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El ‘informe Bescansa’ tras el CIS: “Caemos de manera preocupante”

12-5-2017

El barómetro del CIS del mes de abril ha arrojado datos poco esperanzadores para Podemos, que desde el último indicador de enero ha experimentado una caída “significativa y preocupante”, según reconoce la propia formación en un informe interno distribuido a sus representantes. El documento, que desgrana las cifras al detalle, tiene un componente fuertemente autocrítico y advierte del descenso de apoyos a Unidos Podemos, que se desplomaría y perdería 500.000 votos desde principios de año, protagonizando la segunda mayor caída de la historia de la formación, sólo superada por la que sufrió tras la investidura fallida de Pedro Sánchez.

Las conclusiones del informe son crudas y chocan de plano con el discurso oficial que han adoptado estos días los dirigentes de Unidos Podemos, que se escudan en la fecha de la muestra -las encuestas se realizaron del 1 al 8 de abril, antes de que se destapara la Operación Lezo– para justificar los datos y asegurar que el pulso del electorado podría haber cambiado después de este caso de corrupción. Aunque se contempla la posibilidad de que el PP pueda bajar en apoyos a raíz de los escándalos, con quien Podemos podría disputar electorado es precisamente con el otro gran partido de la izquierda: el PSOE, un partido fuertemente desgastado, en pleno proceso de primarias que sin embargo ha superado al partido morado en el último indicador.

Las principales conclusiones del documento sitúan a Unidos Podemos en una difícil coyuntura, según relata el texto: por una parte, la formación se enfrenta al primer retroceso importante desde las elecciones de junio de 2016 -donde perdió un millón de votos respecto al 20-D. Además, la fidelidad del voto hacia el grupo morado ha caído en picado, bajando hasta ocho puntos y situando a Podemos en un escenario que “anticipa retrocesos en relación a los resultados electorales previos”.

El informe, fechado el 9 de mayo, fue encargado por la dirección de Podemos a Carolina Bescansa, quien fuera secretaria de Análisis Político y Social hasta su dimisión en febrero, poco antes de Vistalegre II. La dirigente, que ya no ocupa ningún cargo oficial en la nueva ejecutiva, es quien hasta ahora llevaba a cabo este tipo de análisis y por ello continúa esta labor en el Equipo de Análisis Electoral y Demoscopia (AED) de Podemos, que aparece como firmante del documento.

El informe pasa a reseñar la “caída estadísticamente significativa del apoyo electoral”, con un descenso del 2% en relación al barómetro de Enero. Una caída que afecta especialmente a Unidos Podemos y En Comú Podem -confluencia catalana de Podemos-, que bajan un 0,6% mientras que las confluencias valencianas -Compromís- y gallegas -En Marea- dibujan un leve crecimiento (de +0.1% y +0.2% respectivamente).

“Desde las elecciones de Junio de 2016 -señala el informe- es la primera vez que retroceden de manera estadísticamente significativa los apoyos a Unidos Podemos tanto en la intención directa (de 9.2 a 8.6) como en la estimación de resultados (de 13.9% a 11.9%)”. El escrito establece un paralelismo claro entre estos datos y los arrojados en una de las épocas más difíciles para Podemos, cuando perdió miles de apoyos tras la investidura fallida de Pedro Sánchez, el 1 de marzo de 2016.

“Los datos ofrecen un paralelismo evidente con la tendencia que el mismo CIS detectó entre Enero y Abril de 2016”, señala el dictamen interno. En esa época, el CIS anticipó un retroceso de los apoyos a Podemos y las confluencias de un millón de votos; aunque añadiendo a IU -que aún no estaba integrada en Unidos Podemos-, la pérdida que anticipaba el CIS fue de 650.000 papeletas menos, recoge el documento. El descenso que el barómetro preveía entonces se tradujo en las elecciones del 26-J en una pérdida de más de un millón de votos pese a la alianza con IU.

En este punto, la formación advierte del desplome que anticipan estos datos: “Hoy el CIS apunta una caída de apoyos a Unidos Podemos y sus confluencia para el período Enero 2017 –marco post-formación de gobierno- y Abril de 2017 (marco post-Vistalegre II) en torno a los 500.000 votos”. Si la diferencia entre los barómetros de enero y abril del año pasado eran de -2,5%, en esta ocasión son -2%, una caída levemente menor pero catastrófica si llegara a plasmarse en las urnas.

Esta estimación se conjuga con el derrumbe en cuanto a lealtad de voto. El porcentaje de electorado que votó a Unidos Podemos el 26-J y que asegura que lo seguirá votando “ha caído de manera significativa y preocupante”, según señala el escrito. Mientras en Enero el 75% de los que decían haber votado a UP tenía intención de seguir apoyándoles, el informe asegura que “esa proporción ha caído 8 puntos” en abril, hasta rebajarse al 62% la cifra de quienes se mantienen electoralmente fieles al partido.

Este es uno de los datos más preocupantes para la formación, señala el estudio, que advierte de que el barómetro podría traducirse en una pérdida real de apoyos. “De acuerdo con las convenciones al uso -detalla el documento-, una tasa de lealtad por debajo de 70 anticipa retrocesos en relación a los resultados electorales previos”.

En contrapartida a estos datos, y como el principal dato positivo de la formación, es que la tasa de rechazo a Podemos cae 2,5 puntos. En enero el 54.7% de la gente afirmaba que nunca votaría a Podemos, y esa cifra se sitúa ahora en el 52.1%. En el mismo sentido, la valoración media de Pablo Iglesias se mantiene estable en relación con el CIS anterior (2.9/3).

El estudio demoscópico pasa a analizar la tasa de fidelidad de los votantes de los principales partidos, donde Unidos Podemos queda en una discreta sexta posición. Por orden, quienes más mantienen a su electorado son, ERC, el PP, PdeCat, C’s, En Comú Podem, Unidos Podemos, En Marea, Compromís y PNV. En este punto, la formación destaca “la enorme fuerza que ha logrado acumular ERC y la capacidad para resistir y crecer del PP”. Además, califica como “sorprendente la crisis que parece estar atravesando el PNV, partido poco proclive a la inestabilidad electoral”.

Uno de los datos más significativos de la formación morada es el análisis ideológico de su electorado, donde destaca que “la pérdida de apoyos ha modificado cualitativamente a nuestro electorado”. De esta forma, el análisis refleja un descenso importante del votante progresista y socialdemócrata, algo que habría contribuido al repunte que ha experimentado en el último CIS el PSOE, que deja de ser donante de votos a Podemos.

En este sentido, el documento recoge que los votantes de Unidos Podemos se definen como progresistas (21%), seguidos de los que se autoproclaman socialistas (13%), liberales (13%) y comunistas (9%). Los progresistas han perdido ocho puntos desde enero, pasando de ser el 26% al actual 21%. En el mismo sentido, quienes se proclaman socialdemócratas han bajado tres, del 8% al 5%. En cambio, crece la proporción de quienes se definen como socialistas (de 11.5% a 13.2%) y se mantiene estable la proporción de comunistas (9%).

One thought on “El ‘informe Bescansa’ tras el CIS: “Caemos de manera preocupante””

  • Pues la interpretación es bien sencilla. Compromís ha apostado por un gobierno de progreso, mientras Unidos Podemos sigue permitiendo que gobierne el PP.

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