La oleada de recortes y reformas que ha supuesto la rebaja de nuestros salarios y rentas en un 40% no es por falta de riqueza sino por una distribución cada vez más desigual, en la que unos pocos se enriquecen a costa de empobrecernos a todos los demás. No son «los efectos de la crisis económica mundial», sino consecuencia de la agudización del saqueo imperialista, un saqueo planificado de las rentas de la población y un expolio sistemático de los recursos del país.
Si se hubiera mantenido el mismo rearto de la riqueza entre capital y trabajo asalariado de la transición, ahora los trabajadores asalariados españoles cobrarían 190.000 millones de euros más cada año, una media de 1.047 euros más al mes cada uno. El sueldo medio estaría a la altura del salario medio europeo y el salario más frecuente no sería de 900 euros netos al mes (según la Encuesta de Estructura Salarial del INE) sino de 1.900 euros. Sólo en el último año los salarios de los trabajadores españoles han perdido el 1,1% de su peso en el conjunto de la riqueza nacional, 11.688 millones de euros que han pasado a engrosar las ganancias del capital. Esta es la tendencia de los últimos treinta años que la crisis no ha hecho más que agudizar. Los gigantescos esfuerzos para hacernos comulgar con ruedas de molino atribuyendo las dificultades de los PIGS a la falta de productividad, el endeudamiento o que somos un país con salarios, pensiones y prestaciones por encima de nuestras posibilidades están dirigidos a crear un clima de opinión que oculte tanto el saqueo imperialista a que está sometido nuestro país como que la razón última está en la debilidad y sumisión de la clase dominante y nuestra clase política al imperialismo. La imposición del proyecto hegemonista sobre España –cuya expresión más gráfica de los últimos años fue la llamada de Obama a Zapatero en mayo de 2010 para exigir la aplicación inmediata del primer plan de recortes sociales y rebajas salariales- ha agudizado un gigantesco trasvase de rentas. Un triple trasvase desde las rentas salariales hacia las rentas empresariales, desde los beneficios empresariales hacia el sector financiero y desde la renta nacional hacia el capital extranjero. El saqueo de los salarios en la base del trasvase de riqueza En el último año, tras aplicar el primer paquete de recortes exigido por Obama, las rentas salariales en la riqueza nacional descendieron un 1,1%. Son 11.688 millones de euros (1,94 billones de las antiguas pesetas) que los trabajadores hemos dejado de percibir y que han pasado a engrosar las ganancias del capital, aumentando su participación en la riqueza nacional hasta máximos históricos. Pero si además de los salarios pagados y el aumento del paro, tenemos en cuenta la pérdida de salario real provocada el aumento de los impuestos directos e indirectos (IVA) y la subida del IPC, precios y tarifas de los servicios básicos, el descenso de la renta real de los trabajadores asalariados fue de 28.769 millones de euros, según los datos del Instituto Nacional de Estadística del cuarto trimestre de 2010.La crisis no ha hecho más que acelerar y agudizar una tendencia que se repite en los últimos treinta años. En los años 70, al inicio de la transición democrática, las rentas salariales suponían el 64% de la nueva riqueza creada cada año; por un 36% de las rentas del capital. Hoy las rentas salariales sólo participan del 45% del Producto Interior Bruto. Es decir, en 30 años han perdido un 19% de su participación en el PIB. Si tenemos en cuenta que cada punto del PIB equivale en la actualidad a más de 10.000 millones de euros, significa que los asalariados españoles de hoy deberíamos recibir 190.000 millones de euros más cada año por nuestros salarios, si tuviéramos la misma participación en el PIB que en los años 70. O lo que es lo mismo, una subida lineal de 1.047 euros más en la nómina mensual de cada uno de los 15,5 millones de trabajadores asalariados. Con esta distribución de la riqueza España no sería hoy uno de los países con los salarios más bajos de la UE sino que estaría en la media europea. El salario más frecuente no sería de 900 euros netos al mes (15.500 euros brutos al año) sino de 1.900 euros y el salario medio estaría a la altura de la media europea, 35.000 euros. En ese gigantesco trasvase de riqueza, desde las rentas salariales a las cuentas de beneficios del capital, está la razón de que hoy el salario medio español sea la mitad del salario medio alemán y un 40% más bajo que la media europea. ¡Redistribución de la riqueza ya! En España sobran recursos y hay riqueza suficiente para hacer frente a la crisis. Frente a las imposiciones del FMI y Bruselas, frente al saqueo y el trasvase de rentas desde el 90% de la población hacia las cuentas de resultados del gran capital financiero nacional y extranjero, lo que necesitamos en un programa de redistribución de la riqueza, que eleve el nivel de vida de la población y se convierta en un motor económico creando nueva riqueza y empleo. Su base, una nueva escala salarial dividida en 10 tramos, en la que nadie cobre por debajo de 1.000 euros de salario mensual, ni nadie por encima de 10.000.