Bolivia y Paraguay sellan el conflicto del Chaco

El fin de un conflicto instigado por el imperialismo

Con Fernando Lugo a su izquierda y Evo Morales a su derecha, entre los tonos dorados del Salón Blanco de la Casa de Gobierno, Cristina Kirchner encabezó anoche una ceremonia regional histórica, en la que entregó a sus colegas de Paraguay y Bolivia el acta final (memoria) que terminó con el diferendo limí­trofe por el Chaco Boreal. El mismo desde la devastadora guerra que entre 1932 y 1935 ocasionó la muerte de 90 mil paraguayos y bolivianos.

Con Fernando Lugo a su izquierda y Evo Morales a su derecha, entre los tonos dorados del Salón Blanco de la Casa de Gobierno, Cristina Kirchner encabezó anoche una ceremonia regional histórica, en la que entregó a sus colegas de Paraguay y Bolivia el acta final (memoria) que terminó con el diferendo limí­trofe or el Chaco Boreal. El mismo desde la devastadora guerra que entre 1932 y 1935 ocasionó la muerte de 90 mil paraguayos y bolivianos. Después de reunirse apenas cinco minutos con sus colegas en su despacho. Cristina Kirchner, cerró el acto al que calificó de «sí­mbolo de una clausura definitiva a aquella etapa de enfrentamientos sin sentido que lo único que hicieron fue llevar agua al molino de los otros», que «no estaban en la América del Sur». Se referí­a la Presidenta, sin nombrar paí­ses, a la injerencia de potencias como Estados Unidos y Gran Bretaña en favor de sus gigantes petroleros (la Standard Oil y la Royal Dutch Shell) ligados directamente a la guerra paraguayo boliviana.Y anoche mientras Lugo hací­a «vivas por la paz para que las apetencias externas nunca más» los enfrente, Morales calificaba la jornada de «trascendental», fruto de tiempos de «amistad y solidaridad, entre los pueblos», y de presidentes que vení­an de la lucha social.La lí­nea fronteriza se extiende a lo largo de casi 700 kilómetros, entre el vértice del rí­o Pilcomayo hasta el formado por el rí­o Negro y el rí­o Paraguay. Según los historiadores, el control del Chaco Boreal -cruzado por el rí­o Paraguay- era estratégico para los dos únicos paí­ses de Suramérica que no tienen salida al mar y el conflicto armado fue alentado por las empresas petroleras ante la creencia de que en esa región existí­an enormes reservas de hidrocarburos. La contienda enfrentó a unos 250.000 soldados bolivianos contra unos 150.000 paraguayos y dejó casi 100.000 muertes, buena parte de ellos afectados por la malaria y la falta de agua.Entre 1927 y 1928, técnicos de la compañí­a estadounidense Standard Oil, con sede central en Nueva Jersey, descubrieron petróleo en la zona occidental del Chaco, en las estribaciones de los Andes. Comenzó a sospecharse que los yacimientos se extendí­an hacia el este, ya en territorio paraguayo (donde los derechos de exploración eran propiedad de la Royal Dutch Shell, (holandesa).Y además, volvió a cobrar importancia el tema de la salida al mar de Bolivia, dado que, de no contar con ella, la única manera de exportar el crudo serí­a a través de la Argentina. Aquí­ está la razón principal de los alineamientos en el conflicto: si Bolivia contaba con una salida (aún indirecta) al Atlántico, el control de la exportación del petróleo quedaba en sus manos (y en las norteamericanas) en detrimento de los intereses británicos y de sus aliados en el establecimiento argentino.La guerra del Chaco fue la más grande y más sangrienta que se libró n América durante el siglo XX. El enorme despliegue de material bélico y municiones no tiene comparación con ningún otro conflicto americano a lo largo de ese siglo, ni siquiera la Guerra de Malvinas. En lo económico la guerra fue un desastre para ambos paí­ses. Años después se descubrió que no existí­an más yacimientos petrolí­feros aparte de los que ya se habí­an descubierto en la precordillera boliviana del Chaco.La región está cubierta por matorrales copiosos y árboles como el quebracho, y el potencial para la agricultura tradicional era pobre. La mayor parte del año el clima es caliente y seco y es sede de una impresionante variedad de serpientes venenosas e insectos portadores de enfermedades. El agua dulce es sumamente escasa en las zonas centrales del Chaco Boreal y los pocos pozos y lagos en la región adoptaron una importancia central estratégica en las campañas de la guerra. Durante el invierno hay una temporada de lluvia de corta duración en la que los pocos caminos, que son senderos polvorientos durante la mayor parte del año, se convierten en ciénagas intransitables. Es una de las regiones más inhóspitas del mundo para librar una guerra intensa, de hecho fue una de las guerras más duras sufridas en la historia.»Es un dí­a histórico para Bolivia y Paraguay, un tiempo de amistad y paz, de solidaridad entre los pueblos», ha dicho Morales, el primer protagonista en hablar durante la ceremonia. «La guerra entre Paraguay y Bolivia no fue provocada por sus pueblos, sino impulsada por las trasnacionales para controlar los recursos naturales», ha apuntado el jefe de Estado boliviano antes de agradecer la mediación de Argentina y el trabajo de los técnicos.También Fernando Lugo definió el acuerdo como un «paso trascendental» para ambos paí­ses, reflejo de un espí­ritu de «pacificación y confraternidad». El presidente paraguayo ha abogado por la integración binacional y se ha referido al enorme potencial energético de los dos paí­ses.La memoria final entregada ayer por Cristina Kirchner a sus colegas es el trabajo de la Comisión Mixta Demarcadora de Lí­mites Boliviano Paraguaya / Paraguayo Boliviana que, bajo la presidencia argentina, empezó su labor en 1938 y la terminó en 2007.A lo largo de estas décadas, y sobre el terreno, la Comisión tuvo a su cargo la tarea de amojonar la lí­nea divisoria en el Chaco Boreal. Ayer por la tarde, Taiana habí­a entregado a los cancilleres Franco, de Paraguay y Choquehuanca, de Bolivia el acta que por la tarde firmaron Cristina, Lugo y Morales.

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