Televisión

El «fake» del Gran Wyoming

La cadena Intereconomí­a, persistiendo en su campaña de difamación contra Wyoming, mostraba unas imágenes grabadas con cámara oculta en las que el presentador vejaba verbalmente a una becaria durante los ensayos de su programa. Después de haber sido llamado «capitalista, déspota, machista, anti-demócrata y tirano», el programa El Intermedio, que él mismo dirige, hizo público ayer que el video se trataba de un montaje falso (un «fake» en el argot audiovisual) difundido por ellos mismos a través de Internet.

Ya no es un secreto que los medios de comunicación recurran al insulto en directo ara destrozar a la competencia, o simplemente para degradar la imagen de un personaje público. Bromas telefónicas a Evo Morales o a Fidel Castro, grabaciones semi-ilegales de presentadores o colaboradores de la competencia, etc. Wyoming responde a estas nuevas estrategias con la elegancia que le caracteriza, y con el compromiso que avala su trayectoria. “Me da igual, ni becaria ni hostias, ni que gane 300 euros como si gana 300 millones. Yo sé lo que gano yo y por qué me lo gano. ¡Que traigan a gente cualificada!”. Así se dirigía Wyoming a la supuesta becaria, que resulto ser una actriz. Con su irreverente humor el presentador puso su cabeza en bandeja de plata a sus detractores, que saltaron como un resorte a aprovechar la ocasión. “Os la hemos colado”, anunciaba ayer esa misma actriz apareciendo en directo con un cartel en las manos. Jose Luis Monzón denunció así públicamente las retorcidas estrategias que utilizan algunos medios para controlar la información de la competencia (empresarial o ideológica). Apoyado por gran parte de su equipo reconoció que nunca trataría así a una becaria, ni a nadie. Para responder a las críticas Wyoming solo se degradó a sí mismo, o mejor, al personaje de sí mismo que ha creado para televisión, provocando una carcajada en el espectador, y una visible ruborización en sus enemigos declarados. Ahora le criticarán por querer audiencia, por hacer montajes baratos o por cualquier otra cosa. Lo cierto es que en la era del “todo vale”, del insulto y la bofetada en antena, El Gran Wyoming destacó por ser más grande que nunca, y hacer del humor y la autocrítica la mejor arma contra sus detractores.

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