Este año se destruirán 62.000 empleos en la construcción catalana

El ladrillo todaví­a no ha tocado fondo

“Es la recesión más rofunda en 50 años”. Así de contundente se manifiesta Rafael Romero, presidente de la Cambra Oficial de Contractistes d´Obres (CCOC), patronal catalana del sector. Y es que, según los datos que maneja CCOC, la construcción está lejos de haber tocado fondo en su caída. De seguir el camino de los tres primeros meses, este año el desplome será incluso mayor que el anterior. En 2008, la actividad de la construcción catalana, cayó un 12% y destruyó 40.000 empleos. En 2009 se anuncia un retroceso del 16% y la pérdida de 61.900 puestos de trabajo. Y este, el de la contratación de obras, principalmente públicas, es el ramo de la construcción que, según Rafael Romero, “tiene unas perspectivas más positivas de superar la crisis”. En el ramo inmobiliario puro, la caída va a ser mucho más acusada. En sólo dos años los proyectos de viviendas han disminuido un 80%, desde los 149.734 en 2006 a los 30.307 en 2008. El presidente de CCOC pronostica que “muchas empresas se verán abocadas a cerrar, o en el mejor de los casos a presentar concurso de acreedores”. La crisis hace ya tiempo que se ha trasladado a la industria y los servicios, y son ya las principales “fábricas” de parados. Pero la construcción prosigue su desplome. Bancos y grandes constructores han replegado velas, recogiendo los gigantescos beneficios del boom. Y las pequeñas y medianas empresas del sector languidecen abandonadas a su suerte. El gobierno tiene que impulsar un “plan Renove” para estas pymes de la construcción, reorientando su actividad hacia la rehabilitación o la construcción de infraestructuras, tras el auténtico fiasco del Plan E, que ha dilapidado 8.000 millones de euros para ofrecer unos paupérrimos resultados que en nada han ayudado a detener el desplome del sector.

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