Bruselas exige el pago del IVA a los servicios sociales

El doble rasero de Hacienda

La olítica fiscal es una de las principales herramientas de que dispone un gobierno. Subiendo o bajando los impuestos a unos o a otros, se puede impulsar el crecimiento y avanzar hacia una mayor igualdad o, por el contrario, lastrar el desarrollo y abrir todavía más la brecha social. Acabamos de vivir dos ejemplos paradigmáticos. Hace dos meses, el gobierno disminuyó desde el 43% al 18% los impuestos que los propietarios de acciones debían pagar por los dividendos de las mismas. Emilio Botín, que recibe anualmente 48 millones de euros por este concepto, se ahorró 12 millones de euros, que Hacienda dejó de recaudar. Ahora, una resolución de Bruselas prohíbe eximir del pago del IVA a los servicios sociales y a las actividades culturales, que van a ver así incrementadas notablemente las cantidades que deben pagar a hacienda. Para los banqueros, reducción de impuestos. Para las políticas sociales, incremento de la carga fiscal. Según la Agencia Tributaria, el fraude fiscal alcanza el 10% del PIB y se concentra en los grupos más pudientes de la población. La expresión popular de que "los ricos no pagan impuestos" se corresponde a la realidad. Además de este fraude, hay gran cantidad de desgravaciones fiscales que benefician primordialmente a las rentas superiores y que equivalen a subsidios públicos puesto que las personas que no gozan de tales privilegios fiscales ven aumentar sus impuestos para cubrir el vacío fiscal creado por aquellas desgravaciones. Es imprescindible un drástico giro en la política fiscal, donde paguen más quienes más beneficios han acumulado durante estos años. Y paguen menos quienes, como los trabajadores o las pymes, no disponen de rentas o sólo tienen modestas ganancias.

Deja una respuesta