El campo vuelve a movilizarse nada más comenzar el año. La imposición monopolista de los bajos precios en origen sigue agravándose con las subidas de los costes de producción. La marcha en las calles de Madrid de parte del sector ganadero y agricultor vuelve a expresar el rechazo al control de los monopolios de distribución y la industria agroalimentaria que asfixia al campo español.
Los problemas de fondo que le llevaron a salir a las calles y carreteras en 2020 y a finales de 2021 continúan, ahora mucho más agravados por el incremento generalizado de los costes de producción. La marcha de agricultores y ganaderos que recorrió las calles de Madrid vuelve a reclamar una respuesta para atajar los bajos precios en origen que imponen las grandes empresas monopolistas de distribución y las industrias controladas por monopolios extranjeros. A la manifestación acudió el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Lorenzo Ramos.
Pretenden que la sociedad les apoye. Que no nos engañen, que la foto de 4 políticos de la oposición disfrazados con pretendidas gorras e indumentarias supuestamente campestres no tapen la realidad y el problema de fondo. Sectores como el campo vuelven a exigir que la recuperación económica se haga de forma justa. Y tienen razón. “Vemos cómo la venta de nuestros productos se tiran a la baja, mientras que nuestros costes se disparan. Pedimos un plan de choque al Gobierno, la mayoría de nuestras reivindicaciones son transversales” Diego Juste, portavoz de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Son necesarias más medidas para que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria, que establece que ninguno de los eslabones pueda cobrar por debajo de lo que cuesta producir.
La ley contra la trampa
La ley de Cadena Alimenticia del gobierno prohíbe pagar precios por debajo del coste de producción. Una cosa es la legalidad y otra cosa es lo que está pasando. Las naranjas valencianas se quedan sin recolectar. El motivo: los precios desplomados por debajo de su coste de producción. Asfixia para los productores agrícolas, reciben un pago hasta 10 veces menor de sus costes mientras los grandes monopolios de distribución y alimentación que imponen estas condiciones las venden en cualquier supermercado un 1.500% más caras de lo pagado en origen.
El campo vuelve a movilizarse contra los precios de miseria.
Una situación que desde el 15 de diciembre del año pasado, en aplicación de la ley, se supone ilegal. Pasa con las naranjas, los limones… Al mismo tiempo, el incremento continuado de los costes en el campo redobla la gravedad de la situación, aunque el negocio monopolista sigue boyante, invadiendo el mercado de cítricos sudafricanos o egipcios. Las cosechas colgadas del árbol en el campo español y su peligro de quiebra están determinados por los precios desplomados por debajo de su coste de producción. Necesitamos medidas efectivas para evitar la sangría.
Asfixia en el campo español
El 2021 no ha sido un año sencillo para la ganadería y la agricultura. La situación de estos autónomos, lejos de mejorar, sigue empeorando con una subida constante de costes sobre el precio de las semillas, los abonos, el plástico, la luz, gasoil o fitosanitarios, que hacen casi impracticable la actividad. Un año de la campaña de producción más cara de su historia. Incremento de los costes de producción como consecuencia de la subida de precios de carburantes, luz, abonos o fertilizantes, sin obtener casi ningún tipo de apoyo.
Las movilizaciones por el futuro del campo responden al saqueo monopolista.
Es necesario garantizar medidas que hagan frente a unos niveles de costes nunca vistos. Los piensos para el ganado se han encarecido un 30% en un año. Al igual que las semillas (un 20%), los fertilizantes (un 300%), el agua (un 33%), abonos (un 48%) o los plásticos que se utilizan en cultivos de invernadero (46%). Costes que agravan aún más la situación del sector. Mientras la cesta de la compra para los consumidores, que pagan más por los productos que adquieren, se encarece. Esto no repercute en los agricultores y ganaderos, el primer eslabón de la cadena alimentaria, que ven cómo se incrementan sus pérdidas porque ni siquiera cubren los costes de producción con la venta.
La realidad contra las fotos buscadas
La marcha en Madrid ha sido convocada sin el respaldo expreso de las organizaciones agrarias de carácter general, cierto. Entre los asistentes han acudido representantes políticos de PP, Vox y Ciudadanos, también es cierto. Pero hay que esclarecer dos claves que pretenden ocultar. En primer lugar, el problema verdadero que está en los precios de origen y los imponen las grandes cadenas de distribución monopolistas: ahí es dónde hay que intervenir y garantizar medidas en vez de dejarse llevar porque una parte del PP o incluso de Vox use estas manifestaciones para atacar al gobierno desde su influencia en los medios rurales. En segundo lugar, nos están conduciendo por una salida a la crisis que beneficia a bancos, monopolios y capital extranjero: por eso están protestando muchos y diversos sectores populares como el del campo. Esa es la raíz y la naturaleza de las movilizaciones en el campo, una respuesta de rechazo al incremento del saqueo contra el 90%.