La UE dice no a un plan de rescate para los paí­ses del este

El corralito Europeo

La jefa del Gobierno alemán también dio otra ducha de agua frí­a a las aspiraciones de algunos paí­ses de Europa central y del este de que se flexibilicen los criterios para la entrada en el euro.

La cumbre de la Unión Euroea rechazó hoy lanzar un plan de rescate para los paí­ses de Europa central y del este, aunque prometió medidas de apoyo puntual a los paí­ses que lo necesiten y en colaboración con las instituciones internacionales.La reunión informal de los jefes de Estado y Gobierno de la UE para tratar la crisis económica recalcó «la importancia de la estabilidad macrofinanciera en toda la Unión Europea», pero negó que Europa central y oriental sea una región necesitada de planes especiales a pesar de su delicada situación financiera.»Reconociendo que existen claras diferencias entre los Estados miembros de la Europa central y oriental», los lí­deres de la Unión se declaran dispuestos a «revisar la asistencia ya facilitada» y a estudiar «medidas que ayuden a los paí­ses a hacer frente a los desequilibrios temporales», según la nota conjunta emitida por los lí­deres comunitarios.El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, afirmó que no se permitirá que la crisis genere dos niveles de paí­ses comunitarios, al subrayar que «la Unión Europea no es dos uniones ni tres, sino una».La abanderada del rechazo a un plan de rescate para las economí­as del conjunto de la región central y oriental fue la canciller alemana, Angela Merkel, quien dejó claro que las medidas deben ser caso por caso y en función de dónde surjan las necesidades.Merkel recordó que «la situación es bastante diferente de paí­s a paí­s», y puso el ejemplo de que algunos como Bulgaria y Eslovaquia disfrutan aún de cifras económicas positivas, por lo que «debemos tener mucho cuidado en no crear problemas que no existen».La jefa del Gobierno alemán también dio otra ducha de agua frí­a a las aspiraciones de algunos paí­ses de Europa central y del este de que se flexibilicen los criterios para la entrada en el euro, a fin de quealgunos puedan acelerar la adopción de la moneda única como refugio ante la tormenta económica y financiera.Los paí­ses del Este se enfrentan igualmente al riesgo de colapso que, de producirse, pondrí­a en serios aprietos a gran parte de la banca europea, debido a su elevada exposición crediticia a las economí­as ex soviéticas. Ante tal panorama, los principales dirigentes de la UE se encuentran ante un dilema: Acudir al rescate de paí­ses o arriesgarse al colapso del euro. Entre los instrumentos disponibles, Berlí­n rechaza , en principio, la ayuda bilateral, ya que tendrí­a un elevado coste polí­tico para el Gobierno deAngela Merkel, y tampoco confí­a en la emisión de bonos europeos para financiar el elevado coste de la deuda pública de determinados paí­ses, por la misma razón.Europa del Este podrí­a necesitar cerca de 400.000 millones de euros para cubrir a corto plazo los compromisos financieros adquiridos con la banca europea, según los distintos cálculos que circulan en el mercado. Además, el tamaño de algunas entidades financieras supera el PIB de algunos paí­ses de modo que, en caso de quiebra, el gobierno en cuestión tendrí­a que solicitar ayuda al exterior ante la imposibilidad de asumir el coste de la nacionalización bancaria.Antes de la reunión, el primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, habí­a reclamado un plan de ayuda para los paí­ses del centro y este de Europa, con una dotación de entre 160.000 y 190.000 millones de euros, que les permitiera superar la grave crisis financiera.La cumbre fue convocada precipitadamente por República Checa, que ostenta la presidencia de turno de la Unión, como reacción a las medidas de defensa de la industria nacional anunciadas por algunos paí­ses como Francia.Los debates de ayer permitieron relajar la tensión entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro checo, Mirek Topolanek, a cuenta del plan de ayudas de Francia al sector del automóvil que privilegiaba el empleo en Francia.el diario financiero Handelsblatt indica que el Banco Central Europeo (BCE) podrí­a proporcionar ayuda a corto plazo mediante la compra de deuda pública a los paí­ses en dificultades. Sin embargo, dicha solución «obligarí­a a imprimir dinero». Es decir, el valor del euro también se desplomarí­a. Curiosamente, esta última medida es la que pretende poner en marcha el Banco de Inglaterra o la propia Reserva Federal de EEUU (FED). Además, el BCE no puede tomar una decisión de estas caracterí­sticas sin la aprobación de todos los miembros de la Unión Monetaria. Una opción remota, si se toma en consideración las terribles lecciones aprendidas por los alemanes durante lahiperinflación sufrida durante la República de Weimar.Según el diario, algunos de estos paí­ses se enfrentan a una difí­cil decisión: «Restringir sus polí­ticas de gasto o abandonar el euro». Es decir, el Plan C que se baraja en el seno de la Unión. El problema consiste en que si Alemania acude al rescate se disparará la inflación en la UE. Y es que, la intervención de Alemania, el emisor de bonos más fiable de Europa, podrí­a disparar la desconfianza de los inversores y, por lo tanto, provocar el «colapso del euro».Alemania lo dejo claro en la ultima cumbre Europea no esta dispuesta a asumir una politica de bloque ante la crisis que cada uno se salve como pueda. El eje Paris-Berlin hace aguas cada vez con más fuerza. El plan «C» que Alemania contempla para los paises que no cumplan con el plan de estabilidad es que abandonen el euro.

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