Se veía venir. La gestión de la crisis ha terminado por hundir al gobierno de Zapatero en las encuestas y provocado el cambio de gobierno. Periódicos ideológicamente tan diferentes como Público y La Razón coincidían en sus últimas encuestas anunciando un auténtico descalabro del PSOE si ahora se celebraran elecciones. Y lo que es más importante, el suspenso generalizado al presidente que en un año ha perdido la confianza del 16% de sus votantes. En apenas un año, la creciente corriente de indignación popular, por una gestión de la crisis que ha entregado miles de millones de euros a la banca, ha saltado de chispazos puntuales en los barrios y centros de trabajo a las encuestas y amenaza con saltar masivamente a las calles.
Y es que la crisis ha fulminado el suuesto progresismo de Zapatero, que suspende ya en todas las encuestas, poniéndolo en evidencia y dejando ver a los ojos de los ciudadanos el auténtico “gobierno de Botín”. El descalabro en las encuestas no es más que la constatación de esa evidencia.El presidente Zapatero ha dicho en su comparecencia para anunciar el cambio de gobierno que este es un gobierno “hecho para luchar contra la crisis económica”. Aunque todo indica que es un gobierno pensado, más que para combatir la crisis, para torearla y salir lo menos corneado posible. Los cambios introducidos no vienen precisamente con nuevas ideas y un programa diferente. Al contrario, son quienes han sostenido lo que se viene haciendo. Desde el hasta ahora presidente de Andalucía y del PSOE, Manuel Chaves, que pasa a ser tercer vicepresidente y ministro de Cooperación Territorial, hasta José Blanco (ministro de Fomento), uno de los ideólogos en la sombra del presidente que ahora se ve obligado a salir a primer plano ante la gravedad de la situación, pasando por Elena Salgado que cambia de ministerio para sustituir a Solbes al frente de Economía. Ángel Gabilondo (rector de la Autónoma de Madrid) como ministro de Educación, González Sinde (presidenta de la Academia del Cine), ministra de Cultura y Trinidad Jiménez, en Sanidad, completan el resto de cambios, en sustitución de unos “quemados” Mercedes Cabrera, César Antonio Molina y Bernat Soria.Suspende Zapatero y suspende Rajoy, que no sólo apoya las medidas para “rescatar” a los bancos, sino que iría más lejos en las reformas laborales que están pidiendo desde el Banco de España, la CEOE y la Banca. El mensaje de la “oposición oficial” no es precisamente una alternativa para los ciudadanos. Como tampoco lo va a ser el “nuevo gobierno”. La crisis ha destapado al “hombre de Botín” que ha decidido rodearse de la “vieja guardia” –casi todos los ministros de este gobierno lo fueron ya con Felipe González- para tratar de torear la crisis.Esa corriente de indignación que recorre de arriba abajo la sociedad española y que suspende al gobierno y a la “oposición” del PP, está exigiendo otra alternativa, un programa de verdad contra la crisis que tome como ejes principales la redistribución de las rentas en beneficio de la mayoría y el ahorro para invertir en la economía productiva.