Cine

El curioso caso de Benjamin Button

Es tí­pico en el cine de Hollywood basar todo el contenido de una pelí­cula en una sola, simple e imposible circunstancia. Guiones como el de « Cariño he encogido a los niños », o « Big » sólo tienen interés para los niños que visitan el video club a media tarde. Sus mejores golpes son previsibles, la historia se vuelve dramática a partir del minuto 76, y finalmente todo es exactamente como al principio, igual que cuando el niño se ha puesto simplemente a imaginar.

No obstante, también hay verdaderas obras maestras cuyos guiones estaban, en rincipio apoyados sobre un simple aspecto, un « Qué pasaría si… ». Una de ellas sería Regreso al futuro.En el caso de la última película de David Fincher, autor de maravillas como Seven y Fight Club, la anomalía es que Benjamin Button « crece » al revés, nace viejo y muere niño. Pero parece que sin tal condición especial, la película no tendría más interés, salvo el de hacer (otra vez) una nueva versión de El patito feo, que de viejo inválido se convertirá en todo un Brad Pitt.Sería tonto pedir una explicación (que suele ser también tonta) en el guión de por qué este hombre crece al revés. Se agradece que en el caso de Benjamin Button no la haya « es así y basta ». No obstante, sí se echa en falta algún tipo de profundidad en el problema. ¿Qué significado tiene para el mundo crecer al revés? ¿Somos todos un poco como Benjamin Button? ¿Es el mundo el que se está haciendo más joven? Pero no hay lugar para preguntas. En esto también, es así y basta. Se limita a ser la historia de alguien que, por añadidura tuvo esa increíble extrañeza. Pero al margen de ella, su historia no es tan apasionante, así que tardar dos horas y cuarenta y cinco minutos en asistir a ella puede hacernos perder la paciencia. Sobre todo si la mayor parte del tiempo es una voz en off (la del propio Button) la que nos lo cuenta, las imágenes haciendo poco más que un papel fotográfico.Con todo, se agradece su falta de compromiso con la moral rancia conservadora yanqui tan presente en películas de Hollywood. La familia de acogida de Button es conmovedora. Además, los personajes están muy bien caracterizados, y las actuaciones son remarcables. Y, finalmente, el hecho de que la narración se sitúe en Nueva Orleans (como toda la historia) antes y durante la llegada del huracán Katrina, puede darnos que pensar sobre algunos países, que crecen hacia atrás. ¿Sutileza del guión?

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