Santander: 2096 millones de beneficios en tres meses

El chico del diecisiete

La gente de mi generación todaví­a tendrá viva la imagen de sus madres canturreando el cuplé «La chica del diecisiete», una de cuyas estrofas más celebradas decí­a: «¿De dónde viene la chica del diecisiete? ¿De dónde saca pá tanto como destaca?» Algo así­, décadas después, podrí­a decirse de Botí­n. En medio de la mayor crisis financiera mundial desde el 29 y de la recesión más profunda de la economí­a española en los últimos 50 años, el Banco Santander declara unos beneficios en el primer trimestre de 2009 de 2.096 millones de euros y prevé superar las ganancias del año pasado. ¿De dónde saca Botí­n pá tanto como destaca?

Vale, de acuerdo. Las cuentas del Santander, como dicen sus gestores, están claras. No seré yo el que las onga en duda. Pero, pese a todo, no me cuadran. Veamos. Alfredo Sáenz, consejero delegado del banco y mano derecha de Botín, explicaba ayer mismo, en la presentación de las cuentas del primer trimestre, que resultados tan espectaculares habían sido posibles gracias a la política de “diversificación del banco y sus negocios”. Pero, ¿de qué diversificación está hablando? Según la memoria anual del año pasado, dos tercios del negocio y los beneficios del Santander provienen de Europa. Y de ellos, el 90% se generan únicamente en dos lugares, España y el Reino Unido. Justamente los dos países de Europa donde la crisis está golpeando con más dureza. Comparativamente a su tamaño, el sistema financiero británico es, con diferencia, el que peores consecuencias está sufriendo con la crisis. Las inyecciones de dinero público que el gobierno se ha visto obligado a inyectar a los bancos británicos supera proporcionalmente, con mucho, el que ha dado la Reserva federal a los bancos norteamericanos. Y qué decir de España que ustedes no sepan ya, el país de Europa donde el paro y la recesión están afectando más brutalmente a los trabajadores y a las pequeñas y medianas empresas. ¿Cómo es posible entonces que en esas condiciones de los dos principales mercados en los que opera, los beneficios del Santander sigan multiplicándose como los panes y los peces? Podría pensarse que es la tercera pata del negocio, Iberoamérica, de donde proviene el tercio restante de los beneficios, la responsable. Pero resulta que no, que los beneficios de la región iberoamericana en el primer trimestre del año han caído un 8% con respecto al mismo período del año anterior. Otra explicación posible sería la de achacar las ganancias multimillonarias a una extraordinaria gestión del banco, que hace que triunfen allí donde los demás banqueros están precipitándose al vacío. Esta es la explicación que dan los mismos gestores cuando presumen que el Santander no ha necesitado acogerse a los fondos del plan de rescate bancario “porque no los necesita”. Lo cual es una mentira por partida doble. En primer lugar porque ha sido gracias a que el gobierno británico se quedó con los activos tóxicos de las dos últimas adquisiciones de Botín en Inglaterra (Alliance & Leicester y Bradford & Bingley), por lo que estos dos bancos pueden sumar ya beneficios este trimestre a las cuentas del Santander. Es por tanto, en parte, gracias al dinero de los contribuyentes británicos que Botín puede hoy presumir de esos beneficios. En segundo lugar, porque si bien es cierto que el Santander no ha acudido directamente a las subastas del Tesoro español para cambiar títulos por dinero, ni ha solicitado avales para emitir nuevos títulos de deuda, no lo es menos que ha sido gracias a los 250.000 millones de euros que Zapatero ha puesto a disposición de bancos y cajas que el grueso del sistema financiero español no colapsó en octubre pasado. Colapso que hubiera arrastrado indefectiblemente también a los dos grandes, Santander y BBVA, que indirectamente se convirtieron así en dos de los grandes beneficiarios de un plan de rescate bancario negociado y diseñado junto al gobierno por ellos mismos. Pero aun con todo, esto no es suficiente para explicar el aparente sinsentido de los fabulosos beneficios de un banco en un país sumido en la peor crisis de su historia y con el grifo del crédito paralizado desde hace meses. Para explicárselo no hay más remedio que acudir a conceptos menos benevolentes que el de la “buena gestión” o el “control de gastos”. Y que nos remite a prácticas monopolistas de saqueo, abusos y extorsión sobre el conjunto de la sociedad. ¿Gracias a qué capítulos de su balance puede Botín presentar tan magníficos (e indecentes) resultados? Gracias al margen de intereses. Es decir, gracias a la diferencia, cada vez mayor, entre lo que paga por tomar dinero de otros (bien sea del Banco Central Europeo, bien de los depósitos de sus clientes) y lo que cobra por prestar ese dinero. De nada sirve que el BCE tenga hoy el dinero a los tipos de interés más bajos de su historia, el Santander –al igual que sus otros colegas bancarios– presta hoy ese mismo dinero que compran más barato que nunca, con unos márgenes de interés mayores que nunca. En aumentar el expolio sobre la población reside todo el secreto de la “buena gestión” bancaria del señor Botín. De esta forma, mediante este sencillo procedimiento, el Santander ha conseguido aumentar en un 22% los ingresos que le proporciona el margen de interés. Expolio que no se detiene sólo aquí. Sino que continúa por las comisiones que el banco cobra, a un precio cada vez mayor, a sus clientes por cualquier operación. Y que en los últimos tres meses han aumentado en un 8%. Mientras los precios del resto de mercancías y servicios se hunden en España en el abismo de la deflación, los márgenes y comisiones del Santander se elevan sin cesar. Lo que por un lado pierde como consecuencia de las crisis financiera y el aumento de la morosidad, por el otro lo recupera con creces aumentando unilateralmente y a las bravas el tributo que los ciudadanos estamos obligados a pagarle por cualquier operación monetaria cotidiana. ¿Es o no esto un expolio al conjunto de la sociedad? ¿Y por qué lo permite el gobierno? No puede alegar desconocimiento de causa. Las denuncias, reclamaciones y quejas ante el Banco de España por este motivo se han multiplicado en el último año. Pero no se conoce que haya tomado una sola medida sobre ello. Al contrario, todas sus medidas se orientan a permitir que los bancos amplíen su extorsión monopolista. Bien sea entregándoles 250.000 millones de euros del dinero de todos, bien sea cambiando la ley para que los bancos puedan convertirse en la mayor inmobiliaria del país sin reflejar las pérdidas en sus cuentas de resultados o modificando las condiciones de la ley concursal para que los bancos sean los primeros (y en muchas ocasiones los únicos) en cobrar las deudas de las empresas quebradas. Mientras el país camino desbocado hacia los cinco millones de parados, mientras miles de pequeñas y medianas empresas solventes se ven obligadas a cerrar cada mes por falta de liquidez, mientras el Estado se carga de deuda –que acabaremos pagando nosotros con nuestros impuestos–, mientras miles de familias se ven impotentes para hacer frente a sus deudas, Botín proclama satisfecho y ufano cómo sus beneficios resisten cualquier crisis. 2.096 millones de euros, lo que equivale a alrededor de 350.000 millones de las antiguas pesetas en un solo trimestre en beneficios. 116.000 millones cada mes. Casi 30.000 millones por semana. Más de 3.800 millones de las antiguas pesetas gana cada día el Banco de Santander, mientras niega créditos, sube márgenes y aumenta comisiones. ¿Y aún hay quién se extraña de que propongamos una reforma fiscal por el que alguna gente y algunos monopolios deberían pagar en impuestos el 90% de sus beneficios? Lo verdaderamente extraño es que no se le haya ocurrido a nadie antes.

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