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El fiasco occidental en Ucrania

Por un momento, los líderes de Occidente podrían haber dejado de felicitarte así mismos por sus «progresos» en Ucrania.

Con su respaldo, los manifestantes opositores en Ucrania lograron de manera exitosa dar al traste con el gobierno pro-ruso, obligando a la salida del presidente que aborrecían y dando un revés humillante al Kremlin.

El Occidente podría haberse anotado una importante victoria en su episodio de combate geopolítico más reciente. Pero las cosas dieron otro giro.

Apenas poco después, Rusia se puso de regreso. Ahora, el personal militar ruso está desplegado en el este de Ucrania para proteger los intereses legítimos rusos y las regiones proclives a Rusia que clamaban una secesión de Kiev, Ucrania se encuenta a las puertas del caos total y la desintegración.

La estrategia del Occidente para instalar un gobierno así llamado democrático y favorable al Occidente en Ucrania no lo logró del todo. Por el contrario, han creado un desorden que no tienen la capacidad ni la inteligencia para aclarar.

Su desafortunado plan resultó fundamentalmente defectuoso desde el principio. Primero que todo, se dispararon a su propio pie cuando, bajo el presunto cliché de apoyar la democracia, interfirieron en los asuntos domésticos de Ucrania al involucrarse en una mediación amañada.

En segundo lugar subestimaron la decisión de Rusia para proteger su núcleo de intereses en Ucrania.

Rusia podría no estar más tiempo interesada por competir por la preminencia global con Occidente, pero cuando esto se refiere a la limpieza del caos que occidente creó en el patio trasero, los líderes rusos una vez más dan prueba de su credibilidad en la planeación y ejecución de acciones eficaces para contrarrestarlo.

Por último, pero no menos importante, los líderes de Occidente sufrieron una desilusión cuando supusieron que con una menguada autoridad moral y finanzas quebradas, aún podrían acometer una gran tarea en la construcción de un país.

Desafortunadamente, Ucrania y su pueblo se han convertido en una enorme víctima de su penoso proceso.

El pueblo de Ucrania no cree en las promesas occidentales de democracia y prosperidad.

En lugar de ello, todo lo que puede ver en su amado país ahora es confusión política y depresión económica.

El Occidente por sí mismo también se convierte en un perdedor cuando el fiasco en Ucrania seguramente erosionará su credibilidad.

Para el resto del mundo, una vez más, las personas ven a otro gran país alejarse de un torpe Occidente que impulsa demasiados ideales nobles, pero siempre queda corto en las soluciones prácticas.

Pero el mundo no necesita ser demasiado pesimista. El juego en Ucrania está lejos de terminar. La comunidad internacional aún tiene la oportunidad de salvar al país mediante el trabajo conjunto.

Las potencias deberían deponer su animosidad y comenzar a trabajar para un compromiso. Los ucranianos deberían abandonar sus combates políticos intestinos y contribuir a restaurar la ley y el orden en su país tan pronto como sea posible.

Después de todo, una Ucrania estable, completa e independiente está en el mejor interés de todos, incuyendo el de China.

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