Teatro

El Gran Macabro

«Una mujer ve imágenes de guerras y catástrofes en la televisión y ojea un periódico en cuya portada se puede leer en letras enormes ¡Crisis!, mientras engulle comida basura. De repente, una mueca de dolor se dibuja en su rostro, se lleva una mano al pecho y cae de rodillas». Así­ empieza «Le Grand Macabre», el nuevo espectáculo de la compañí­a de teatro catalana La Fura dels Baus, basado en la ópera del mismo nombre del compositor Gyí¶rgy Ligeti. La obra prosigue: una figura descomunal de la mujer aparece ante los espectadores reclamando desesperada ayuda

Wagner y Stockhausen insiran a Carlos Padrissa en un recorrido de continente; Valencia, Florencia, Viena, París, Viena, Venecia y Milán. Alex Ollé se apoya en los ecos de “La Metamorfosis” de Kafka para desde La Monnaine de Bruselas saltar a la Ópera de Roma, la English National Opera de Londres y el Liceo de Barcelona. Todo hasta el 2011.El trío Carlos Padrissa-Alex Ollé-Jaume Plensa se han unido para la excepción.Valentina Carrasco se ha puesto a los mandos de la dirección, Alfons Flores de la escenografía, Lluc Castells en los figurines y Franc Aleu del vídeo. El equipo trabaja la versión que Ligeti confeccionó para el Festival de Salzburgo del 97, posteriormente grabada en disco, bajo la dirección de Esa-Pekka Salonen.La Fura dels Baus interpreta el sentido más personal del miedo a la muerte del cuerpo, por encima del alma, a través del personaje de Nekrotzar – el gran macabro – de Michel de Ghelderode, en el que Ligeti se inspira. Ron Mueck, el escultor australiano, aporta el ángel a la escenografía con sus figuras hiperrealistas, para que La Fura construya la inmensa figura del escenario: Claudia, una cantante de ópera que siente a la muerte cercana, y en el interior de cuyo cuerpo y sobre la piel transcurre la ópera.La gigantesca figura de Claudia gira, se contornea y se abre, permitiendo que la acción se desarrolle desde el sistema digestivo hasta el circulatorio. La esperanza de vida y el sentido del humor rezuman en el apocalíptico interruptus devenir de la trama; amenaza nuclear, ingenio, eficiencia y ritmo frenético.Leo Hussain se pone al frente de la orquesta La Monnaine para musicar con Werner van Mechelen, Chris Merritt y Barbara Hannigan. La resurrección de El Gran Macabro conmueve. Desde el teatro del absurdo y de la crueldad, a la licencia de un Rabelais y la imaginación delirante del Bosco o Breughel. Se reinventa con sello de La Fura.Posiblemente otra inevitable cita que en España nos hará esperar hasta el 2011. O no, depende del puente aéreo… y la crisis.

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