Elecciones en la India

El frente de Izquierda en la India

Aunque prohibido por la ley, el estricto sistema de castas sigue imperando en esta India del siglo XXI que se debate entre la tradición y la modernidad que ha traí­do durante los últimos años su extraordinario, pero desigual, crecimiento económico. Como no podí­a ser de otra manera, la lucha por la igualdad de castas y contra la discriminación social también ha llegado a la polí­tica de la India, donde comenzaron unas largas elecciones divididas en cinco fases.

En estas elecciones ha emergido con fuerza otra figura olí­tica que aspira a llevarse los votos de las clases indias más desfavorecidas, entre las que destacan los 160 millones de «dalit» («intocables»). Se trata de Mayawati, quien nació hace 39 años en una de las castas más bajas del paí­s, los Hindu Jatav o Chamar, y superó todo tipo de barreras sociales para poder estudiar Derecho y trabajar luego como profesora y magistrada de distrito. En 1995, revolucionó el tradicional escenario polí­tico indio al ser la primera «dalit» en convertirse en ministra jefa del influyente estado de Uttar Pradesh.

Esta región del norte de la India, la más populosa del subcontinente con 160 millones de habitantes, resulta crucial en las elecciones porque aporta 80 de los 544 diputados del Parlamento (Lok Sabha). Tras arrasar en 2007 en las elecciones estatales de Uttar Pradesh, Mayawati pretende ahora dar el salto a la arena nacional intentando reunir el número de escaños suficientes que le permita entrar en el futuro Gobierno de coalición que, tanto de un signo como de otro, saldrá de las urnas. Desde el Partido Bahujan Samaj (BSP), lidera un «Tercer Frente» compuesto por grupos de izquierdas y regionalistas que se ha marcado como objetivo ampliar su espectro electoral más allá de los parias y apela al voto de la clase media y los musulmanes.

Liderando un «Tercer Frente» de partidos de izquierdas y regionalistas, la reina de los «intocables», Mayawati, aspira a convertirse en la primera «dalit» encargada de formar Gobierno en la India gracias a sus fuertes apoyos en esta región.El tradicional equilibrio bipartidista que permanece instalado en Nueva Delhi desde que el paí­s ganó su independencia puede romperse por primera vez. La fragmentación del mapa polí­tico indio. Surge con fuerza un tercer frente de izquierdas, que cuenta con varios partidos regionales y con dos fuerzas de vocación nacional, el Partido Comunista de India-Marxista (PCM) y el BSP, o Partido de la Mayorí­a, de Mayawati. Así­, las decimoquintas elecciones de India desde su independencia podrí­an concluir con un miembro de la casta de los intocables, Mayawati, elegida primera ministra. Conocida como behenji o hermana por sus millones de seguidores, se ha convertido en un sí­mbolo de la casta de los intocables, que ha sufrido siglos de oprobio y marginación en India.El Partido del Congreso parte como favorito, sobre todo porque parece imposible que el BJP vuelva a su nivel de voto de hace cinco años. Además, algunos antiguos aliados del BJP, como el BJD de Orissa – donde ha habido pogromos contra cristianos-,le han dado la espalda por su fanatismo religioso. Un gobierno del nacionalista BJP podrí­a aumentar la beligerancia con Pakistán y dar al traste con el proceso de distensión, en jaque desde los atentados de Bombay. Serí­a, además, reacio a perder influencia en Afganistán en beneficio de Pakistán, en un momento en que la OTAN medita cómo salir del avispero afgano sin perder la cara, mientras que en el interior podrí­a desgarrar el frágil tejido religioso con propósitos electorales, tal como ha hecho en el pasado. Todo indica que el frente de izquierdas tendrá la clave en la formación del próximo gobierno. Y cuando dentro de un mes las más de mil máquinas contadoras de votos se detengan y se anuncien los resultados oficiales, comenzará el baile de alianzas y pactos que culminará con el nombramiento del nuevo primer ministro.El Avance del llamado Tercer Frente, parece ponerles en la posición clave para que el partido en el gobierno renueve legislatura. Esto puede impulsar, un retorno a la polí­tica de no alineamiento, volver a reforzar los lazos con Irán y Rusia y se desengancharí­a de la estrategia norteamericana de contención de China.

Deja una respuesta