Valencia. Salud pública

El envenenamiento de los acuí­feros

«Varios vecinos han sido afectados por las nubes de productos fitosanitarios, cuando estaban en el jardí­n de las viviendas o paseando por las zonas próximas al área afectada por la fumigación»

El uso de insecticidas ara las fumigaciones ha sido siempre un tema controvertido por el alto grado de protección de la que han gozado estas sustancias, rozando la razón de estado en casos graves y siempre un halo de secretismo. La denuncia de los vecinos de la urbanización Carambolo de Chiva, pueblo de la provincia de Valencia, pone encima de la mesa un problema que se puede estar dando en otros puntos de España de forma silenciosa, de la misma forma que las enfermedades ligadas a la fumigación de grandes edificios, muchas veces públicos, ha pasado casi desparcibida para la opinión pública. Los vecinos denuncian a la Fiscalía de Medio Ambiente de Valencia la fumigación de naranjos cercanos a los chalés y pieden que se aclare la relación entre la aplicación de herbicidas y la contaminación del pozo ocurrida un mes antes.Durante los días 8 y 9 de abril pasados se realizó la fumigación de las parcelas de cítricos cercanas a la urbanización, en la que residen de forma habitual 300 familias con muchos niños.En el escrito de la denuncia, avalado por 150 propietarios de chalés de la urbanización, recalca la lógica preocupación por los efectos sobre la salud puesto que "varios vecinos han sido afectados por las nubes de productos fitosanitarios, cuando estaban en el jardín de las viviendas o paseando por las zonas próximas al área afectada por la fumigación".¿Qué es lo que solicitan?Conocer el tipo de producto que han utilizado en las fumigaciones y su grado de toxicidad.Conocer si las personas que han estado aplicando los productos fitosanitarios disponen "del correspondiente carnet de manipulador de plaguicidas, si se respetan las dosis, prohibiciones y demás normativa vigente".Conocer "la posible relación entre los tratamientos fitosanitarios y la contaminación del acuífero del que se extrae el agua potable que abastece a la urbanización". El pasado 5 de marzo, estos mismos vecinos denunciaron el envenenamiento del acuífero de la urbanización, en el que se detectó por parte de la Empresa General Valenciana del Agua S.A. (EGEVASA) encargada de la gestión hídrica, unos niveles del herbicida terbutilazina que sobrepasan en más del 200% los niveles permitidos. Por mencionar dos casos destacados en los que se vió involucrado este herbicida, en 2003 los vecinos del pueblo de Novelda (Badajoz) se enteraron que llevaban mes y medio, como mínimo, consumiendo agua que contenía este herbicida. Sus manifestaciones ante la empresa concesionaria fueron tachadas de “politizadas” por el ayuntamiento del PSOE. Desde 2002 la Junta de Andalucía llevaba pidiendo al gobierno la prohibición de esta sustancia, lo que ocurrió (aunque por un año) en 2005 tras el envenenamiento del pantano de Iznájar, en Córdoba: el acuerdo al que se llegó con el Ministerio de Agricultura fue que se suspendía el uso de la Terbutilazina y otros fitosanitarios en los alrededores de los embalses que se destinen a la producción de agua de consumo humano, así como en la totalidad de la cuenca hidrográfica que abastece el pantano. La Terbutilazina tiene una elevada capacidad de contaminación de acuíferos e incluso de la tierra y la fruta si esta cae al suelo. Pertenece a la familia de las atrazinas, que se caracterizan por su carácter residual y por que pueden provocar lixiviación, proceso de lavado del suelo por la filtración del agua, hacia los acuíferos y embalses. En cuanto a sus efectos sobre la salud, son sustancias que se acumulan en la grasa corporal induciendo diferentes enfermedades, desde cáncer, a diarreas o alergias

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