La polí­tica económica de Zapatero

¿El gobierno de Botí­n nos va a sacar de la crisis?

En la presentación de la candidatura del PSOE a las elecciones europeas, Zapatero se esforzaba por gritar que «el origen de la crisis está en las polí­ticas neoliberales». Pero el engaño ya no surte efecto. La hoja de parra que habí­a tapado las vergüenzas de Zapatero se ha caí­do bruscamente con la crisis. Durante la primera legislatura, el presidente enarboló la memoria histórica o los enfrentamientos con la iglesia para darse barniz progresista, mientras fortalecí­a su afinidad con el primer banquero del paí­s. En esta segunda legislatura, crisis y multimillonarios planes de rescate mediante, la imagen del gabinete de Zapatero como el auténtico gobierno de Botí­n no puede aparecer más ní­tida. Esta es la causa del auténtico descalabro polí­tico de Zapatero, que ni mil cambios de ministros pueden ya camuflar.

Detrás siemre está Botín Si le miramos la patita a la nueva vicepresidenta económica, Elena Salgado, la elegida por Zapatero para comandar la salida de la crisis, encontramos al de siempre: a Emilio Botín. Cuando la victoria de Aznar en 1996 desalojó al PSOE del gobierno, Salgado pasó a ejercer de consejera delegada en Vallehermoso Telecom, cuando todavía pertenecía a Emilio Botín. Allí se codeó con prestigiosos hombres de Botín como Juan Abelló y Demetrio Valcalcer. No es una simple anécdota. Es una demostración más de que el de Zapatero es –y no se trata de una exageración retórica sino de una realidad objetiva- el auténtico “gobierno de Botín”. En sus primeros días al frente de la política económica del gobierno, Salgado ha dado suficientes muestras de por qué Botín le otorgó esa confianza. Desautorizando a Solbes, ha afirmado que “existe suficiente margen para incrementar el gasto público”. Y no se refería precisamente a un incremento de los gastos sociales, sino a la puesta en marcha de un nuevo plan de rescate bancario, para el que se prepara la ingente cantidad de 90.000 millones de euros. Si los comparamos con los 3.000 millones de nuevas líneas del ICO para pagar tan solo una cuarta parte de las deudas de las administraciones públicas con las pymes, comprobaremos donde están las prioridades del gobierno de Zapatero. Algunos medios se han atrevido incluso a insinuar que Emilio Botín “aconseja” a Zapatero en materia económica. Y está demostrado que el “asesoramiento” es muy estrecho. Zapatero despachó con Botín los pormenores del primer plan de rescate bancario, lanzado a toda prisa para evitar que la caída de Lehman Brothers desestabilizara a la banca española. En la redacción del real decreto que impulsaba el rescate bancario, participaron, junto a los dos secretarios de Estado del ministerio de Economía, los directores financieros del Banco de Santander y el BBVA. ¿Quieren más pruebas? ¿Es una exageración afirmar que este es el gobierno de Botín? La influencia sobre el gobierno de Zapatero ha sido extraordinariamente rentable para Botín. Incluso en plena crisis, el Santander va a presentar unos beneficios trimestrales de casi 2.000 millones de euros, que en proyección suponen ganancias de un billón de las antiguas pesetas en 2009. Al mismo tiempo, España ha superado los cuatro millones de parados, se dirige a marchas forzadas hacia los cinco, y son ya cada vez más quienes afirman que llegaremos a los seis millones de desempleados el año que viene. Son las dos caras de la herencia de Zapatero. Demasiados regalos para los bancos, demasiados ataques contra el pueblo Si analizamos la “política anticrisis” del gobierno de Zapatero obtendremos una escandalosa sucesión de lucrativos regalos a la banca y onerosas cargas sobre los trabajadores y pymes. Los 259.000 millones del plan de rescate bancario –que pueden llegar a 350.000 con el segundo rescate que Elena Salgada tiene ya ultimado- nos carga a cada español con una deuda extra de casi 20.000 euros, una especie de “hipoteca bis” a añadir a la que ya tenemos contraída con el banco. Además, el ingente volumen de recursos destinados a salvar a los banqueros ha elevado drásticamente el déficit público, que puede alcanzar este año el 8,3%. Saldarlo nos costará a cada persona 1.992 euros más. No ha pasado una sola semana sin que no nos hayamos escandalizado por un nuevo regalo de Zapatero a la banca. Primero rebajaron en enero en un tercio los impuestos que pagan los propietarios de acciones por los dividendos que éstas les proporcionan. Cabe recordar que Emilio Botín cobra anualmente 48 millones de euros por su paquete de acciones del Santander. Después han ampliado, hasta convertirlo en ilimitado, el poder de la banca para embargar todos los bienes de un cliente moroso que adeuda la hipoteca, e incluso de sus fiadores o avalistas. Han reformado la ley concursal con el único objetivo de garantizar que la banca cobra los créditos impagados que le adeuden las empresas que se declaran en quiebra. La banca está colocando sus títulos de deuda, recabando así liquidez en el mercado internacional, gracias a los 200.000 millones de avales concedidos por el gobierno. Hasta tal punto ha llegado la connivencia y respaldo del gobierno de Zapatero a la banca, que se ha quedado a la derecha de lo que hoy está ocurriendo en EEUU, centro del capitalismo mundial. En el Congreso se ha presentado una moción que pretendía que condicionar la compra de activos financieros o el otorgamiento de avales públicos a los bancos a que éstos aumenten los créditos a las pymes y los préstamos hipotecarios. Igualmente la moción proponía condicionar las ayudas al reparto de dividendos durante 2009 y a la limitación de los salarios de los directivos. Una propuesta tan sensata como que Obama la está aplicando en EEUU. Pues Zapatero simplemente la ha rechazado, sumando los votos del PP. Cuando en plena transición, Emilio Botín padre osó, alegando su gota, posar su pierna en la mesa de Adolfo Suárez, éste le obligó a retirarla inmediatamente, porque “ningún banquero pone los pies encima de la mesa del presidente del gobierno”. Ahora la situación ha cambiado, los elogios de Botín al inquilino de la Moncloa son desmesurados. En una comida con el Rey en el Patronato de la Fundación Comillas, y en presencia de importantes personajes de la vida económica y política, Botín pronunció la sentencia: “No sabemos la suerte que hemos tenido con este hombre en la presidencia, Señor, está colocando España en lo mas alto de la escena internacional, un hombre providencial para todos….”. Al mismo tiempo, el gobierno no tiene reparos en colocar, a través del gobernador del Banco de España, el recorte de las pensiones encima de las mesas. Este es el gobierno de Zapatero. El gobierno de Botín.

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