Destitución de la cúpula militar en Honduras

El cambio constitucional en el centro del Huracán

El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Romeo Vásquez, y aceptó la renuncia del ministro de Defensa, Edmundo Orellana, tras la desobediencia de ambos a la orden de distribuir el material logí­stico para la realización el próximo domingo de una consulta en favor de la colocación de una cuarta urna en las elecciones generales del 29 de noviembre. La Ministra de Asuntos Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, ratificó las citadas destituciones y aclaró que éstas se trataron de una acción de desobediencia más no corresponden a un golpe de Estado.

Asimismo exlicó que Romeo Vásquez estaba a cargo de todo el movimiento de distribución del material y que la decisión de destituirlo se debió a que el oficial terminó por no apoyar la orden a sólo tres dí­as de la consulta, «que fue solicitada por las firmas de más de 500 mil hondureños, tal como lo demanda la Ley de Participación Ciudadana» de ese paí­s.Afirmó que las Fuerzas Armadas se mantienen firmes al lado del presidente Zelaya, pese a estas acciones e informó que este jueves el jefe de Estado se reunirá con diversos sectores para tomar medidas acerca de la organización de la consulta del domingo.Durante 30 años las Fuerzas Armadas de ese paí­s se han encargado de la logí­stica en los eventos electorales, por lo que se necesita evaluar hasta que punto llegó la labor de Romeo Vásquez en la distribución del material. «Si existe la capacidad logí­stica se llevará a cabo el proceso, son casi 21 mil urnas. Si nosotros no logramos eso, le quitaremos a una importante fracción de la población que emitan una opinión acerca del futuro del paí­s», aseveró Rodas.Agrega que para evitar la suspensión «tenemos que garantizar que la misma logí­stica que se habí­a proyectado quede intacta y se haga, aún si el jefe de las Fuerzas Armadas haya sido destituido». Respecto a la decisión del oficial y el ministro de la Defensa, Rodas asegura que se debió a presiones de la oligarquí­a de ese paí­s que quieren evitar «el pronunciamiento del pueblo».»Es muy probable que los hayan amenazado y que obviamente hayan entrado en pavor y en pánico y hayan decidido esa acción», comentó la canciller, al tiempo expresó su deseo de saber quiénes están detrás de lo hecho por los militares. Dijo que en el paí­s «hay mucho grupos conservadores y muchos otros que han monopolizado el poder económico, polí­tico, el poder mediático y prácticamente han sido los socios en la embajada de Estados Unidos» y relató que la Fuerza Armada no escapó de eso en los últimos 40 años.A raí­z de esto reveló que ha conversado con el diplomático norteamericano en ese paí­s, Hugo Llorens, que se abstenga de interferir en los asuntos internos de Honduras, y dijo que espera que «no tenga nada que ver». Denunció también que parte del Congreso Nacional, se ha puesto al lado de estos «movimientos de la oligarquí­a y ha perdido legitimidad», debido a quieren evitar que se realice la encuesta nacional. Afirma que con estas destituciones, los grupos de poder ahora están claros que con Zelaya en Honduras se acabó el tiempo de la impunidad, que ahora se debe respetar el mando presidencial y sobre todo la voz de nuestro puebloEl presidente Zelaya promueve la realización el próximo domingo de una encuesta nacional en favor de la colocación de una cuarta urna en las elecciones generales del 29 de noviembre -junto a las urnas para elegir presidente, diputados y alcaldes- para que se decida si se convoca a una asamblea constituyente que apruebe una nueva Constitución.Zelaya sufrió un atentado este mismo mes, La derecha y los actores internacionales que no ve con ninguna simpatí­a que Honduras ha establecido relaciones diplomáticas con Cuba, se ha adherido a la Alternativa Bolivariana de las Américas, es miembro pleno de Petrocaribe, esta en una durí­sima lucha para sacar Honduras de la extrema pobreza que lo ha situado como el tercer paí­s más pobre del continente americano. Los enemigos de ese proceso han desatado el primer atentado fí­sico contra el mandatario hondureño que solo ha querido acercarse al pueblo para que éste pueda decir si quiere transformar la constitución vigente.Las cada dí­a más agresivas acusaciones contra el gobierno del presidente Zelaya por instaurar una dictadura o planear junto con los militares un golpe de estado, ha creado una polarización donde todo puede pasar. Por un lado el pueblo y, por primera vez en la historia de Honduras, un presidente, y por el otro lado, un grupúsculo de oligarcas están enfrentados.Aparecen los mismos y costosí­simos avisos de publicidad en la prensa, firmados por organizaciones fantasmas sembrando terror y que insinúan que no hay «Democracia y libertad» o que esta en peligro. Es la misma campaña de terror que los pueblos de Venezuela, Bolivia y de Ecuador han pasado y que ha contado con el apoyo de la Casa Blanca y la Internacional de la derecha, encabezado por Mario Vargas Llosa y toda esa red de destacados representantes de la derecha latinoamericana, que cuando un pueblo quiere crear y formar su propio futuro sin intervención de actores ajenos, son atacados y acusados por querer enterrar la libertad. La historia de América Latina esta lleno de experiencias que confirma que los grupos del poder no lo aceptan. Salvador Allende fue un ejemplo que el enemigo de la democracia no acepta en forma voluntaria las grandes transformaciones de la sociedad.

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