Puede parecer una broma de mal gusto. Pero no lo es. Se trata de una manifestación pública más del desprecio por la vida y los padecimientos del pueblo que exhibe la clase dominante española, expresada por uno de sus más cualificados representantes. De la insensibilidad, la indiferencia y la mezquindad de una oligarquía depredadora, corrupta y vendepatrias hasta el tuétano a la que sólo importa su cuenta de resultados aunque el país se desangre a ojos vista y el pueblo se empobrezca sin límites.
¿Un momento fantástico para la economía española? ¿A qué se refiere, a qué entre 2013 y 2015 los españoles pagaremos 124.000 millones de euros en intereses de la deuda pública, tanto como el PIB de un país como Suiza? Millones que el señor Botín, junto con sus colegas de la gran banca nacional y extranjera, se embolsarán casi en su totalidad gracias a la política carroñera que practican de recibir dinero del Banco Central europeo al 0,5% de intereses y comprar deuda pública española por la que cobran un 4,5%.
¿Qué hay más capital que nunca, más liquidez que nunca? Sí pero para él y los suyos que se disponen a intensificar el saqueo contra el 90% de la población, que en los dos próximos dos años vamos a sufrir nuevos recortes por un total de 18.000 millones de euros, según acaba de comunicar el gobierno a Bruselas después de asegurar hace sólo unos días que no habría más ajustes en los presupuestos. Recortes que aplicarán, mitad y mitad, autonomías y ayuntamientos mediante subidas de impuestos y supresión de servicios sociales.
«El fantástico momento que atraviesa la economía de Botín está construido sobre la pobreza y los padecimientos de la mayoría» ¿Qué está llegando a España dinero por todas partes? Sí, desde luego, pero para que el capital extranjero se esté dando un auténtico festín haciéndose con las joyas de la corona de la economía española y monopolizando ya casi la mitad de la industria nacional. Pescanova, Fagor, Panrico, Iberia, Orizonia, Ence, Roca, NH Hoteles,… Una tras otra, cierran, recortan plantillas o se venden al capital extranjero. Dinero que está llegando porque la gente como Botín ha puesto España en venta a precio de saldo, con tal de mantener a flote sus bancos para que obtengan, sólo en el primer semestre del año, unos beneficio de más de 5.000 millones de euros.
Ese “fantástico momento” que atraviesa la economía de Botín y la gente de su clase está construido sobre la pobreza y los padecimientos de la mayoría. Si ellos pueden disponer de “más capital y liquidez que nunca” es porque se lo están robando día a día a cada trabajador sin empleo o con sueldos de miseria, a cada pensionista al que recortan fría e implacablemente la pensión, a cada familia que cae en la pobreza, a cada desahuciado que se queda sin techo para los suyos, a cada joven que debe dejar sus estudios por falta de becas, a cada profesional que abandona España para encontrar un futuro digno.
Su entusiasmo por la marcha de la economía corre en paralelo con el grado de sumisión con que ellos y sus gobiernos –antes el de Zapatero, ahora el de Rajoy– se están entregando a la política de intervención y saqueo sobre España dictada por el FMI y Bruselas.
«Si ellos pueden lanzar impunemente estas provocaciones es porque nosotros no estamos unidos y organizados» Bajo la aparente soberbia que encierran sus palabras, Botín y los suyos no son en realidad más que apéndices de quienes en Washington y Berlín han decidido que la población de los países a los que despectivamente nos denominan PIGS (cerdos en inglés) paguemos la factura de su crisis. Recibiendo a cambio, eso sí, suculentas y sustanciosas migajas. Si los bandidos financieros de Wall Street y Frankfurt pueden intervenir impunemente España y saquear a conciencia a nuestro pueblo es gracias a que Botín y los suyos les han abierto las puertas de par en par. Y si Botín y los suyos pueden seguir mandando en España es gracias a que cuentan con el apoyo de esas potencias imperialistas a las que tan grandes servicios hacen.
Decían los antiguos griegos que los dioses ciegan a quienes quieren perder. El torpe e impertinente alarde expresado por el capo supremo de la oligarquía financiera española es razón más que suficiente para que cualquier persona honrada y consciente se ponga manos a la obra para transformar toda la indignación que provocan sus palabras en fuerza política organizada para acabar de una vez por todas con el poder de esta gente. Ellos son una ínfima minoría, nosotros somos el 90%.
Si ellos pueden lanzar impunemente estas provocaciones es porque nosotros, el pueblo trabajador, no estamos unidos y organizados. Y eso es lo que les da la fuerza para actuar de este modo. Construir y organizar un frente amplio de unidad que levante y defienda consecuentemente los intereses de los trabajadores y el pueblo es la alternativa que necesitamos para oponer a la pobreza y la ruina que nos imponen Botín y los suyos una España popular y democrática, independiente y de progreso.