Arquitectura

El laberinto español conquista Berlí­n

El arte contemporáneo sigue indagando en conceptos milenarios para comprender nuestras metrópolis. Reflexionar sobre la ciudad como laberinto, donde realidad y ficción se funden, es el fin de la nueva exposición «Siete Laberintos desde Madrid» de la galerí­a de arquitectura Aedes de Berlí­n (hasta el 4 de junio). Donde siete de los mejores estudios de la capital española dan un nuevo significado a la casa del minotauro como lugar de la experimentación.

Revisar la mitología griega o incluso reensar la pirámide egipcia puede mostrarnos las claves de la ciudad del siglo XXI. Volver a concebir, desde el pensamiento contemporáneo, qué significa el laberinto y qué diferencias plantea su comprensión frente a las diversas corrientes de pensamiento de la historia.En la concepción metafísica de los egipcios, el laberinto era el camino a la inmortalidad. No solo impediría a los ladrones llegar hasta el cuerpo, también evitaría que la muerte pudiera alcanzarlo, permitiendo vivir eternamente a su espíritu.La mitología griega nos traslada al mito del laberinto y el minotauro, cuyo significado como camino a hacia uno mismo se encargó de descifrar el psicoanálisis, esquema paradigmático del drama surrealista. “El laberinto – lo más recondido de la mente- contenía en su centro al minotauro, símbolo de los impulsos irracionales. Teseo, asesino de la bestia, simboliza la mente consciente abriéndose paso en las regiones desconocidas y emergiendo de nuevo por la virtud de la inteligencia, esto es, su propio conocimiento” apunta William Rubin.La lectura contemporánea del laberinto, expresada en las diversas instalaciones de Berlín, es el camino a la experimentación. “Una muestra-instalación de pensamiento y reflexión, sin escala, sin contexto, basada en la experimentación del instante, en la provocación de la pérdida de referencias” explica Begoña Díaz-Urgorri, comisaria de la exposición.Se utiliza el laberinto como no lugar, como medio cambiante catalizador de sensaciones, en el que se pierden las referencias, el contexto, para orientarse únicamente por las emociones. Para ello, “Siete Laberintos desde Madrid” se distancia de las exposiciones de arquitectura tradicionales. No se trata de una muestra de proyectos, sino de una reflexión conceptual que explora diferentes maneras de pensar la ciudad desde la idea del laberinto.“Laberinto sobre laberinto, laberinto de laberintos, palimpsesto de laberintos. Huellas de otros laberintos en la misma superficie, borrada expresamente para dar lugar a lo que ahora existe: la ciudad”. (Begoña Díaz-Urgorri, comisaria de la exposición).

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