Ciclo de Escuelas Populares de Marxismo sobre "Ideologí­a, filosofí­a y ciencia"

El marxismo que vos matasteis goza de buena salud

Si una persona hubiera permanecido en coma durante los últimos veinte años, y despertara ahora, se llevarí­a una tremenda sorpresa. ¿Cómo dice? ¿»El Capital» convertido en éxito de ventas? ¿Pero no estaba el marxismo muerto y enterrado para siempre? Ha bastado el estallido de la crisis, para que muchos se dirijan hacia el marxismo en busca de las respuestas que los analistas burgueses son incapaces de dar. Sin embargo, a pesar de que el marxismo es el único capaz de explicar el aparente caos de las crisis capitalistas, sobre él se cierne una permanente campaña de desprestigio. Y no puede ser de otra manera.

El marxismo no es una simle doctrina económica, no es tampoco -como afirma una parte de la izquierda empeñada en renunciar a la más poderosa herramienta de transformación que los pueblos han dispuesto- “una más de las corrientes emancipadoras que han contribuido a hacer un mundo mejor”. El marxismo es la ideología, la filosofía y la ciencia del proletariado. La única teoría que señala “la salida de la esclavitud espiritual en que se han consumido hasta hoy todas las clases oprimidas”.“ Ladran, luego cabalgamos”, señalaba con lucidez Cervantes. Y los furibundos ataques al marxismo son la mejor prueba de su poder transformador. Tal y como señala Lenin, “la doctrina de Marx suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el odio de toda la ciencia burguesa (tanto la oficial como la liberal), que ve en el marxismo algo así como una "secta perniciosa". Y no puede esperarse otra actitud, pues en una sociedad que tiene como base la lucha de clases no puede existir una ciencia social "imparcial". De uno u otro modo, toda la ciencia oficial y liberal defiende la esclavitud asalariada, mientras que el marxismo ha declarado una guerra implacable a esa esclavitud. Esperar que la ciencia sea imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, sería la misma absurda ingenuidad que esperar imparcialidad por parte de los fabricantes en lo que se refiere al problema de si deben aumentarse los salarios de los obreros disminuyendo los beneficios del capital.” El marxismo bebe del pensamiento más avanzado que la humanidad había desarrollado durante el siglo XIX: el socialismo francés, la filosofía clásica alemana y la economía política inglesa. Y lo hace para desarrollarlo desde la posición y el punto de vista del proletariado, de las clases explotadas. Desde su mismo nacimiento, la clase obrera demuestra su carácter revolucionario en su enfrentamiento con el capital. Pero esas luchas y rebeliones no podían cuestionar las relaciones capitalistas de explotación, sólo podían limitarse a reclamar mejores salarios o condiciones de trabajo, en definitiva tratar de vender su fuerza de trabajo al capital en mejores condiciones. Tal y como plantea Lenin, “el socialismo utópico no podía indicar una solución real. No podía explicar la verdadera naturaleza de la esclavitud asalariada bajo el capitalismo, no podía descubrir las leyes del desarrollo capitalista, ni señalar qué fuerza social está en condiciones de convertirse en creadora de una nueva sociedad.” Este es el conocimiento científico que proporciona el marxismo, y al hacerlo puso el mundo patas arriba. Frente al idealismo propio de las clases dominantes, el marxismo extiende el materialismo hasta el estudio de las sociedades humanas, especialmente el modo de producción capitalista, abriendo con ello un nuevo continente científico para la humanidad. Desvelando el contenido y el carácter de la explotación capitalista, contenida en la plusvalía arrancada a la fuerza de trabajo por el capital, y los fundamentos del poder de clase de la burguesía. Por eso, el marxismo no puede considerarse como “una corriente emancipatoria más”, al mismo nivel que el ecologismo, el feminismo o el antimilitarismo. En palabras de Lenin, “sólo el materialismo filosófico de Marx señaló al proletariado la salida de la esclavitud espiritual en que se han consumido hasta hoy todas las clases oprimidas. Sólo la teoría económica de Marx explicó la situación real del proletariado en el régimen general del capitalismo”. Desde ese momento,las clases explotadas y oprimidas estamos ya en disposición de conocer el mundo, y poderlo transformar, de acuerdo a nuestros intereses. Por eso lo atacan. Por eso es la herramienta más poderosa de que los pueblos disponemos, como ha quedado demostrado en la historia de las luchas revolucionarias durante los últimos dos siglos. Dotarnos de esas herramientas es el objetivo del ciclo de escuelas populares de marxismo que ahora comenzamos.En la sección de teoría del De Verdad Digital puedes acceder a las asignaturas y los textos de estudio de la escuela.

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