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El Govern rechaza el ultimátum de ERC sobre las plebiscitarias

Año nuevo, batalla idéntica. El Govern de Artur Mas no piensa ceder ni un milímetro a la exigencia de ERC de que el president anuncie en no más de 15 días la convocatoria de elecciones anticipadas en forma plebiscitaria. «Funcionamos por acuerdos, no por ultimátums», respondía ayer un alto cargo del Palau de la Generalitat. «Este tono de Esquerra Republicana no ayuda, tampoco a ellos», se quejaba un dirigente convergente.

Tras el mensaje de Fin de Año de Mas, ERC redobló la presión. Anna Simó, dirigente republicana e integrante de la Mesa del Parlament, fijó el plazo de dos semanas para convocar las elecciones, de forma que se pudieran celebrar antes de las municipales de mayo. La tesis de Esquerra sigue siendo la de que es urgente iniciar el proceso independentista mediante la obtención de una mayoría claramente secesionista en el Parlament. Ante estas peticiones, la respuesta en el Govern y en Convergència es invariable: no habrá noticias hasta después del período navideño, y en ningún caso la actuación de Mas estará motivada por la insistencia de Esquerra Republicana.

La estrategia de CDC y del Ejecutivo catalán sigue pasando por mantener la presión hacia ERC respecto a las bondades de una única lista electoral en favor de la independencia, a fin de convertir los comicios en lo más parecido a un referéndum. Mas ha reiterado que el calendario electoral variará en función de que exista acuerdo, y no al revés. Y sobre la fecha de los comicios, en el Govern y en CDC existen hipótesis para todos los gustos. Algún conseller sugiere la posibilidad de que se celebren las elecciones tras el verano de este año, antes de las generales. Otros no descartan incluso que Mas agote la legislatura. Mientras, en Convergència, su coordinador general, Josep Rull, se ha pronunciado a favor de celebrar las elecciones antes de las municipales de mayo.

En cualquier caso, será el propio Mas en exclusiva quien tome la decisión. Su partido mantiene negociaciones discretas con dirigentes republicanos y busca vías de seducción a Esquerra. Pero la última palabra sobre la hoja de ruta la tendrá en exclusiva el president y líder de CiU.

ERC ESGRIME LA CORRUPCIÓN / Mientras tanto, el secretario general adjunto de ERC, Lluís Salvadó, insistió ayer en el emplazamiento a Mas, instándole a no pasar a la historia como «el presidente que descarrila el proceso hacia la independencia». El dirigente republicano incidió en uno de los flancos que más incomodan a CDC, la corrupción, al afirmar que su partido no se quedará «con las manos en los bolsillos» si el presidente de la Generalitat no comparece voluntariamente en la comisión de Afers Institucionals del Parlament para dar explicaciones sobre el caso Pujol. En caso de incomparecencia, Esquerra pedirá que Mas acuda a la comisión de investigación sobre el fraude fiscal creada en la Cámara catalana a raíz de la confesión de evasión fiscal del expresident Jordi Pujol y los casos que afectan a toda su familia.

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