UCE en el 1 de mayo

El futuro nos pertenece

En 1889, el Congreso Obrero Socialista de la Iª Internacional decidió declarar el 1º de mayo como la jornada de lucha mundial de la clase obrera en recuerdo y homenaje a los obreros asesinados en Chicago 3 años antes, con motivo de una huelga general por la exigencia de la jornada de trabajo de 8 horas.

En El Manifiesto Comunista, Marx y Engels llaman por primera vez en la historia a la “organización de los proletarios como clase, que tanto vale decir como partido político”. Desde entonces hasta nuestros días, los pueblos han aprendido que hacer la revolución es organizarla, y que la experiencia más importante de la clase obrera y los movimientos revolucionarios de todo el planeta es que el desarrollo y el triunfo de una revolución dependen de la existencia de un partido revolucionario del proletariado.

También hoy, en España, debemos partir de esa enseñanza clave. De ella depende todo.

Sólo construyendo un fuerte partido de la clase obrera y el pueblo podremos enfrentarnos con éxito a la oleada de ataques y recortes del hegemonismo. Sólo con una sólida organización, nuestro pueblo podrá hacer suya la experiencia que ha permitido a los pueblos hacer retroceder a los mayores imperios. Cuando millones nos unimos y nos movilizamos de forma consciente, somos imparables. Y el elemento clave que lo decide todo es la organización en un numeroso y sólido Partido como núcleo dirigente del pueblo, y en un Frente amplio capaz de unir y representar los intereses del 90% de la población. «Hacen todo lo posible para que pensemos que no se puede ya cambiar el mundo en el que vivimos. Que nada de lo que hagamos servirá»

Reproducimos a continuación extractos de algunos de los brindis realizados el 1º de Mayo en nuestras sedes, durante las comidas populares que celebramos en numerosas ciudades de toda España tras las manifestaciones.Un movimiento de la inmensa mayoríaEn este 1º de Mayo vivimos un momento crucial donde se está decidiendo, y por mucho tiempo, nuestro futuro. Asistimos a una ofensiva brutal, dictada por Washington y Berlín y ejecutada por los Zapatero y Rajoy de turno, contra los intereses del 90% de la población. Y en primer lugar de la clase obrera y el pueblo trabajador.

Desde que se inició esta ofensiva hemos sufrido todo tipo de ataques a nuestras condiciones de vida, mientras se dedican cientos de miles de millones de euros a rescatar a los bancos españoles y a pagar unos intereses de auténtico robo y usura a la banca extranjera por la deuda pública.

Pero ni siquiera con eso tienen bastante. Quieren más y ya se han lanzado contra la sanidad y la educación públicas, poniendo en peligro nuestra salud y el futuro de nuestros hijos. Y preparan la privatización y la entrega al gran capital extranjero del sistema público de pensiones, el ahorro construido con el trabajo y el esfuerzo de millones de españoles a lo largo de generaciones para asegurar a nuestros mayores un nivel de vida mínimamente digno.

La indignación y el rechazo de la mayoría de la población ante esta sucesión de ataques no para de crecer, como hemos visto en la huelga general del 29 de marzo o en la manifestación de hoy. Pero sólo con indignación y rechazo no es suficiente para detener sus planes. Necesitamos fuerza política para hacerles frente con éxito. Y para eso nos hace falta unidad y organización.

Ahora es el momento de dar un paso al frente. De unirnos todos los que padecemos las consecuencias de sus ataques y trabajar codo con codo por organizar desde abajo, desde los barrios y pueblos, desde los centros de trabajo y estudio, un frente amplio de unidad capaz de representar y defender los intereses de 90% de la población.

Nuestra fuerza reside en que, como dice Marx en el Manifiesto Comunista, el nuestro es “un movimiento de la inmensa mayoría en favor de una mayoría inmensa” (…) Yo quiero brindar porque a partir de este 1º de mayo, todos los que estamos aquí redoblemos nuestro trabajo para hacer realidad el frente amplio de unidad que nuestro pueblo necesita para torcer el rumbo de paro, empobrecimiento y miseria al que quieren condenarnos.Quiénes son los enemigos, quiénes los amigos(…) Yo sólo quiero que leamos juntos un trozo del alegato final que George Engel, el obrero tipógrafo que sería ahorcado en Chicago junto a 4 de sus compañeros, pronunció ante el tribunal que dictaría su infame ejecución:“¿En qué consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonan millones, otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencias deben ser utilizadas en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con la naturaleza y mediante ellas robáis a las masas del pueblo a la vida, a la libertad y al bienestar. No combato individualmente a los capitalistas, combato al sistema que produce sus privilegios. Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quienes son sus enemigos y quienes son sus amigos. Todo lo demás: el poder de un gobierno inicuo, sus policías y sus espías, merece mi desprecio… No tengo más que decir»

Ese fue su crimen, del que nosotros nos declaramos también culpables: luchar por acabar con un sistema capitalista que condena a la degradación, el empobrecimiento y la infelicidad a millones de personas para que unos pocos amontonen riqueza y privilegios sin fin. Luchar por una sociedad libre de explotación y opresión, donde como el agua y el aire, los frutos de la tierra, del trabajo y del ingenio de los hombres sean utilizadas en beneficio de todos. Acabar con el sistema de esclavitud asalariada donde unos pocos se apropian de la riqueza que produce el trabajo de la mayoría y pasar a un mundo libre de explotación y opresión en el que sea posible la libertad y la felicidad de todos. Construir nuestro propio partidoLo que yo os quiero decir es que para conseguir todo esto la clase obrera y el pueblo tenemos que organizarnos, construir nuestro propio partido. Nuestros enemigos parecen muy fuertes, no sólo porque estén muy bien organizados, sino sobre todo porque hacen todo lo posible, y hasta lo imposible, para que nosotros no nos organicemos. Es más, si ellos son fuertes es porque nosotros no estamos organizados. Si la gente nos organizamos, no son nada.

Ellos saben que no pueden impedir el descontento y la indignación. Pero lo que no pueden permitir bajo ningún concepto es que nos organicemos igual que ellos están organizados para defender sus intereses. Hacen todo lo posible para que pensemos que no se puede ya cambiar el mundo en el que vivimos. Que nada de lo que hagamos servirá (…)

Por eso, yo quiero brindar para invitaros a todos los que todavía no pertenecéis al partido, a conocer y discutir nuestra línea, nuestra trayectoria de lucha de más de 40 años, el pensamiento y los principios desde los cuales hemos podido dar y encabezar batallas como la del referéndum de la OTAN, la lucha contra el nazifascismo en Euskadi o la actual por la redistribución de la riqueza y la defensa de la soberanía nacional para salir de la crisis en beneficio de la mayoría.

En definitiva, para que conozcáis los cimientos en que se funda Unificación Comunista de España y así podáis trabajar con nosotros en hacer de nuestro partido el núcleo más firme y combativo de la clase obrera y el pueblo español, sin el cual la causa del socialismo no podrá triunfar.

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