SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El Milanesado

El Milanesado ha movido pieza en Madrid. Me explico. El Milanesado es el nombre que podríamos dar al conjunto de intereses políticos y empresariales italianos en España. Una denominación con cierta ironía histórica. Entre los siglos XVI y XVIII, el Ducado de Milán, fundado en 1395 por la familia Visconti, estuvo bajo dominio español. Dominio estratégico de los Austrias españoles en el norte de Italia, con la consiguiente capacidad de presión sobre la Roma pontificia. Al morir Carlos II sin herederos –atención, organizadores del tricentenario de 1714– el Milanesado se convirtió en valiosa pieza del gran combate europeo por la sucesión en el trono de España. Milán no fue Barcelona. Allí ganaron los Austrias de Austria.

Con un paréntesis napoleónico, Milán fue austriaca hasta la unificación italiana de 1861, convirtiéndose en la principal plaza económica del nuevo país. Fruto de esa conjunción, nació, en 1876, el Corriere della Sera, llamado a ser uno de los grandes diarios comerciales de Europa. El Corsera es la historia moderna de Italia. Moldeada por los grandes avatares del siglo XX, en su propiedad hoy participan de manera sindicada los principales grupos industriales y financieros del país. Il sindacato, dicen en Milán.

A finales del siglo XX, il sindacato se interesó por un diario madrileño de nuevo cuño. Uno de los hombres fuertes del Grupo Rizzoli –sociedad editora del Corriere– era en aquel momento Cesare Romiti, consejero delegado del grupo automovilístico Fiat. Un verdadero condottiero industrial. Un ejecutivo de hierro. Hombre de confianza de la familia Agnelli durante décadas, al jubilarse obtuvo como premio una posición muy influyente en Rizzoli. Y le gustó poner pie en España. Cesare Romiti no había digerido muy bien la entrada del grupo alemán Volkswagen en Seat, cuando Fiat, gran promotora de la automoción española en los años sesenta, decidió abandonar Barcelona. A Romiti le hubiese gustado mantener el control de la gran red comercial de Seat en España. Resumiendo: no simpatizaba mucho con Felipe González.

Así surgió el segundo Milanesado, el de Madrid. Unos años antes, con los buenos oficios del líder socialista Bettino Craxi, el empresario milanés Silvio Berlusconi había obtenido en Madrid la concesión de un canal de TV (Tele 5). Otra empresa milanesa, De Agostini, tomó participación en Antena 3. El nuevo Milanesado alcanzó su máxima expresión en el 2007, cuando Enel, compañía pública italiana de electricidad, tomó el control de Endesa. Televisión privada, publicidad, un diario influyente, la primera compañía eléctrica, con centrales nucleares y relevantes posiciones en Latinoamérica. El peso de Italia en España.

Cada rama de la industria tiene su afán y algunos medios de comunicación –algunos, no todos– han sido víctimas de la burbuja. Confiaron en la turboEspaña, especialmente acelerada en Madrid, apalancaron y arriesgaron mucho.

Con un pasivo de 400 millones, la propiedad italiana decidió ayer el relevo del director del diario El Mundo, Pedro José Ramírez, personaje de notable impronta en la crónica de los últimos 25 años. Están cambiando las relaciones de fuerza en Madrid. Tiempo de ajustes y reajustes en una España descentrada y agitada. En estos momentos hay paz entre los gobiernos de Roma y Madrid. Y Fiat se aleja del norte de Italia. Absorbe Chrysler, desplaza la sede social a Holanda y la fiscal al Reino Unido. Todo cambia.

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