitalismo, que otorga al capital "la función social" de impulsar la producción, el capital sólo busca su permanente revalorización, maximizando los beneficios.Y eso sólo puede hacerse explotando a la fuerza de trabajo, robándole las horas de vida y trabajo que constituyen la plusvalía.Esperar un "capitalismo civilizado", donde la burguesía renuncie a parte de sus beneficios en aras de "su responsabilidad social y moral" es desarmar por completo a los trabajadores. Difundiendo que la crisis ha sido provocada "por la excesiva voracidad de algunos capitales desenfrenados". Y que la alternativa es, por tanto, someter a control público al capital.En las épocas de crisis, cuando aparecen las pérdidas, se intensifica el afán natural del capital por cargar la factura sobre los trabajadores, intensificando la explotación.La única receta para forzar una salida a la crisis en beneficio de los trabajadores pasa por incrementar la organización y la movilización.

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