El juez que no mandó a la cárcel a Millet y Montull, ladrones confesos de más de diez millones de euros entre 2003 y 2008, después de cuatro horas de declaraciones, es el mismo juez que pidió más concreción cuando el fiscal le hizo llegar la querella el 6 de julio, un mes después de que estallara el caso, y que ha tardado tres meses en interrogar a los imputados.
El estreno judicial del caso Millet no odía ser más escandaloso, aunque no por ello menos esperado. Las llamadas al respeto por la independencia de la justicia en su toma de decisiones no pueden ser más irónicas ante el hedor a falta total de independencia que ha transmitido desde un primer momento el juez encargado Juli Solaz. Juli Solaz, el titular del Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona, ya afirmó a Catalunya Ràdio el pasado 18 de septiembre que no preveía investigar la gestión de Millet de antes de 2004 al frente del Palau, a no ser que apareciera algún hecho relevante. ¿Cuánto dinero tiene que haber por medio, el nombre de quien tiene que aparecer, para que el hecho sea relevante o no? Recordó que los delitos previos a este año habrían prescrito, con lo cual se está ocultando la verdad con el argumento de que no sería judicialmente punible.Les ha dejado libres, aunque imputados por apropiación indebida, malversación y falsificación documental. La confesión, la entrega de 3,6 millones de euros como primera reposición y la puesta a disposición del juzgado de su patrimonio, valorado en 15 millones de euros, el que las penas no pueden superar los 20 años… todo esto se ha argumentado para la benevolencia del juez. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención es que ha cortado cualquier intento de poner en evidencia los vínculos políticos de la trama.Este juez advirtió, al citar para declarar a los principales imputados, el pasado 5 de octubre, que el interrogatorio se limitaría a lo dicho por Millet en su confesión y en la querella presentada por el fiscal. No permitiría ni una pregunta, y así ha sido, sobre los convenios firmados por la fundación y la asociación Orfeó Català con la Fundació Trias Fargas, vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y por los que esta última entidad percibió 630.000 euros en varios años. Sólo se ha podido hablar sobre la apropiación de 2,3 millones de euros en 2003 y el uso de facturas falsas de diferentes empresas para tapar el robo a Hacienda, así como lo relatado por Félix Millet y Jordi Montull en sus confesiones.Y esto, aún a sabiendas de que a pesar de que en la carta confesaba el robo de 3,3 millones, la auditoría encargada por el nuevo administrador apunta en sus primeras estimaciones que el importe sustraído durante los últimos 10 años (los anteriores han prescrito) alcanza los 12,5 millones y podría llegar a los 20 millones. Como en las mejores películas de cine negro, todo hace pensar que el juez forma parte de la tramaUn último dato. A las peticiones del Ministerio de Cultura, Generalitat y Diputación de poderse presentar como acusación particular, se suma la de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (Favb). El juez ya ha dicho que tendrán que presentarse como acusación popular ya que no es afectada directa. De momento, sólo ejercen la acusación particular contra Fèlix Millet y Jordi Montull la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música y la asociación que lleva el mismo nombre, así como el Consorcio Palau de la Música, formado por las administraciones públicas, que era quien recibía las subvenciones para después entregarlas a la fundación y la asociación. Sin embargo, ¿como que los vecinos de Barcelona no son afectados directos? las subvenciones públicas salen de las horas de trabajo ¿de quién? No sí tenía razón Millet sobre quien manda en Catalunya: "somos unos 400 y siempre somos los mismos""¿No nos haremos daño, verdad?" Ojo a La Vanguadia: Tal como afirma el articulista Antoni Puigverd en La Vanguardia (21/09/09), "todo lo que llegamos a ser los catalanes arranca de un colosal esfuerzo de unos individuos que, a finales del siglo XVII y a lo largo de todo el XVIII, el XIX y parte del XX, construyeron el único gran espacio industrial de la Europa mediterránea (Fradera: La pàtria dels catalans.La Magrana). Con el retorno al feudalismo, nos lo estamos cargando a ojos vista. Un conglomerado de feudos domina nuestro panorama. A veces, como sucedía en la edad media, los feudos pelean entre sí. Pero frecuentemente pactan y se reparten instituciones, presidencias de caja, consejos de administración, patronatos, mandarinazgos, canonjías. Con frecuencia lo hacen a regañadientes, como aquel chiste del paciente que aprieta las pudibundas partes del dentista mientras pregunta, sarcástico: "¿No nos haremos daño, verdad?". Pactan, compadrean, se reparten el espacio vital y comparten, por encima de todo, el silencio: "¿No nos haremos daño, verdad?" Ojo al dato: Los Mossos necesitaron una máquina de contar billetes para saber exactamente la suma de dinero que, en billetes de 500, se guardada en la caja fuerte del Palau el día que la registraron en busca de pruebas documentales: en total, 1.831.372 euros.