Castellón. Justicia

El Club

Detrás del macetero que mató a la niña de siete años que estaba de campamento de verano en el Club de Campo del Mediterráneo de borriol, Castellón, hay un ovillo.Detrás de la sentencia del juzgado número 5 de Castellón que archivaba, el pasado 5 de febrero, la causa tras no encontrar indicios de delito, hay un ovillo.Tirando del hilo de los hechos tozudos, los padres de la niña muerta, pretenden deshacer el ovillo.

Han resentado un recurso contra el auto de archivo en el que reclaman la declaración como imputado del presidente del Club. Nada más ni nada menos que Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón. También reclaman como imputado da su hermano, Luis Fabra y secretario de la junta del Club, y otros cargos del bul y de la empresa organizadora del campamento.El recurso menciona los claros indicios de responsabilidad penal en los hechos acontecidos hace escasos meses. Plantea como pruebas suficientes que el campamento desarrolló sin licencia de actividad, sin plan de seguridad, y sin la adecuación de las instalaciones a la actividad, además de que el personal que vigilaba a los menores no tenía en vigor los contratos laborales ni la titulación exigida por la ley.Además, denuncia que se instalaron unos maceteros de hormigón de 70 kilos de peso, a 1,30 metros de altura y sin ninguna sujeción, a los que tacha de "elementos peligrosísimos". Su hipotética misión era dar seguridad a los niños, evitando que éstos pudieran acceder a unos aparatos de aire acondicionado.Además, queda claro que era imposible que ninguna de las dos monitoras imputadas por los hechos presenciara en absoluto la cadena de hechos que condujo a la muerte de la niña, puesto que fue el primo de ésta el que las avisó de que el macetero le había caído encima. De ser ciertos los argumentos del recurso, ¿Qué tipo de miopía tiene el tribunal de justicia en cuestión¿ ¿Qué clase de diligencias se hicieron para que estos hechos quedaran impunes?Hace no tanto, el PP valenciano exigía a los inmigrantes que firmaran un contrato de integración por el que se comprometieran a respetar las leyes y las buenas costumbres españolas. Se refieren a que para estar en su Club requiere callar y tragar.

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