Las grandes constructoras gestionan hospitales públicos madrileños

El ladrillo es perjudicial para la salud

¿Entregaría usted el cuidado de su salud a los magnates del ladrillo que nos han conducido a la crisis? Parece una regunta surrealista, pero desgraciadamente está sucediendo en Madrid. El Gobierno de Esperanza Aguirre concedió recientemente la gestión de ocho hospitales de nueva construcción, cuyos servicios arrancaron en 2008, a subsidiarias de ACS, Sacyr, Acciona o OHL. Ahora, la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha la licitación del segundo paquete de hospitales públicos que se van a levantar con capital privado a cambio de la gestión integral. El proceso comienza con un centro de 250 camas, en la localidad de Torrejón, para el que se ha calculado un presupuesto base de licitación que roza los 103 millones. La que dio ayer un paso al frente fue Ribera Salud –que ya gestiona cinco hospitales en Valencia-, formando un consorcio junto a las constructoras FCC y Lubasa y la aseguradora Asisa. El hospital de Torrejón será de explotación integral privada, incluyendo la atención médica a lo largo de 30 años. Una vez construido, las concesionarias recuperan sus inversiones a través del cobro de un canon fijo y de una retribución variable que depende de la calidad del servicio. ¿Podemos imaginar como será la gestión sanitaria impuesta por los mismos que, para maximizar sus ganancias o han tenido reparos en saquear nuestros bolsillos a través de los estratosféricos precios de la vivienda? ¿Qué primará cuando se presente un conflicto entre la salud del paciente y el máximo beneficio de los propietarios? En la puerta de estos hospitales debería colocarse un cartel anunciando que el ladrillo es sumamente perjudicial para la salud.

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