SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El enorme crecimiento de las desigualdades

Uno de los fenómenos más llamativos y menos visibles en los medios de información de mayor difusión del país es el enorme crecimiento de las desigualdades, un crecimiento que, aun cuando la mayoría de la ciudadanía es consciente de su existencia, se desconoce y se subestima su grado de crecimiento. Así, numerosas encuestas realizadas en varios países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo), muestran que la mayoría de la ciudadanía cree que las desigualdades han crecido demasiado, pese a que su percepción del grado de desigualdad alcanzado en su país es menor del realmente existente. Así, la encuesta más detallada llevada a cabo en EEUU, realizada por Michael Norton, de la Harvard Business School, y Dan Ariely, de la Duke University, mostraba que, mientras la mayoría de la ciudadanía creía que el 20% más rico del país poseía el 58% de toda la riqueza del país (y creía que debía tener sólo el 30%), la realidad es que tenía el 82%. Ni que decir tiene que cuando a esta misma población se le da a conocer que la concentración real era muchas veces superior a la que creían que era, y muchas, muchas veces superior a la que desearan que fuera, respondían con sorpresa y diferentes grados de indignación. Sería interesante que se hiciera una encuesta semejante en España, uno de los países, junto con EEUU, más desigual hoy entre los países más desarrollados del mundo.En realidad, el grado de concentración de la riqueza adquiere incluso una dimensión más acentuada cuando se mira lo que posee el 1% de la población más rica. Por ejemplo, en EEUU posee el 23,5% de toda la renta del país. Nunca antes se había alcanzado tal nivel de concentración de las rentas desde principios del siglo XX, durante la Gran Depresión. Tiene que retrocederse al año 1928 para ver como el 1% más rico de EEUU poseía el 24% de toda la renta nacional. Tal porcentaje disminuyó debido a las intervenciones públicas del New Deal llevadas a cabo por el presidente Franklin D. Roosvelt (que incluso hoy continúa siendo el presidente más popular que aquel país haya tenido) y mantenidas más tarde por todos los otros presidentes de aquel país hasta principios de los años ochenta, cuando el presidente Reagan (y la Sra. Thatcher en Gran Bretaña) cambió radicalmente tales políticas.

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