Televisión

El «Hollywood Negro»

Las series de televisión se han convertido en un fenómeno social en África. La integración étnica y el multilingüismo son las claves de su éxito, presentando realidades casi idí­licas que los espectadores de todo el continente «devoran» ávidamente. El «Hollywood negro» produce cientos de pelí­culas y teleseries al año, está en Nigeria y se llama «Nollywood».

Pese a que lo bautizara así un eriodista norteamericano, el modelo del llamado “Nollywood” no se asemeja en prácticamente nada a la industria estadounidense. El productor Madu Chikwedu afirma que “Nollywood” no es una, sino varias industrias. La necesidad de dirigirse a diferentes etnias, hace que las productoras diversifiquen ampliamente su producto.En la capital, Lagos, se encuentra la “subdivisión” más prospera, es la que utiliza el inglés en sus producciones, y refleja los rasgos del pueblo Igbo, el mayoritario en esa zona del país. Le siguen las películas indígenas en lengua Yoruba. Hay una tercera en manos de la población Hausa, con influencia islámica y profusión de cantos y bailes, y también una industria indígena, que se realiza en lengua Edo. Todo un abanico de oferta televisiva para la variada población subsahariana.Tras la independencia de Inglaterra, en 1960, hubo en la región una gran explosión audiovisual, pero la distribución estaba en manos de indios y libaneses, que importaban películas en inglés. Las producciones independientes gozaban de muy pocos espacios. En las últimas décadas la situación ha dado un vuelco radical, con la creación de canales de televisión en los distintos estados de Nigeria. Subvencionan la producción en las lenguas locales, lo que ha contribuido a reforzar una industria que produce al año entre 1.500 y 2.000 títulos.Su modelo de producción se basa en la utilización de equipos digitales de vídeo, mucho más económicos y que agilizan enormemente el proceso. Además de emitirse en la red de televisiones gratuitas, las películas y series se graban en formato DVD, se copian por miles y se venden en los mercados de las principales ciudades.En un país donde todavía se practican algunas lapidaciones, estas series empiezan ya a mostrar escenas de sexo y homosexualidad. Protagonistas de diversas razas, credos y edades, series dedicadas a gente de las clases populares, son algunas de las claves del amplio público que encuentran y de la revolución audiovisual que están generando.

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