23/10/2017
El Partido Liberal Democrático del primer ministro japonés, Shinzo Abe, tuvo una victoria abrumadora en las elecciones a la cámara baja de Japón el domingo. Las elecciones nuevamente demostraron la capacidad política de Abe para enfrentar las crisis. Sus índices de aprobación se desplomaron a menos del 30 por ciento este verano, poniendo en peligro su posición. Pero aprovechó el lanzamiento de misiles de Corea del Norte para aumentar la sensación de crisis en Japón y mejorar su índice de aprobación al 50 por ciento. Luego disolvió la cámara baja y forzó una elección repentina. Aparentemente él ha ganado la apuesta.
Abe podrá enmendar la constitución ya que más de dos tercios de la Cámara de Representantes lo apoyan, pero sigue habiendo una fuerte oposición a una enmienda constitucional en la sociedad japonesa (…) Discutir los detalles de las elecciones de Japón no tiene sentido dada la situación cambiante. Lo que es importante es que Abe ganó un punto de apoyo firme con una postura más agresiva. (…)
La élite política de Japón puede revisar la constitución o agregar otra disposición para aclarar el estado legal de sus fuerzas de defensa. Pero si los japoneses toman esto como prioridad, perderán la parte más importante. La seguridad no es el desafío más crítico de Japón. Después de todo, ningún país se atreve a atacar a Japón dada su alianza con los EE.UU. Las pruebas nucleares y de misiles de Corea del Norte son una preocupación mayor para China y Corea del Sur que para Japón.
Si todo Japón sigue preocupado por la seguridad nacional, habrá sido gravemente engañado y habrá juzgado erróneamente la situación en forma colectiva. Francamente, el alboroto político de Japón no sirve a los intereses estratégicos del país.
Japón necesita volver a estar a la vanguardia de las economías desarrolladas a través de la innovación tecnológica. Necesita hacer avances en el panorama estratégico donde ha consolidado su alianza con los EE. UU. Pero ha tensado las relaciones con China. (…) Mejorar las congeladas relaciones chino-japonesas sirve a los intereses de ambos países, pero será difícil de realizar. Solo si Abe puede mejorar sustancialmente las relaciones bilaterales [con China] podrá Japón revitalizarse y recuperar su iniciativa en el mundo.