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El desplome de los bonos de EEUU pone a la Fed en la mira

El derrumbe de un mes que ha sufrido el mercado de bonos de Estados Unidos ha impulsado las tasas de interés de largo plazo de los títulos hipotecarios y del Tesoro a sus niveles más altos en más de un año, lo que ha generado un debate sobre si se trata del estallido de una burbuja, la secuela de una torpe comunicación de la Reserva Federal o una señal alentadora de que la economía del país, finalmente, se está recuperando.

Los rendimientos de los títulos del Tesoro de EE.UU. a 10 años ahora se ubican por encima de 2,1%, aún bajos según los estándares históricos, pero cerca de medio punto porcentual por encima de donde estaban a comienzos de mayo.

La tasa de los títulos hipotecarios de renta fija a 30 años subió apenas por encima de 4% esta semana, según HSH Associates. Hace seis meses, se ubicaba por debajo de 3,5%.

En el caso de los precios de las acciones, es fácil interpretar las variaciones: una subida es buena, una caída es mala. Pero leer el mercado de bonos es más complicado.

Algunos ven la reciente caída de los precios de los bonos –que se mueven en dirección inversa a los rendimientos– como la confirmación de una burbuja en el mercado de bonos alentada por la Fed, y que está destinada a terminar mal, retardando una economía cuyo crecimiento ya es dolorosamente lento.

En este sentido, «el mercado de bonos del Tesoro es una pelota de playa que está siendo sumergida bajo el agua, y apenas la Fed la suelte [las tasas de interés] saldrán disparadas», dijo Dan Greenhaus, estratega jefe global de la firma de corretaje BTIG LLC.

Otro grupo ve la misma tendencia como un paso bienvenido hacia tasas de interés normales y una señal de mejores tiempos por delante. La anomalía no es el reciente aumento, sino la caída de los rendimientos a finales de abril hasta niveles más bajos que los registrados durante la depresión.

«En tanto los rendimientos más altos se deban a un mayor crecimiento y expectativas de inflación, eso es indudablemente positivo», dijo Greenhaus.

Si el mercado de bonos estuviera señalando pánico o la pérdida de confianza en la economía de EE.UU., afirman quienes defienden esta postura, los precios de las acciones y el dólar también estarían cayendo. Pero desde que los bonos viraron a comienzos de mayo, el índice de acciones Standard & Poor’s 500 ha escalado 3,6% y el Índice del Dólar de WSJ ha subido 2,3%.

Mientras los analistas discuten, algunos ya están sacando dinero de los fondos de inversión del mercado de bonos, aparentemente ante la idea de que las tasas probablemente aumentarán a partir de este punto sin importar cuál sea la causa, lo que provocará pérdidas a los tenedores de bonos.

En la semana finalizada el miércoles, los inversionistas sacaron cerca de US$880 millones de los fondos de inversión y fondos que cotizan en bolsa enfocados en bonos de altos rendimientos, la salida de flujos semanal más grande desde comienzos de febrero, según Lipper.

Pocos dudan que en los próximos años, las tasas de largo plazo subirán cerca del nivel de 4% o 5% si la economía continúa su recuperación gradual. La pregunta es cuándo.

La Fed claramente es un factor importante. Después de recortar las tasas de corto plazo a cerca de cero al final de 2008, comenzó a comprar deuda de más largo plazo en un exitoso esfuerzo por reducir las tasas de interés de largo plazo y alentar a los inversionistas a trasladarse hacia activos más riesgosos.

La Fed ha sido clara sobre las tasas de corto plazo: a menos que surja un repunte inflacionario, las mantendrá muy bajas en tanto el desempleo, que actualmente se encuentra en 7,5%, se ubique por encima de 6,5%.

Pero la Fed ha sido poco precisa sobre el destino y el ritmo de sus compras de bonos, y sólo ha dicho que mantendrá las compras «hasta que las perspectivas del mercado laboral hayan mejorado sustancialmente en un contexto de estabilidad de precios».

Los comentarios de la semana pasada del presidente del banco central, Ben Bernanke, y la publicación de las minutas de la última reunión de política llevaron a algunos a pensar que ese día podría llegar pronto. Anticipándose a eso, algunos inversionistas vendieron bonos.

Los últimos días en el mercado de bonos han sido «un poco discordantes», dijo Michael Feroli, de J.P. Morgan Chase & Co. «Pero si los mercados logran establecerse en este nivel por unos días, creo que el daño no será tan grande. Aún no estamos hablando de tasas que ahogarían la recuperación».

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