El 1 de julio se liberaliza el mercado eléctrico español

El gobierno de los monopolios

El 1 de julio es la fecha en que entrará en funcionamiento la nueva tarifa eléctrica, las de pequeños consumidores fue aprobada esta semana por el Consejo de Ministros. El Gobierno limita la tarifa protegida de luz a hogares que consuman menos de 10MW La liberalización de las tarifas eléctricas elimina las tarifas protegidas por el gobierno, a partir de esa fecha los consumidores tendrán que aceptar los precios de mercado que ofrezcan las eléctricas.

Inicialmente el gobierno había rometido unas tarifas protegidas de la luz que compensaran el aumento que se nos viene encima. El mismo ministro de Industria, Miguel Sebastián, había asegurado que se incluiría en el nuevo sistema una bonificación social, o descuento a aplicar a los consumidores de rentas bajas, pero nada de ello figura en el texto aprobado, ni en el real decreto. Estas son las medidas del gobierno en época de crisis a favor de los monopolios. La medida afectará a 1,25 millones de hogares y pequeñas empresas que suponen el 31,2% del consumo realizado en baja tensión y que tendrán que abandonar la tarifa regulada, según los cálculos adelantados ayer por el Ministerio de Industria. Dentro del recibo protegido permanecerán 24,9 millones de clientes responsables del 68% de la demanda eléctrica en el mercado minoritario. Según aseguró el Ministerio de Industria habrá un aumento de la competencia entre las empresas eléctricas que redundará en un beneficio para los consumidores. Sin embargo la realidad nos indica todo lo contrario. Desde que en julio de 2008 el Gobierno eliminó las tarifas reguladas de los grandes consumidores de electricidad, la factura de luz de estos clientes no ha disminuido sino que se ha disparado un 70%, según denuncia la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía. Porque se ha conformado, al igual que en otros sectores como el de la telefonía, un pacto intermonopolista que en los hechos establece unas tarifas (a la alza) a partir de las cuales ninguna compañía ofrece sus servicios. Y como el gobierno no exige a las multinacionales sino que gestiona sus intereses, se nos avecina una vuelta de tuerca más a los ciudadanos para que las cuentas de beneficios de banca y monopolios vuelvan a cuadrar; aunque eso signifique “exprimir” a las familias al borde de la ruina por la crisis, a las familias de más modestos recursos y a la pequeña empresa.

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