Selección de prensa internacional

El discurso de El Cairo

Cuando el Presidente Bush hablaba los meses y años posteriores al 11 de septiembre de 2001, a menudo -aterradoramente- sentí­amos como si no reconociéramos a los Estados Unidos. Su visión era la de un paí­s atormentado por el miedo y empeñado en la venganza, una injusta opción impuesta al mundo y sobre sí­ mismos. Cuando escuchamos al presidente Obama hablar en El Cairo el jueves, reconocimos a los Estados Unidos

THE NEW YORK TIMES.- Al igual que muchas ersonas, estamos cercanos a la manera en que el presidente abordó el conflicto palestino-israelí. No se asustó de presionar al nuevo gobierno de Israel, insistiendo en que la construcción de asentamientos debe parar, la existencia de un Estado palestino no puede ser negada, y "la situación para el pueblo palestino es intolerable". ARAB NEWS.- El mundo se ha acostumbrado tanto a políticos que asiduamente adornan la realidad antes y después de acontecimientos políticos importantes, que era fácil creer que el presidente Barack Hussein Obama no estuviera ayer a la altura de las circunstancias ante el mundo musulmán en la Universidad Al-Azhar de El Cairo. Pero no sólo lo estuvo, sino que tal vez superó las expectativas incluso de los más optimistas. CHINA DAILY.- La necesidad de aumentar la eficiencia económica general debe prevalecer sobre las dificultades en el desmantelamiento de las empresas ineficientes. Ese mensaje ha sido impulsado por todas las empresas de los EEUU. Lo que constituye una buena noticia, ya que el mundo busca una más equilibrada y sostenible recuperación. Mientras que se avanza en la reestructuración de la industria nacional, las políticas chinas también deben permitir que la destrucción creativa desempeñe un papel más importante en el aumento de la eficiencia de la economía EEUU. The New York Times EL DISCURSO DE EL CAIRO Cuando el Presidente Bush hablaba los meses y años posteriores al 11 de septiembre de 2001, a menudo -aterradoramente- sentíamos como si no reconociéramos a los Estados Unidos. Su visión era la de un país atormentado por el miedo y empeñado en la venganza, una injusta opción impuesta al mundo y sobre sí mismos. Cuando escuchamos al presidente Obama hablar en El Cairo el jueves, reconocimos a los Estados Unidos. El Sr. Obama habló, firmemente, de la necesidad de defender la seguridad del país y sus valores. No dejó ninguna duda de que haría lo que se debe hacer para derrotar a Al-Qaeda y los talibanes, al tiempo que señaló que los estadounidenses no desean ocupar permanentemente Afganistán o Irak. Se refirió, de manera inequívoca, del compromiso "inquebrantable" de Estados Unidos con Israel y de por qué Irán no debe poseer el arma nuclear. Fue claro también en que todos los que escucharan -en el mundo musulmán y en Israel- deben hacer más para derrotar al extremismo y respetar los derechos de sus vecinos y de sus pueblos. Unas importantes palabras. El Sr. Obama tiene razón cuando instó a los dirigentes que en privado hablan de la moderación y el compromiso para atreverse a decir esas palabras en público. Pero las palabras no son suficientes. El Sr. Obama, quien, después de todo, está en el cargo menos de seis meses, tiene mucho que hacer para cumplir con esta visión. También los demás. Al igual que muchas personas, estamos cercanos a la manera en que el presidente abordó el conflicto palestino-israelí. No se asustó de presionar al nuevo gobierno de Israel, insistiendo en que la construcción de asentamientos debe parar, la existencia de un Estado palestino no puede ser negada, y "la situación para el pueblo palestino es intolerable". En el mismo tono severo, presionó a los palestinos para que rechacen la violencia y dijo que los Estados árabes deben dejar de utilizar el conflicto para "distraer" a sus pueblos de otros problemas. Se debe reconocer a Israel y hacer más para ayudar a los palestinos a construir instituciones estatales fuertes. Estamos totalmente de acuerdo cuando dijo que los elementos de una fórmula de paz son conocidos. Ahora estamos a la espera de su estrategia para hacer avanzar ese proceso. Con respecto a Irán, el Sr. Obama advirtió que su búsqueda de armas nucleares podría hacer estallar una peligrosa carrera de armamentos en Oriente Medio. Asimismo, renovó su oferta de negociaciones serias. Estamos esperando a ver que propondrá el Sr. Obama y como planea persuadir a Rusia, China y los europeos de apoyar una combinación creíble de castigos y recompensas para intentar cambiar el comportamiento de Teherán. El Sr. Obama puso en tela de juicio y cuestionó la mentalidad conspirativa, y a aquellos que justifican los ataques del 11 de septiembre. Dijo que la guerra en Afganistán fue una necesidad y ha insistido en que a pesar de su elevado costo, en vidas y dinero, el compromiso de EEUU no se debilitará. Al mismo tiempo, el Sr. Obama dijo que la guerra en Irak fue una guerra de "elección que provocó grandes diferencias en mi país y en todo el mundo". El Sr. Obama, quien dijo que Irak está mejor sin Saddam Hussein, perdió la oportunidad de impulsar a los vecinos de Irak a que hagan todo lo posible para ayudar a mantener al país unido, mientras que las tropas norteamericanas se retiran. La audiencia estuvo, sin duda, a la espera de cómo el Sr. Obama manejaba el tema de la democracia, y su deprimente escasez en el mundo islámico. Evitó el tono de acoso verbal del presidente Bush frente a su anfitrión, el Presidente Hosni Mubarak de Egipto. Pero sospechamos que todo el mundo en la sala supo de que estaba hablando (y aplaudió en momentos clave) cuando dijo que los gobiernos deben mantener el poder "a través del consentimiento, y no de la coacción" y que "las elecciones por sí solas no hacen una verdadera democracia". Esperamos que tratara directamente estos puntos cuando se reunió con el Sr. Mubarak y el Rey Abdullah de Arabia Saudita. Antes del discurso del jueves, y después, el Sr. Obama se quejó de las críticas que le acusan de haber pasado demasiado tiempo pidiendo disculpas y debilitando al país. Lo que es una burda interpretación equivocada de lo que él ha estado diciendo, y de lo que hay que decir. Después de ocho años de arrogancia e intimidación que ha enemistado incluso a amigos cercanos a los Estados Unidos, se necesita un presidente fuerte capaz de reconocer los errores del pasado. Y se necesita un presidente fuerte capaz de presionarnos a nosotros mismos y al mundo para tratar de hacerlo mejor. THE NEW YORK TIMES. 5-6-2009 Arabia Saudita. Arab News AHORA ES EL TIEMPO DE ACTUAR PARA OBAMA El mundo se ha acostumbrado tanto a políticos que asiduamente adornan la realidad antes y después de acontecimientos políticos importantes, que era fácil creer que el presidente Barack Hussein Obama no estuviera ayer a la altura de las circunstancias ante el mundo musulmán en la Universidad Al-Azhar de El Cairo. Pero no sólo lo estuvo, sino que tal vez superó las expectativas incluso de los más optimistas. De máxima importancia, se trató de un discurso que no necesitaba de ningún adorno después de que el presidente abandonara la tribuna. El mensaje fue claro como el cristal, corto en retórica y largo en realismo. Aceptó que ningún discurso podría disipar la desconfianza, pero tanto Estados Unidos como el mundo musulmán deben renunciar a los estereotipos ordinarios de cada uno. La gente debe centrarse en lo que tienen en común, no en lo que divide. Obama dijo que su política exterior se basa en la diplomacia y el consenso internacional, no en la imposición de la voluntad de Washington. Declaró el estado del compromiso de EEUU con Israel como "inquebrantable", denunció la "ocupación" de Palestina por Israel y, una vez más, condenó los asentamientos en Cisjordania. La única nota falsa en esa dirección se produjo cuando deploró la violencia palestina, “los disparos de cohetes contra niños durmiendo o la voladura de ancianas en un autobús", pero dejó en el aire una denuncia igual de Israel por los aún más sangrientos bombardeos de los indefensos ciudadanos de Gaza. Hizo un llamamiento a Hamás para poner fin a la violencia y reconocer el derecho de Israel a existir, pero escondido unos minutos más tarde hizo un fascinante comentario, que en un discurso tan cuidadosamente elaborado, no puede haber sido un error. Dijo que EEUU no pretende saber lo que es mejor para todos, dijo igualmente que "no se pretende negar los resultados de una elección pacífica." Hamas ganó una victoria electoral pacífica en enero de 2006, pero George W. Bush la rechazó, sumiendo a los palestinos en una amarga división. Los libaneses que votan el domingo podrían elegir una mayoría de Hezbolá. ¿Significa esto que Obama dará la bienvenida a ese resultado y si lo hace, esta es una forma de intentar demostrar a los iraníes de que pueden hacer negocios con él, gane quien gane sus elecciones presidenciales del 12 de junio? Hábilmente, Obama argumentó contra la amenaza de la violencia extremista uniendo a todos los hijos de Abraham citando del Sagrado Corán, la Torá y la Biblia un mensaje de promoción de la paz. El extremismo amenaza al mundo tanto como la recesión, la influenza y la proliferación nuclear. Terminó como empezó pidiendo "un nuevo comienzo". En la boca de tantos otros políticos, la ambición moriría con el eco de las palabras. Sin embargo, una combinación extraordinaria de su oratoria, su carisma, sus antecedentes y su experiencia personal del Islam dio a las ambiciones que expresó su verdadero peso. Sólo Al-Qaeda y los extremistas sionistas podrían rehuir de estas palabras con peligrosa exasperación. Aunque ahora viene la parte difícil. Obama fabricó su causa y lo hizo con brillantez. Si la retórica por sí sola pudiera hacer justicia a los palestinos, hoy en día serían libres. En lugar de eso han encontrado la mentira por sistema, negociaciones difíciles, acosos de desconfianza y riesgos internos políticos y personales. La habilidad y la sinceridad de Obama serán puestas a prueba. ARAB NEWS. 5-6-2009 China. China Daily DESTRUCCIÓN CREATIVA La sorprendente compra por una empresa china de la marca Hummer hará seguramente la quiebra de General Motors aún más caliente y más relevante en los asuntos de este país. Los usuarios seguirán preocupándose por la interrupción en los servicios de posventa de GM, aunque ésta insistió en que sus operaciones en China no se verían afectadas. Y los fabricantes chinos están dispuestos a volver a examinar el mercado interno para apreciar los retos y oportunidades derivadas de la caída de este gigante mundial del automóvil. Sin embargo, para los encargados de formular políticas para China, lo más importante es leerlo como un caso de destrucción creativa. Después de la declaración de quiebra el lunes, el director ejecutivo de GM afirmó que ese día marca el comienzo de una nueva GM dedicada a la construcción de los mejores coches y camionetas. Si bien ese tipo de optimismo puede ser exagerado, la quiebra de una empresa americana que es un icono como GM, en sí misma, puede marcar el final de un capítulo de la recesión mundial. Varias enormes burbujas financieras han sido culpadas como las principales responsables de la actual crisis económica, la peor en varias décadas. Pero la desaparición de algunas instituciones financieras y los rescates dirigidos por el gobierno de algunas otras no han detenido la recesión mundial, aunque los bancos centrales han aplicado la "flexibilización cuantitativa". Lo que implica algunos problemas fundamentales en el corazón de la economía real. Ahora, el gobierno de los EEUU ha hecho una elección difícil pero ineludible. Reorganizando una de sus mayores empresas, que alguna vez fue considerado como demasiado grande para quebrar, los EEUU han dado un paso adelante fundamental en la reconstrucción de su economía. Entre otros factores, pensiones y prestaciones sanitarias infladas, así como la baja eficiencia en combustibles tienen la culpa de la caída de GM. Problemas como el alto coste de producción y las bajas exigencias medioambientales son típicos en GM, pero no limitados a Detroit. La quiebra de GM demuestra que el gobierno de los EEUU no sólo ha reconocido, sino que también ha actuado para fijar tales causas fundamentales que han minado a la larga la productividad y la competitividad de la economía de los EEUU. Esta es una decisión difícil. Aumentarán las preguntas difíciles de los contribuyentes norteamericanos acerca de la nueva rentabilidad de la empresa. Los empleados de GM sufrirán una dolorosa caída en el nivel de ingresos cuando la crisis económica ya ha hecho la vida difícil. Pero la necesidad de aumentar la eficiencia económica general debe prevalecer sobre las dificultades en el desmantelamiento de las empresas ineficientes. Ese mensaje ha sido impulsado por todas las empresas de los EEUU. Lo que constituye una buena noticia, ya que el mundo busca una más equilibrada y sostenible recuperación. Mientras que se avanza en la reestructuración de la industria nacional, las políticas chinas también deben permitir que la destrucción creativa desempeñe un papel más importante en el aumento de la eficiencia de la economía. CHINA DAILY. 4-6.2009

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