El mandatario israelí­ aceptará la Hoja de Ruta

El campo minado de Netanyahu

Netanyahu se mueve en un sendero ciertamente angosto. La presión norteamericana parece haber logrado avances significativos y puede estar consiguiendo que el Primer Ministro israelí­, negociador duro donde los haya, de su brazo a torcer y acepte la creación de un Estado Palestino. Pero el halcón se mueve en un campo minado. No puede seguir dando largas indefinidamente a Washington, pero las formaciones ultranacionalistas y ortodoxas de su propio gobierno están dispuestas a abandonarlo si las concesiones a los palestinos son demasiado complacientes. Y la ultraderecha sionista no es precisamente conocida por su manga ancha.

El diario israelí Hareetz informa que el rimer ministro israelí prepara un réplica al discurso de Obama en el Cairo de hace unos días. Si el presidente norteamericano habló a las masas egipcias en la Universidad Islámica de Al-Azhar, prestigioso centro de pensamiento para todo el mundo musulmán, Netanyahu pronunciará su mensaje en la ortodoxa universidad de Bar Ilan. Dada la trayectoria de los últimos meses, pudiera pensarse que rebatirá punto por punto los ejes de la posición de la Casa Blanca, pero no es así.Las primeras filtraciones que maneja el diario israelí parecen indicar que la última entrevista entre Netanyahu y el enviado norteamericano, George Mitchell –a solas y de cuatro horas de duración- ha surtido efecto y ha erosionado la aparentemente inconmovible intransigencia del halcón. Hareetz asegura que el Primer Ministro israelí aceptará los ejes de la Hoja de Ruta, el plan de paz norteamericano elaborado bajo los auspicios de la administración Bush y que implica la `solución de los Dos Estados´, y por lo tanto la creación de un Estado Palestino. Es importante recordar que el gobierno de extrema derecha de Tel Aviv se ha resistido a pronunciar siquiera la fórmula `Dos Estados´ o `Estado Palestino´, y que en su primera comparecencia como Ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman arremetió contra el Tratado de Annápolis y la Hoja de Ruta. De confirmarse lo que asegura el rotativo, estaríamos ante una concesión muy significativa de la administración israelí.Sin embargo, el discurso de Netanyahu distará mucho de ser lo que la Casa Blanca quiere. Según la filtración el Primer Ministro aceptará el proceso de creación de un Estado Palestino, sí, pero con una serie de condiciones hoy en día inaceptables tanto para Washington como para Ramala. Netanyahu mantiene que los palestinos deben reconocer a Israel no sólo como Estado –cosa que la OLP ya hace desde los 90- sino como Estado judío. No es una diferencia semántica, sino que tiene hondas repercusiones para los palestinos israelíes -el 20% de la población del país- y sobretodo para los refugiados palestinos –más de 9 millones- en los campos de Líbano, Siria, Jordania o Egipto.Amén de la espinosa cuestión de Jerusalén, Netanyahu rechazará otra de las exigencias incondicionales tanto de Obama como de la ANP: la paralización total de la ampliación de los asentamientos judíos en Cisjordania. Netanyahu podría declarar que no se construirán nuevas colonias, pero según Haaretz se negará a impedir el "crecimiento natural" de los 250.000 habitantes de los asentamientos.Hareetz asegura que el ambiente se puede cortar con una navaja en las dependencias gubernamentales. Netanyahu se reunió ayer con los distintos partidos de su gobierno, incluido el suyo propio, el Likud. Sus propios diputados se dirigieron a él pidiéndole que reconsiderara su postura. Dani Danon llegó a suplicarle: "Estamos aquí para pedirle que no funde el Estado de Palestina el domingo en la Universidad de Bar Ilan". Netanyahu replicó lo que todos sabían: que las relaciones con Washington están demasiado tensas, y que Israel no puede permitirse el lujo. "Lo esencial es asegurar el futuro del Estado judío por todas las generaciones", sentenció. La oposición a los `Dos Estados´ es muy intensa dentro del Likud. Beni Begin –ministro sin cartera del Likud- arengó a sus seguidores en un mitin que "si la solución de dos estados es la única, no existe solución (…) Los palestinos no quieren dos estados, sino dos etapas. Primero, un Estado en Gaza y Cisjordania, y luego un Estado palestino en todo el territorio israelí". La posición ante los argumentos del primer ministro en otros partidos más a la derecha de la derecha del Likud, como el partido de Lieberman, Israel Beitenu, o los ultraortodoxos del Shas o de Alianza Unida de la Torá, es fácilmente previsible. Lo que está por ver es si optarán por lo que ya han hecho en otras ocasiones: levantarse de la mesa y amenazar con dinamitar el gobierno.

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