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El Gobernador del Banco de España apuesta por las pensiones privadas

Numerosos diputados, de todos los colores, empiezan a comparar a Luis María Linde con Miguel Ángel Fernández Ordóñez, una visión que también comparte un sector del Gobierno. El gobernador se dejó este jueves en el Congreso algunos pelos en la gatera al apostar por abrir el sistema de pensiones al modelo de capitalización, justamente cuando las dificultades del PP para verse acompañado por otros grupos en la reforma que discute el Pacto de Toledo van en aumento.

“Esto es una provocación. Al Gobierno y al Banco de España se les ha visto el plumero, quieren achicar espacios para abrir a los grandes bancos y las grandes aseguradoras el negocio de las pensiones”, afirman desde Izquierda Plural. “¡Deje a la Seguridad Social en paz!”, le espetó al gobernador, Luis María Linde, el diputado de esta formación Joan Coscubiela.

En síntesis, lo que ha venido a advertirle Linde a un sector del Gobierno, hay quien sospecha que por boca del ministro Luis de Guindos, es que la reforma de las pensiones sobre la que trabaja, basada en la precisión del llamado factor de sostenibilidad, no es suficiente para hacer sostenible el sistema de Seguridad Social. Esta reforma, en opinión del Banco de España, tiene un “potencial limitado” para asegurar desde el actual modelo de reparto “unos estándares de vida” a la población jubilada similares a los alcanzados en su vida activa. Por ello, Linde ve necesario “explorar fórmulas complementarias de capitalización” que refuercen el ahorro, bien sea desde el sector público o desde el privado. Lo cree urgente y le ha dicho al Ejecutivo que realice cuanto antes “su estudio e implantación” pues las medidas que ahora están en discusión en el Congreso son insuficientes.

Las recetas del gobernador han molestado a los grupos políticos y también a parte del Gobierno. A juicio del exministro Valeriano Gómez, portavoz del PSOE en la comisión de Economía, lo que hay que hacer es fortalecer el sistema de reparto de las pensiones, “el que mejor se ha desenvuelto en el último medio siglo”, pues hay países que apostaron por otro modelo y están dando marcha atrás.

Más importancia que el malestar creado en los grupos políticos por el discurso del gobernador tiene el enfado que hay en un sector del Gobierno, en el que pesan las opiniones de los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro, de Empleo, Fátima Báñez, y de Moncloa, por la forma en que puede incendiar el debate sobre las pensiones que se afronta en el Pacto de Toledo. “Nosotros nunca hemos contemplado ni el sistema de capitalización ni siquiera un modelo mixto, solo queremos mejorar y perfeccionar el sistema de reparto y, si es posible, con el más amplio apoyo político”, aseguran fuentes gubernamentales.

Esta desautorización de Linde, al que algunos ministros ya comparan en su papel con el que quiso desempeñar en sus buenos tiempos Miguel Ángel Fernández Ordóñez, amplía su eco con la apuesta que el propio gobernador hizo este jueves a favor de una nueva reforma laboral que flexibilice todavía más la política salarial y la negociación colectiva.

Ninguno de estos planes figura en la agenda de la ministra de Empleo, quien hace solo dos semanas ya intentó parar los pies al Banco de España advirtiéndole de que su prioridad inmediata debe ser que fluya el crédito y que no tiene sentido alguno defender a estas alturas la supresión del Salario Mínimo Interprofesional, una propuesta que este jueves matizó el gobernador. Esto es algo que le recordaron también a Linde la mayoría de los grupos políticos de la oposición. “Ocúpese de que haya crédito y no pida más rebajas salariales, usted ya debería tener suficiente trabajo con el saneamiento del sector financiero”, se le contestó desde las filas del PSOE, después de que el propio Linde reconociera que, aunque la crisis financiera se encuentra en fase de superación, no está ni mucho menos resuelta, ante los riesgos y las incertidumbres que persisten sobre ella.

Casi el único mensaje conciliador que Linde tuvo para para el equipo económico del Gobierno es el que serviría para avalar las previsiones de Luis de Guindos: a partir del tercer trimestre del año, podrían verse tasas positivas de crecimiento aunque, eso sí, para ver la creación de empleo habrá todavía que esperar. Una de cal y otra de arena.

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