Literatura

El Cofre del Tesoro

Antes de que las novedades editoriales navideñas pasen irremediablemente al olvido, quiero detenerme en una de ellas, tanto por su singular relieve literario, como por la oportunidad que supone para los bolsillos más modestos: me refiero a la publicación en versión libro de bolsillo de un «cofre» con los tres tomos que integran «Tu rostro mañana», de Javier Marí­as.

Con “Tu rostro mañana” Javier Marías ha creado –y lo digo sin ningún miedo a exagerar – una de las obras más bellas y ambiciosas de la historia literaria de nuestra lengua, y a la vez una de las obras caitales de nuestro tiempo. Una obra no sólo colosal por su empeño (que le ha consumido ocho años de trabajo) o por sus dimensiones (más de 1.500 páginas entre los tres tomos), sino sobre todo por su espectacular envergadura literaria. Marías alcanza aquí no sólo una depuración extraordinaria de su estilo, sino un engarce y un tratamiento verdaderamente profundo de todas sus obsesiones y de todo su universo narrativo, un peldaño por encima de lo que había hecho hasta ahora. “Tu rostro mañana” es una obra de madurez, de una madurez pletórica, que presupone y desborda todo lo hecho por él con anterioridad: incluidas esas novelas “perfectas” que deslumbraron a la crítica y al público en más de 50 países: desde “Corazón tan blanco” a “Mañana en la batalla piensa en mí”. Sin apenas trama novelesca, o con una trama tan tenue que puede resumirse en pocas líneas, Marías realiza en “Tu rostro mañana” la proeza de construir un relato que produce en el lector el impacto de los grandes clásicos de la literatura. “Tu rostro mañana” consiste en el relato minucioso, demorado y digresivo de un narrador, a quien Marías bautiza como Javier, o Jacobo, o Xavier, o Jacques Deza, al que contratan unos telúricos e imprecisos servicios de inteligencia británicos, más o menos herederos o continuadores de aquellos míticos servicios secretos que jugaron un papel crucial en los años treinta y cuarenta y luego en la segunda guerra mundial y en la guerra fría -y a los que estuvieron vinculados tantos profesores universitarios de Oxford y Cambridge –, para que realice una tarea singular para la que tiene, al parecer de su amigo y viejo maestro de Oxford, sir Peter Wheeler, un “don” especial: el don de leer e interpretar en el rostro actual de un desconocido su comportamiento futuro, si será capaz o no de matar, si traicionará o no una determinada causa, o si será leal a ella, incluso hasta la muerte, qué será capaz de hacer y qué no… Un trabajo, una tarea, que Marías llama a veces “intérprete de vidas”. Esfuerzo titánico de reconstrucción narrativa de la historia de la que venimos, la novela es a la vez un trabajo de diagnosis sobre el presente. Una ingente tarea para la que Marías despliega una prosa envolvente, de período amplísimo, que matiza una y otra vez las cosas, hasta alcanzar una precisión digna de encomio. Enroscada como una serpiente, la prosa de Marías encanta y encadena al lector, que no busca un final para esta historia, sino sólo que Marías siga narrando. Obra de obligada y merecida lectura, ahora también al alcance de todos los bolsillos.

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