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El Congreso de EE.UU. no logra un acuerdo y el gobierno se paraliza parcialmente

El gobierno estadounidense dio la orden en la noche del lunes a las agencias federales de comenzar una «paralización ordenada» de partes del gobierno federal, en vista de que el Congreso no logró aprobar la financiación para el nuevo año fiscal, el cual comienza hoy.

«Instamos al Congreso que actúe rápidamente para aprobar una (ley presupuestaria) para proveer un puente a corto plazo que asegure el tiempo suficiente para aprobar un presupuesto para el resto del año fiscal», dijo la directora de la Oficina de Administración y Presupuesto de Estados Unidos, Sylvia Mathews, en un memorando. Matthews pidió a los legisladores que «restauren la operación de servicios públicos y programas críticos que se verán afectados por la ausencia de asignaciones».

Matthews y la Casa Blanca no tienen «un indicio claro» de si el Congreso tomará medidas para volver a poner en marcha el gobierno el martes y evitar una suspensión de los servicios estatales. Las agencias gubernamentales estaban obligadas a preparar planes de contingencia en caso de una congelación de los fondos necesarios para prestar sus servicios.

Muchos empleados federales que lleguen a su trabajo el martes dedicarán medio día a preparar el congelamiento de sus servicios antes que más de 800.000 empleados estatales de una fuerza laboral de cerca de 2,9 millones sean enviados a casa. Aunque agencias esenciales como la policía y los controladores aéreos continuarán operando, una amplia gama de actividades federales, entre ellas las auditorías tributarias y el monitoreo de brotes de gripe serán suspendidas.

«Desafortunadamente, el Congreso no ha cumplido con su responsabilidad. No ha conseguido aprobar un presupuesto y como resultado de ello, buena parte de nuestro gobierno debe paralizarse hasta que el Congreso lo financie de nuevo», dijo el presidente Barack Obama en un mensaje de video enviado a personal militar y de defensa en todo el mundo.

Agregó que todos el personal de uniforme seguirá de guardia. «Las amenazas a nuestra seguridad nacional no han cambiado y necesitamos que (ustedes) estén listos para cualquier contingencia», dijo en el video.

La primera paralización parcial del gobierno desde 1996 no se dio tanto por los niveles de gasto, sino por la nueva ley federal de salud defendida por los demócratas. Liderados por un grupo de combativos republicanos, la Cámara aprobó una serie de proyectos para financiar al Estado por varias semanas a la vez que demoraba el inicio de la ley de salud o le quitaba su financiación.

El Senado rechazó cada una de ellas, asegurando que los demócratas no negociarían cambios a la ley de salud como condición para financiar al gobierno.

Este fue un indicio claro de que en un gobierno dividido el Congreso es cada vez menos capaz de cumplir con su tarea básica de fijar el presupuesto y las prioridades de gasto.

Los próximos días probablemente se verán marcados por intensas maniobras políticas e intercambios de culpas, en las que ambas partes tratarán de obtener la ventaja política. Las encuestas sugieren que los republicanos se llevarían la mayor parte de la culpa, aunque los demócratas en algún punto corren el riesgo de ser vistos como defensores a ultranza de la ley de salud, la cual sigue siendo poco popular en el país.

A un nivel más global, cualquier debilidad relacionada con la paralización del Estado estadounidense tendría como resultado una desaceleración del comercio mundial, lo cual ya ha afectado a los mercados emergentes desde la crisis financiera. También reduciría los precios de los commodities, afectando a grandes exportadores de materias primas como Brasil y Rusia.

Los mercados emergentes como India, Turquía y Brasil han recibido duros golpes a sus bolsas y divisas debido a que problemas estructurales como déficits de cuenta corriente, que los hacen dependientes de flujos de dinero, han vuelto a ganar importancia.

Luego de caer por buena parte del año, los mercados emergentes subieron en septiembre, pero esto se debió más al sorpresivo retraso de la reducción en las compras de bonos de la Reserva Federal que por otras razones. Un cierre temporal de las dependencias públicas podría apagar este entusiasmo.

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