Manuel Valls, el barcelonés que llegó a primer ministro de Francia, como a él le gusta presentarse, por el Partido Socialista francés, exministro del Interrior y ex alcalde de la ciudad gala de Évry, acaba de anunciar su candidatura a la alcaldía de Barcelona.
Al hacerlo ha convulsionado el tablero político catalán, redimensionando una disputa por Barcelona que será uno de los “platos fuertes” de las próximas municipales.
¿Quíén es este candidato a presidir la alcaldía de Barcelona? ¿Con qué proyecto se presenta? ¿Por qué su candidatura ha suscitado tanto rechazo en algunos sectores?
“Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona”. Así, y con un discurso pronunciado mayoritariamente en catalán, ha anunciado su candidatura Manuel Valls, nacido en la casa familiar del barrio barcelonés de Horta donde pasó su infancia.
Valls se ha definido a sí mismo como un “hombre de izquierdas” que viene del socialismo francés y reivindicando el catalanismo de su familia, de su padre, el pintor Xavier Valls, y de su bisabuelo, que fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona.
Se presenta como “un candidato independiente”.y a su candidatura, Barcelona Capital Europea”, como un proyecto inclusivo y transversal en el que pretende incluir a personas de la “derecha y la izquierda”, incluso a diferentes partidos; marcando distancias para que no se le identifique como el candidato de Ciudadanos, el único partido que por ahora ha confirmado su apoyo. Mientras el PP se lo piensa sin descartar ningún escenario. Y el PSC se ha posicionado en contra.
En su discurso inicial ha hablado ha señalado la vivienda, el turismo y la inseguridad en los barrios como tres de los problemas más graves de Barcelona y una “mala gestión del espacio público”, junto con los “efectos negativos” del procés. Afirmando que su candidatura es una “oportunidad para luchar contra el independentismo”, y que Barcelona ha de ser parte de la solución al conflicto soberanista, puesto que “España necesita a Barcelona y Barcelona necesita a España”.
Manuel Valls es calificado por la alcaldesa Ada Colau como “el candidato de las élites económicas”. Desde ERC se le califica como “el francés que no parte de una ideología clara, ni tiene proyecto de ciudad, ni la conoce”. Mientras que para el concejal del PSC en el ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, Valls es “una gran operación de marketing y un engaño”.
No se trata ahora de valorar un programa que el todavía candidato no ha presentado. La línea y alternativas que han definido su larga carrera política no coinciden, es evidente, con el programa de redistribución de la riqueza defendido desde estas páginas. Pero resulta cuanto menos preocupante que muchos hayan salido a criticar que “alguien que no es de Barcelona” aspire a ser alcalde de la ciudad. Estas concepciones excluyentes ya fueron criticadas, con razón, cuando el líder del PP, Xavier García Albiol echó en cara a Gerardo Pissarello, segundo del equipo municipal encabezado por Ada Colau, sus orígenes argentinos.
Lo que sí es evidente es que el solo anuncio de la candidatura de Valls ha sacudido la escena catalana.
Estas no van a ser en Barcelona unas elecciones municipales más. Las élites independentistas han situado la conquista de la capital, cuyo peso en Cataluña es enorme, como un objetivo de primer orden. Y en torno a la renovación o no del mandato de Ada Colau se juega buena parte del capital político acumulado por “los comunes”.
Casi todos han despreciado la candidatura de Valls… pero todos han movido ficha.
Por decisión de Oriol Junqueras, ERC ha cambiado a su candidato, Alfred Bosch, elegido por aclamación en primarias, para presentar a Ernest Maragall. Pero a pesar de revestirse de un apellido ilustre, este Maragall, que ocupa un sillón en el gobierno de Torra, no parece tener la capacidad de liderar al “independentismo de izquierdas”, ni tiene el prestigio necesario para aportar un decisivo plus a los resultados, como sucede con Manuela Carmena en Madrid.
En otro ámbito, aunque algunos dirigentes lo han descartado, el PP no ha negado de forma oficial -y ha tenido la oportunidad de hacerlo- la posibilidad de plantearse su incorporación a la plataforma liderada por el ahora candidato Valls.
Habrá que esperar a ver los contornos definitivos de su candidatura: el programa presentado, el equipo de gobierno, las fuerzas que lo apoyan… Pero colocar una “pieza mayor” como Valls en Barcelona ya está teniendo importantes efectos.
Nestore dice:
Los autores deberían mojarse más en su valoración sobre Manuel Valls