SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El fantasma del Frente Amplio

El debate lo ha ganado Rajoy. “Hemos salido airosos, pero esa sensación de haber recuperado la iniciativa nos puede durar sólo unos días; el tiempo que tarde en aparecer otra información especialmente adversa para el Gobierno. Todo está muy revuelto y nadie puede dar nada por seguro. Pero, sí; hemos ganado el debate”. Este era el diagnóstico, ayer al mediodía, de un experimentado diputado del Partido Popular, que hoy navega por las aguas menos agitadas del sector crítico con el marianismo.

En Moncloa, huelga decirlo, están contentos. Hace quince días creyeron estar a un paso del abismo y ayer al mediodía Mariano Rajoy salió del parlamento indemne. El miércoles por la mañana se tomó una copa de Soberano. Es un decir. Ignoro si al presidente del Gobierno le gusta el coñac ibérico, pero lo cierto es que subió a la tribuna con un tono alto. Vigoroso. Arrancó con una carga de caballería sobre la herencia recibida -José Luis Rodríguez Zapatero, el pensionista más feliz de la política profesional española-, y no perdió voltaje en ningún momento. Los presidentes se crecen. No es fácil que pierdan el debate sobre el estado de la Nación que Felipe González se inventó en 1983, para medirse con Manuel Fraga y sus tirantes.

Rajoy ha ganado, pero esta mañana, al despertarse, el tesorero Bárcenas seguía ahí. (Ayer por la tarde, recién acabado el debate, trascendió que tiene depositada ante notario una relación de donaciones y pagos entre 1994 y 2009). Nada indica que vayan a disminuir la indignación y el desasosiego.

Alfredo Pérez Rubalcaba sale del Congreso ensombrecido. Hace quince días se produjo un clímax informativo alrededor del caso Bárcenas. Uno de esos tornados mediáticos que pueden alterar la percepción de la realidad. En el PP todo eran crujidos. Rubalcaba pidió entonces la dimisión del presidente, con tonos de “Váyase, señor Rajoy”. Era su apuesta ante la inminencia del debate. Quiso elevar el listón. Al cabo de unos días, Felipe González -al que Rubalcaba dijo haber consultado-, desaconsejaba públicamente esa táctica. González está muy preocupado por la grave coyuntura española y sabe que el PSOE puede convertirse en la principal víctima de un abrupto derrumbe del actual sistema de partidos.

Prudente marcha atrás. Rubalcaba no ha vuelto a pedir la dimisión de Rajoy. Durante el debate, pese a su gran profesionalidad, en algunos momentos parecía tener la cabeza en otra parte. Estaba más que irritado por la maniobra de Pere Navarro. Por primera vez en la historia de la democracia, un relevante dirigente del Partido Socialista -partido juancarlista-, ha cuestionado al Rey. La petición de abdicación no es una anécdota, ni una alocada improvisación. El dardo fue lanzado justo una hora antes de que Rubalcaba subiera a la tribuna. Producciones Nicaragua. Había ayer en el PSOE un furor sarraceno. Quisieran romper con el PSC y no pueden: se convertirían en un partido testimonial en Catalunya.

La crisis está agitando el flanco izquierdo del Partido Socialista. Esta es la gran cuestión de fondo. Comienzan a existir condiciones para un Frente Amplio de izquierda-izquierda, que alcance el 20% de los votos en 2015. En Madrid hay gente trabajando con esa idea. En Catalunya, ERC ya encabeza la intención de voto directa. El PSC, en cuyo grupo dirigente queda cierta impronta de la extrema izquierda de los años setenta, manda un mensaje urgente al PSOE: hay que proteger ese flanco.

La factoría de frames que acompaña a Carme Chacón ya debe de estar soñando con la candidata de la generación del Príncipe. Alta mar. Un ex ministro de Defensa siempre se debe al Rey. Chacón bajó ayer el periscopio. ¡Inmersión, inmersión!. Y en el PSC la protegen: “No ha sido ella; esta vez no ha sido ella”.

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