Israel acusa a la fiscal militar que reveló la violación de cinco reservistas israelíes a un preso palestino

El crimen de romper la ‘omertá’ sionista

Las imágenes de la violación por parte de estos cinco soldados son apenas una pequeña muestra de las torturas a las que Israel somete, de forma sistemática, a todos los presos palestinos.

En Israel, cinco reservistas del ejército violaron y sodomizaron -por pura crueldad y ánimo de torturar- a un preso palestino. Las imágenes del crimen se han hecho virales en un vídeo.

Pero las iras del gobierno de Netanyahu no se han dirigido contra los soldados -a los que ministros como el ultraderechista Ben Gvir dice que hay que tratar como «héroes»- sino contra Yifat Tomer Yerushalmi, la exfiscal jefe del Ejército que filtró las imágenes. Ha sido detenida y obligada a renunciar.

Así trata Israel -al que sus defensores llaman «la única democracia de Oriente Medio»- a los que cometen crímenes sexuales contra los prisioneros. Y así trata a los que se atreven a romper el manto de impunidad con el que actúan sus tropas.

Esta es la ‘omertá’ -la ley del silencio de las organizaciones mafiosas- que impone el Estado de Israel.

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Que en las cárceles israelíes se maltrata y tortura a los prisioneros palestinos -más de 10.000- no es ninguna novedad. Lo han documentado desde hace muchos años ONGs como Amnistía Internacional, o lo han atestiguado los casi 500 tripulantes de la Global Sumud Flotilla, que fueron detenidos y sufrieron ellos mismos una versión «suave» de las torturas. Pero sobre esa montaña cotidiana de palizas, hambre, sed, insomnio, electrodos o celdas de castigo pesa un muro de silencio que muy pocas veces se rompe.

El 6 de agosto de 2024 fue una de esas ocasiones. Aquel día, un reportero del Canal 12 israelí hizo público un vídeo que mostraba a cinco soldados en el campo de detención de Sde Teiman -el conocido como ‘Guantánamo israelí’- apartando a un detenido (un civil de Gaza, no un combatiente de Hamás como inicialmente se alegó en algunos medios israelíes) y rodeándolo con escudos antidisturbios, para impedir la visibilidad, sodomizándolo después con un objeto punzante. El preso sufrió lesiones graves, incluyendo ruptura de intestino, daño rectal severo, pulmones perforados y costillas rotas.

Una flagrante violación de los derechos humanos, un crimen de lesa humanidad, que fue denunciada por ONGs israelíes y por la ONU. Pero Netanyahu calificó la denuncia de «montaje» y dijo que era «el golpe reputacional más severo que el Estado de Israel había experimentado».

Imágenes de gazatís detenidos por el ejercito israelí, en el estadio Al-Yarmouk de la ciudad de Gaza

En cualquier Estado de Derecho, el peso de la ley debería haber caído contra los criminales, pero para sorpresa de nadie Israel los convirtió en héroes. El ministro del interior, Itamar Ben Gvir, encabezó incluso movilizaciones violentas de grupos de ultraderecha y militares delante del calabozo militar donde estaban detenidos los cinco reservistas. Uno de los autores de la violación, que al principio ocultaba su rostro con un pasamontañas, fue luego paseado a cara descubierta, como una estrella, por los programas ‘prime time’ del país.

Meses después, la acción de la justicia ha caído contra la entonces Fiscal General Militar, la Mayor General Yifat Tomer-Yerushalmi, al saberse que ella misma era la que había autorizado la filtración del video a la prensa «para defender la aplicación de la ley en el ejército». La exfiscal fue primero obligada a dimitir, y luego arrestada el 3 de noviembre, acusada de cargos como fraude, abuso de poder, obstrucción a la justicia y divulgación ilegal de información. Su detención se extendió por tres días más. Mientras tanto, los cinco reservistas están libres a la espera de juicio, y uno de ellos sigue apareciendo en televisión defendiendo sus acciones.

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Una pequeña muestra de una montaña de torturas

Las imágenes de la violación por parte de estos cinco soldados son apenas una pequeña muestra de las torturas a las que Israel somete, de forma sistemática, a todos los presos palestinos.

Según Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos, desde que comenzó su ofensiva genocida en Gaza tras el 7 de octubre de 2023, miles de palestinos, principalmente gazatíes, han sido recluidos en Sde Teiman, en el desierto del Néguev. Allí las autoridades de Israel ejercen de forma sistemática torturas, palizas y agresiones sexuales en zonas sin cámaras de seguridad contra reclusos palestinos.

Prueba de ello es el estado en el que muchos presos han sido liberados o en cómo se encontraban los cuerpos que Israel ha devuelto a Gaza como parte del frágil acuerdo de cese el fuego aún vigente. Los cadáveres, según fuentes médicas gazatíes, mostraban múltiples signos de maltrato físico, quemaduras, amputaciones de dientes o de extremidades…

De los más de 10.000 prisioneros palestinos en cárceles israelíes, más de 3.500 están detenidos sin cargos ni juicio. Unas 77 personas han muerto en cárceles israelíes durante el asedio israelí de los últimos dos años.

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