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El dedo acusador

Las conclusiones extraí­das de las Jornadas de Conservación Fluvial han sido presentadas en la Fundación BBVA. Según los investigadores el principal contaminante de los rí­os españoles son los medicamentos vertidos por los ciudadanos por el inodoro; antiinflamatorios, betabloqueantes, antibióticos… las conclusiones parten de que la contaminación industrial ha dejado de ser un problema, pues las empresas se han trasladado a China y Japón. Los ciudadanos desperdiciamos medicamentos y además nos deshacemos de ellos de forma negligente. Algo habrá que hacer, ¿no?

Otra causas señaladas de la contaminación de nuestros rí­os son «los trasvases, los embalses, la esca excesiva, las fugas -desviar agua para el riego, por ejemplo- y el cambio climático, que está reduciendo los caudales».   Ciertamente es alarmante que el 37% de las especies de agua dulce estén en extinción. Es urgente tomar medidas que corrijan una catástrofe con consecuencias no solo para las especies que habitan los rí­os, sino para el ser humano que consume la misma agua en la que desaparecerán. Si no es buena para ellas, no es buena para nosotros.   Sin embargo es inevitable que llame la atención dónde han centrado sus conclusiones los investigadores: en el derroche de medicamentos, es decir, sobran y se derrochan. A parte de otras medidas, el eje principal de un plan que acabe con esto ha de ser la corrección de esta forma negligente y derrochadora de actuar de los ciudadanos.     Dejando a un lado el sarcasmo, es irresponsable hacer afirmaciones como que la industria se ha trasladado a China y Japón y ya no son un problema para la contaminación de los rí­os. Es insultante que el dedo acusador señale a los ciudadanos sin la más mí­nima intención de saldar cuentas con lo que ha pasado y con lo que pasa. Por citar dos ejemplos:   La fábrica electroquí­mica de Ercros, situada en Flix, en la provincia de Tarragona, es la principal fabricante en España de cloro y sosa, derivados del cloro, disolventes clorados y fosfato bicálcico.   Tiene capacidad para producir cerca de 740.000 toneladas anuales. Factura cerca de 220 millones de euros al año, y entre sus directivos está el señor Antonio Zabalza Martí­, que fue en su momento director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno con Felipe González, o estuvo el señor Josep Piqué.   En la zona se han documentado y denunciado casos de enfermedades relacionadas con la exposición al hexaclorobenzeno y otros organoclorados procedentes de Ercros. Existe una mayor tasa de nacimientos prematuros y un í­ndice elevado de desarrollo infantil deficiente. El Estado y la Unión Europea han «comprometido» 200 millones de euros para la limpieza de la zona, de nuestros impuestos. Del coste total de limpieza, Ercros solo responde del 10%.   Recientemente se ha anunciado que Ercros va a abrir una nueva planta junto a la corporación alemana Seeger, de tratamiento de residuos forestales para la producción de energí­a.   La compañí­a canadiense Asturgold/Dagilev pretende abrir una explotación de oro en el municipio de Tapia de Casariego (Asturias). Esta empresa también se ha adjudicado la explotación del yacimiento de ní­quel de la localidad de Aguablanca, en la provincia de Sevilla, cerca de la provincia de Badajoz. La empresa ha recibido ya 40 millones de euros de la Junta de Extremadura, además de 35 millones para llevar a cabo la explotación del Valle-Boinás en Belmonte de Miranda (Asturias).   Asturgold produce 60 toneladas anuales de residuos tóxicos y ha sido denunciada por Greenpeace y Ecologistas en Acción en numerables ocasiones.   Una cosa no quita la otra, pero como acaben restringiendo las recetas de la Seguridad Social, cosa que ya están haciendo con los pensionistas, asistiremos a una sorprendente, efectiva y rápida actuación de la administración para «evitar la contaminación con medicamentos de los rí­os».  

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