SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El IVA y lo demás

Poco a poco se abre paso la evidencia de que el rescate de la banca española sí tiene contrapartidas macroeconómicas, aunque alguna de ellas hubiese resultado igual de necesaria con ayudas o sin ellas. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, admitió ayer, en un discurso alambicado, que el Gobierno considera una subida del IVA (impuesto sobre el valor añadido) en línea con las peticiones de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI); y sugirió además que habrá correcciones en la Administración para aumentar las horas de trabajo de los funcionarios, lo que permitirá la reducción en el número de eventuales. El Ejecutivo se dispone a cumplir con dos de las condiciones del rescate bancario (100.000 millones de dinero europeo); tales condiciones probablemente tendrán continuidad con nuevos recortes presupuestarios, con la supresión de la deducción fiscal por vivienda y con recortes en las pensiones. Pero el Gobierno mantiene la ficción de que tales decisiones proceden de cálculos propios; de ahí que Montoro excuse la subida en el notorio fraude en el IVA, como si este no existiera meses atrás cuando el ministro argumentaba en contra (…)

No es casualidad que el Gobierno acepte una subida del IVA cuando el Eurogrupo discute el memorándum del rescate bancario a España y el aplazamiento de la exigencia del 3% de déficit hasta 2014. La cumbre europea admitió genéricamente la inyección directa a los bancos españoles. Pero las esperanzas se han difuminado a medida que de las declaraciones se pasaba a los hechos. Si la inyección de capital depende de la creación de un supervisor europeo, el rescate va para largo. Porque Alemania y sus satélites pueden demorar la aprobación del supervisor.

La salvación de la banca española requiere una inyección rápida de capital; y la estabilidad exige que dicho capital no compute como deuda. Aplazar el rescate en estas condiciones hasta marzo de 2013 y sin que el BCE se implique en la compra de deuda equivale a condenar a España a frecuentes tensiones en su deuda que harán inviable la financiación del país.

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