Las europeas pueden acabar co Brown

El descalabro Laborista

Un alto colaborador del primer ministro británico Gordon Brown advirtió el domingo a los legisladores deseosos de que dimita el jefe de gobierno que suspendan sus maniobras o podrí­a empeorar la precaria situación del gobernante Partido Laborista. El secretario de Empresas Peter Mandelson dijo en un programa de la cadena de televisión BBC que los disidentes del partido deben pensar en las consecuencias de una agotadora batalla por el liderazgo del partido. Las rencillas partidistas coinciden con el castigo infligido por el electorado a los legisladores laboristas por abusar de sus gastos de representación en un escándalo que afectó al gobierno. «Dejen de atacar al primer ministro porque sólo lograrán empeorar la posición del partido y del gobierno», advirtió Mandelson.

«Tener un tercer lí­der en una sola legislatura ocasionarí­a una resión irresistible para adelantar las elecciones generales antes de que podamos adoptar cambios económicos», indicó el secretario. Brown encaró una nueva crisis el domingo con la difusión de los resultados en los comicios del parlamento europeo, que al parecer han sido desastrosos para el Partido Laborista. Los lí­deres Laboristas temen que los resultados podrí­an ser incluso peores que las elecciones municipales.Mientras Mandelson intentaba poner orden en las filas Laboristas circulaba por Westminster un viejo chiste que dice que es fácil saber si Peter Mandelson está mintiendo: no hay más que cotejar si mueve los labios. El chascarrillo viene a cuento de los correos electrónicos incendiarios que esta mañana publican los dominicales, escritos por el ministro de Empresas británico en enero de 2008, cuando era comisario en Bruselas y todaví­a no habí­a accedido al cargo.En ellos Mandelson larga contra el primer ministro británico, Gordon Brown, y lo retrata como una persona «cohibida» e «insegura», incapaz de ganar las próximas elecciones generales. Las acusaciones son pura dinamita. Entre otras cosas por la importancia estratégica de Mandelson, al que Brown coronó el viernes como su segundo de a bordo y al que el premier le debe el puesto después del tumulto de los últimos dí­as. No sólo porque logró embridar a varios ministros que querí­an irse dando un portazo y sumarse al golpe contra Brown sino porque hizo un maratón por las pantallas de todas las televisiones diciendo que el primer ministro era el hombre adecuado para estos tiempos difí­ciles y pidiendo al laborismo que se uniera en torno a él. Es decir, justo lo contrario de lo que decí­a hace sólo 18 meses y probablemente justo lo contrario de lo que sigue pensando en su fuero interno.A Mandelson siempre se le conoció como «el prí­ncipe de las tinieblas»por sus dotes para la conspiración y sus artes venenosas. Durante años las usó para minar la autoridad de Brown y hoy paradójicamente se ha convertido en su último punto de apoyo. El hombre del que depende más que de ningún otro su supervivencia.Los resultados de las elecciones del jueves en 34 consejos comarcales fueron catastróficos para el Partido Laborista: perdieron los únicos cuatro consejos que controlaban y 273 de los 449 concejales que tení­an. Los tories dominan ahora 30 de esos consejos comarcales (siete más que antes) y disponen de una plataforma polí­tica de 1.476 concejales, 233 más que antes y 8,3 veces más que los laboristas. Los liberales-demócratas perdieron uno de sus dos consejos pero mantienen 473 concejales (cuatro menos que antes). En tres consejos no hay una mayorí­a de Gobierno.El castigo a los laboristas puede subir de grado en las europeas. Pueden obtener menos del 20% de los votos y quedar en tercer lugar (detrás de los conservadores y del nacionalista antieuropeo UKIP) o ser superados incluso por los liberales. Un resultado así­ amenaza con desestabilizar de nuevo a Gordon Brown. El primer ministro se mantiene en el poder gracias al apoyo de los barones del partido. Peter Mandelson, el gran Rasputí­n de la polí­tica británica, consiguió el jueves por la noche conjurar cualquier tentación de magnicidio y parar el golpe de la inesperada dimisión del ministro de Trabajo y Pensiones, James Purnell.Los laboristas rebeldes siguen acumulando apoyos que vendrí­an de sectores afines al ex Primer Ministro Tony Blair. El martes se anuncia conclave Laborista, si los resultados de las europeas son tan catastróficos como se augura en las encuestas las cabeza de Gordon Brown estará servida.

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