Israel y Hamás rechazan el llamamiento a un alto el fuego del Consejo de Seguridad de la ONU

El guardián de las llaves de Oriente Medio

Todas las bienintencionadas y pomposas declaraciones de paz y concordia que los ministros de exteriores mundiales habí­an pronunciado el dí­a anterior se disolvieron en el jarro de agua frí­a de las declaraciones de Israel y Hamás, que rechazaron respectivamente el llamamiento al alto el fuego acordado por el Consejo de Seguridad.

"Israel ha actuado, actúa y seguirá actuando de acuerdo a sus necesidades, la seguridad de sus ciudadanos y su derecho a la legítima defensa", dijo altanera la vicerimer ministra y titular de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, tras conocer la resolución. Con el mismo cinismo, indiferente a la magnitud de la carnicería perpetrada en Gaza y a todas las presiones internacionales –menos a una-, se expresó el viceprimer ministro israelí, Eli Yishai, manifestó que "el mundo se ha convertido en un ‘lobby’ de (Ismail) Haniye (el líder de Hamás en Gaza). No pasará absolutamente nada si la resolución se queda en papel mojado (porque) lo importante son nuestros intereses".Así rechazaba Israel la resolución del Consejo de Seguridad -que insta a la declaración de un alto el fuego inmediato en Gaza, la retirada de las tropas israelíes y la entrada sin impedimentos de ayuda humanitaria al territorio palestino-, al considerar que se trata de una resolución que legitima al movimiento islamista Hamás y que lo equipara al nivel de Estado.Por su parte, el movimiento islamista rechazó el documento elaborado por el Reino Unido, en colaboración con Francia y los países árabes, porque no tuvo en cuenta a Hamás, si bien lo ve como prueba del fracaso de la ofensiva militar de Israel en Gaza. Para Hamdán, la resolución del Consejo de Seguridad "no tiene en cuenta el interés palestino y no habla ni del levantamiento del bloqueo ni de la apertura de los pasos fronterizos en Gaza”.Los ánimos se enfriaban en la sede de Naciones Unidas, después de que en la víspera –y ante un nutrido grupo de embajadores árabes, desplazados a Nueva York para presionar en la aprobación de una resolución- el Consejo de Seguridad aprobara una resolución británica que instaba a un alto el fuego inmediato y que respaldaba las gestiones diplomáticas egipcias, que continúan hoy.La resolución fue aprobada con grandes alabanzas y piruetas verbales de los diplomáticos. Pero no por unanimidad. ¿Todos no?. No, todos no.Condoleeza Rice pulsó el botón de “Abstención”, y en ese momento la resolución nació muerta. La Secretaria de Estado se excusó argumentando que prefería postergar la actuación del Consejo, hasta conocer el resultado de la mediación que lleva a cabo Egipto. Sólo se puede entender el desprecio del gobierno israelí a las declaraciones del Consejo de Seguridad israelí. Mientras que la superpotencia no diga lo contrario, ellos tienen vía libre.Al abstenerse –votar en contra hubiera sido ponerlo demasiado en evidencia- dejó claro cómo la administración Bush no tiene intención alguna de tirar de las riendas del gendarme israelí; y también que es en realidad Washington quien tiene la llave que cierra –o abre- la boca por donde todos los días los cañones israelíes vomitan muerte sobre el pueblo palestino.

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