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El FMI pide a Portugal «nuevos esfuerzos» en salarios y pensiones

“Los graves desequilibrios del país se han corregido, ha vuelto el crecimiento y comienza a declinar el desempleo”, señala el informe trimestral del FMI sobre la situación de Portugal; pero también lanza advertencias: “siguen algunos desafíos que exigen un esfuerzo continuado de reformas estructurales”.

Técnicos del FMI visitaron Lisboa del 5 al 17 de este mes para supervisar el plan de reformas desarrolladas por el Gobierno de Pedro Passos Coelho. El FMI espera que la recuperación económica “se fortalezca” este año, gracias a las reformas emprendidas pero, sobre todo, a una coincidencia de factores internacionales (tasa de cambio favorable al euro y caída del precio del petróleo, fundamentalmente).

Los técnicos señalan que el programa de ajuste económico de Portugal ha estabilizado una economía que estaba profundamente desequilibrada, ha comenzado a recuperar el empleo (del 16% al 13,4% de paro) y que, gracias a la caída de los intereses, Portugal ha devuelto anticipadamente parte de los créditos del FMI.

«Pero faltan decisiones políticas para encarar herencias de la crisis y desequilibrios históricos del país», dice el FMI. Para el organismo internacional el actual ritmo de creación de empleo es insuficiente para reducir la pobreza y las desigualdades. Es más, el FMI augura que los trabajadores menos cualificados, “probablemente perderán el vínculo con el mercado laboral, desistirán de buscar empleo o emigrarán”. La única solución es un crecimiento más fuerte gracias a las exportaciones (aunque en este primer trimestre han caído) y unas importaciones «equilibradas» en bienes de inversión que permitirían absorber la fuerza laboral.

Otro problema particular del país es el endeudamiento excesivo de la empresa privada, que continuará impidiendo la inversión, «perpetuando el destino de recursos a empresas improductivas y generando riesgos para la estabilidad financiera».

El FMI aconseja continuar con la disciplina presupuestaria. «En 2014 la recuperación del consumo elevó el crecimiento al 1%. Para este año el crecimiento se sitúa entorno al 1,6%; sin embargo, la deuda pública es del 128,7% del PIB. El déficit presupuestario va a seguir por encima del 3%, quedándose en el 3,2% (en 2014 fue del 3,4%).

El FMI sigue pidiendo que se fomenta la competitividad. “El programa de ajuste lanzó un gran número de reformas y desempeñó un papel significativo en la restauración de la credibilidad del país en el extranjero”. El FMI señala que los cambios en la administración fiscal y en el sistema de salud ya han dado resultados, pero critica la burocracia de la administración pública y los retrasos en los pagos, sobre todo en los ayuntamientos. “Solo una profunda reforma del Estado podrá producir resultados tangibles en la mejora del funcionamiento de la administración pública”.

El FMI aconseja reformas en los costes de la energía, en el uso de la infraestructura de transportes (en especial en los puertos) y en los servicios profesionales, aún pendientes. A este respecto, el Gobierno va a acelerar la privatización del metro de Lisboa, de los autobuses urbanos y de las instalaciones del puerto, aparte de las líneas aéreas TAP. A finales de mayo, el 66% de TAP ya estará privatizado y antes del verano también el resto de empresas públicas mencionadas. El Gobierno espera ahorrarse con esas operaciones unos 500 millones de euros, con los que cuadraría sus presupuestos y dejaría el déficit en torno al 3%.

Advertencia sobre el salario mínimo

El FMI advierte de la subida del salario mínimo (desde diciembre se fijó en 505 euros) que si puede ser útil para impedir abusos laborales, también puede tener el efecto de reducir aún más las posibilidades de empleo de los trabajadores menos cualificados. Así que recomienda que las nuevas iniciativas en la esfera de laboral no perjudiquen la creación de empleo.

Respecto al sector bancario, el FMI recomienda que saquen «provecho de la actual coyuntura económica y financiera, propicia para abordar con más vigor la cuestión del sobreendeudamiento de las empresas. Deben movilizar más capital, reforzar las provisiones y acelerar el ritmo de reconocimiento de pérdidas».

«El objetivo de la política presupuestaria de Portugal a medio plazo debe ser el de reducir la deuda pública», recomienda el FMI. «La consolidación de las finanzas públicas durante el programa de ajuste fue considerable, del orden del 8% del PIB en el periodo 2010-2014», pero si esta reducción al ministro de Economía, Antonio Pires de Lima, le parece importante, al FMI no, porque ese esfuerzo no ha sido a costa de reducción de costes sino a costa de aumento de impuestos. “El esfuerzo estuvo más fuertemente dirigido hacia medidas de captar ingresos de lo que se preveía inicialmente. Para el futuro la política presupuestaria debe tener como objetivo la racionalización de costes en todas las esferas de la Administración pública”. En estos años se han suprimido, es cierto, algunos organismos, pero sus plantillas, no. “La reducción de los gastos públicos exigirá», concluye el FMI, «nuevos esfuerzos en reformas estructurales en regímenes salariales y pensiones”.

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