«El sentido de la orden es que todo el negocio financiero, activo y pasivo de las cajas de ahorros, se traslade lo más rápidamente posible a los nuevos bancos que van a crear estas entidades. Es la mejor manera de que el mercado entienda en qué consisten los SIP y sea más fácil que les den su confianza en términos de financiación y, lo que se aventura más complicado, capital.»
El subgobernador del Banco de Esaña, Francisco Javier Aríztegui, indicó que la decisión de llevar todos los activos y pasivos de las cajas al nuevo banco «deberá plantearse sin dilación, si así lo demandan los mercados de financiación». Y si lo que se busca es capital, advirtió que los inversores exigirán «un elevado nivel de certidumbre en los proyectos y en sus estructuras empresariales». El subgobernador apuntó que «posiblemente» la cesión de parte del negocio de las cajas «pudiera ser suficiente» para captar liquidez, «pero probablemente, cuando se necesite obtener capital, emitiendo acciones del banco situado en el corazón del SIP, será necesario un mayor aporte de activos y pasivos estratégicos a dicho banco». (EL MUNDO) PÚBLICO.- Merkel y Sarkozy no tienen ningún reparo en mostrar al resto de los países que son los únicos que mandan e imponen las condiciones y las reglas en la Unión Monetaria, despreciando olímpicamente al resto de instituciones. Han hecho costumbre reunirse los dos de forma abierta y pública antes de las cumbres europeas, convirtiéndolas en meros actos protocolarios, limitadas a aprobar lo que ellos ya han decidido. Lo malo es que plantean el problema en clave nacionalista haciendo creer a franceses y alemanes que son los paganos de la eurozona cuando, en realidad, especialmente los alemanes, son los máximos beneficiarios. EXPANSIÓN.- El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, advirtió hoy al Gobierno que "está en sus manos" evitar una nueva huelga general por su propuesta de retrasar la edad de jubilación en dos años, desde los 65 actuales a los 67. Toxo hizo estas declaraciones a la prensa minutos antes de participar en la manifestación que, junto con UGT, CCOO ha convocado en Madrid este mediodía, bajo el lema "La movilización continúa. Recuperar derechos, defender el estado social y no a la jubilación a los 67 años". Según Toxo, las próximas semanas "son claves" para determinar si habrá otra huelga general después de la del pasado 29 de septiembre. EL PAÍS.- "Nunca ha sido más pertinente el refrán español que ilustra esta situación: ‘El tiempo es oro", advirtió a las cajas de ahorros Javier Aríztegui, subgobernador del Banco de España. Las cajas están cuestionadas por los mercados y todo el discurso de ayer se centró en que "tienen que acortarse de manera significativa los calendarios de la integración que se barajaban hace seis meses. Deben hacerse todos los esfuerzos suplementarios y todos los sacrificios que sean necesarios". En este tono de urgencia, Aríztegui pidió a los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) o fusiones frías que traspasaran "íntegramente" el negocio bancario (créditos y depósitos) a un banco que actúe como sociedad central. "Deberán plantearse esta posibilidad sin dilación, si así lo demandan los mercados" donde pueden obtener liquidez o capital, "a los que será imprescindible acceder". Economía. El Mundo El Banco de España ordena a las SIP “vaciar las cajas” Juan E. Maíllo «Hay que vaciar las cajas». Esta orden tajante ha sido trasladada por un alto cargo del Banco de España a varias de las cajas de ahorros que se están agrupando en torno a los denominados Sistemas Institucionales de Protección (SIP), según ha podido saber EL MUNDO. El sentido de la orden es que todo el negocio financiero, activo y pasivo de las cajas de ahorros, se traslade lo más rápidamente posible a los nuevos bancos que van a crear estas entidades. Es la mejor manera de que el mercado entienda en qué consisten los SIP y sea más fácil que les den su confianza en términos de financiación y, lo que se aventura más complicado, capital. En esta tesis ahondó ayer el subgobernador del Banco de España, Francisco Javier Aríztegui, durante la clausura de unas jornadas sobre la reestructuración de las cajas organizadas por Caja Granada y KPMG. En este foro, abierto al público, Aríztegui fue algo más prudente e indicó que la decisión de llevar todos los activos y pasivos de las cajas al nuevo banco «deberá plantearse sin dilación, si así lo demandan los mercados de financiación». Y si lo que se busca es capital, advirtió que los inversores exigirán «un elevado nivel de certidumbre en los proyectos y en sus estructuras empresariales». El subgobernador apuntó que «posiblemente» la cesión de parte del negocio de las cajas «pudiera ser suficiente» para captar liquidez, «pero probablemente, cuando se necesite obtener capital, emitiendo acciones del banco situado en el corazón del SIP, será necesario un mayor aporte de activos y pasivos estratégicos a dicho banco». «Insisto», remarcó Aríztegui, «en la coyuntura actual, esta decisión hay que tomarla con prontitud si se desea obtener el capital preciso para los proyectos empresariales que todos debemos impulsar». Una tesis en la que abundó el consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Ángel Bergés: «A los mercados se sale como banco, y para eso hay que tener chicha, patrimonio». Todo ello en una coyuntura complicada, a juicio de la práctica totalidad de los ponentes que acudieron a la jornada. Bergés y José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, coincidieron en un contundente y duro diagnóstico: «Aquí no emite ni Dios». Y Díez advirtió de sus consecuencias: «Cuando uno tiene una crisis de solvencia, pierde dinero, cuando la crisis es de liquidez, pierde el banco». Díez trató de ilustrar la gravedad del momento: «Las cajas ya no estáis estigmatizadas, estáis apestadas. Captar capital está bien, pero primero os tendrán que comprar cédulas hipotecarias», el activo de mayor calidad, y que tampoco aceptan hoy por hoy los mercados. Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia, señaló que el éxito del proceso de integración de las cajas se medirá en si se abre el grifo del crédito y si las nuevas entidades «son atractivas» para los inversores. Héctor Flórez, socio de Deloitte, apuntó que la reestructuración de las cajas «no es suficiente para garantizar la viabilidad del sistema financiero». A su juicio, «las entidades que sobrevivan en 2015 serán tremendamente rentables. El problema es que no todas van a sobrevivir». Mientras, el socio responsable del sector financiero de KPMG, Francisco Uría, sostuvo que «las cajas deben avanzar en la definición de un nuevo modelo de negocio que resulte atractivo para los inversores». El contexto sigue siendo de tensión para la banca. Ayer se conoció que, de nuevo en octubre, la morosidad volvió a repuntar y alcanzó el 5,66%, su nivel más alto desde enero de 1996. Los activos de dudoso cobro alcanzan los 103.685 millones. De esta cantidad, la mitad proviene de constructoras e inmobiliarias, que han dejado activos morosos en el balance de la banca por casi 51.000 millones de euros. La morosidad de las inmobiliarias es del 11,8%, mayor entre los bancos (12,6%) que entre las cajas (11,2%). Mientras, las constructoras tienen en impago el 10,4% de sus créditos. EL MUNDO. 18-12-2010 Opinión. Público El eje franco-alemán J. F. Martín Seco Merkel y Sarkozy no tienen ningún reparo en mostrar al resto de los países que son los únicos que mandan e imponen las condiciones y las reglas en la Unión Monetaria, despreciando olímpicamente al resto de instituciones. Han hecho costumbre reunirse los dos de forma abierta y pública antes de las cumbres europeas, convirtiéndolas en meros actos protocolarios, limitadas a aprobar lo que ellos ya han decidido. Ante la especulación de los mercados contra el euro, taponan cualquier posible salida: intervención del BCE en los mercados comprando deuda pública, emisión de bonos de la Unión e incluso el incremento del mal llamado fondo de rescate. Lo malo es que plantean el problema en clave nacionalista haciendo creer a franceses y alemanes que son los paganos de la eurozona cuando, en realidad, especialmente los alemanes, son los máximos beneficiarios. Habrá que recordar que las aportaciones al fondo de rescate en ningún caso representan donaciones sino préstamos concedidos a un tipo suficientemente atractivo, préstamos en los que participan proporcionalmente todos los estados miembros y en los que todos asumen el riesgo. Un riesgo que, sin embargo, de momento no incrementa el de Alemania o el de Francia porque en buena medida los bonos griegos estaban en manos de los bancos franceses o alemanes, pero sí, por ejemplo, el de España. La paradoja es que, hoy por hoy, países como el nuestro son los que están corriendo con el riesgo de los bancos alemanes, franceses o ingleses. Conviene no olvidar tampoco que la huida de los inversores de la deuda de los países periféricos y la consiguiente elevación de su coste tiene como contrapartida el atractivo de los bonos alemanes y la reducción de su precio. Todo ello sin considerar que la pertenencia al euro supone que Alemania tenga un tipo de cambio real suficientemente atractivo para incrementar sus exportaciones; pero genera un tipo de cambio real para países como España que les condena a un déficit exterior que lastra su crecimiento. Pero salgamos de los equivocados parámetros nacionalistas para plantear la cuestión en términos de clase. La política de Merkel y Sarkozy sólo beneficia a sus bancos y grandes empresas y no a sus ciudadanos, que han sido los primeros en sufrir los ajustes. Precisamente, uno de los grandes problemas de la eurozona es el escaso consumo al que se ve sometida la población alemana. PÚBLICO. 18-12-2010 Última hora. Expansión Toxo amenaza al gobierno con otra huelga general El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, advirtió hoy al Gobierno que "está en sus manos" evitar una nueva huelga general por su propuesta de retrasar la edad de jubilación en dos años, desde los 65 actuales a los 67. Toxo hizo estas declaraciones a la prensa minutos antes de participar en la manifestación que, junto con UGT, CCOO ha convocado en Madrid este mediodía, bajo el lema "La movilización continúa. Recuperar derechos, defender el estado social y no a la jubilación a los 67 años". Según Toxo, las próximas semanas "son claves" para determinar si habrá otra huelga general después de la del pasado 29 de septiembre. Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, consideró que la propuesta del Gobierno de situar la edad legal de jubilación en 67 años es una "línea roja" que dificulta la posibilidad de llegar a un acuerdo, tanto en el ámbito parlamentario como en el diálogo social. Por ello, vinculó la posibilidad de un acuerdo a que el Gobierno retire esta propuesta, que calificó de "medida injusta e innecesaria". Además, el secretario general de UGT consideró "lamentable" que el Gobierno haya decidido "imponer recortes laborales y sociales" a la ciudadanía, por su "incapacidad para frenar el feroz endeudamiento" de las entidades financieras en el sector inmobiliario, algo, que denunció, se ha producido con "la mirada complaciente del Banco de España". Respecto a las declaraciones hechas ayer por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acerca de que la elevación a los 67 años sea con "flexibilidad", Méndez dijo que no les han tranquilizado, sino que, al contrario, les han generado "una gran preocupación", por lo que reiteró el rechazo de los sindicatos a esta iniciativa. Méndez aprovechó para utilizar un símil al respecto, y explicó que, si se acepta un golpe con "un palo rígido", se provoca una "magulladura", pero si se hace con "un látigo", que es algo "más flexible", se puede provocar "el desgarro de la carne". En este sentido, Toxo avisó de que la imposición generalizada y obligatoria de los 67 años es la "frontera entre el acuerdo y el desacuerdo, entre la paz social y el conflicto". Según denunció, el Gobierno hace esta propuesta como "ofrenda a los mercados" cuando Zapatero sabe que "en solitario no puede hacerlo, y necesita votos suficientes en el Parlamento". EXPANSIÓN. 18-12-2010 Editorial. El País Voluntad de ajuste La decisión de los líderes de la Unión Europea de aprobar una reforma en el Tratado de Lisboa para constituir un fondo de rescate permanente en defensa del euro y la ampliación del capital del Banco Central Europeo (BCE) indican que Europa ha emprendido el camino correcto para conjurar la crisis de confianza de los mercados en la solvencia de las deudas soberanas. El Fondo y el BCE son la última línea de defensa de la moneda común y la ratificación de que Europa necesita una política económica coordinada. Esta necesidad implica que los países pierdan soberanía fiscal y exige que, hoy, los Gobiernos resuelvan sus problemas específicos. España tiene varios propios, empezando por un crash inmobiliario que acentúa las sospechas de los inversores externos sobre la solidez del sistema bancario. Es verdad que los bancos españoles son más solventes que los europeos; pero no hay solvencia que resista varios años de recesión, una elevada tasa de desempleo y un crecimiento imparable de la tasa de morosidad. Pero el problema particular de la economía española en tiempos de depresión es el crecimiento del endeudamiento de las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos. El Banco de España informa de que la deuda autonómica ha aumentado un 27% en un año y la sitúa en el 10% del PIB. Esta explosión de la deuda autonómica oficial (no se cuentan las facturas en los cajones que las comunidades tienen sin contabilizar y sin pagar, o la deuda diseminada en empresas parapúblicas) se ha producido después de dos años de crisis, cuando todas las autoridades políticas eran conscientes de la gravedad de la situación. Los Gobiernos autónomos (y algunos Ayuntamientos) arguyen que carecen de fuentes de financiación para hacer frente a servicios transferidos (sanidad y educación, sobre todo) y que por ello tienen que endeudarse. Sin duda, convendría reforzar sus ingresos. Pero, además, las autonomías han desarrollado una maquinaria inerte de gasto que no saben o no quieren parar. La prueba de que la voluntad política flaquea es que, colocadas al borde de la suspensión de pagos, se precipitan a emitir bonos patrióticos que ya están teniendo un efecto devastador sobre la calificación de la deuda española. Emitidos bajo la urgencia extrema de la asfixia financiera, están mal incardinados en el conjunto de la deuda y carecen de proyecciones de refinanciación y devolución. Entiéndase bien que el descontrol sobre la deuda autonómica constituye un auténtico problema de Estado. Lastra la calidad de la deuda global, en parte porque oculta el total de sus empréstitos, y da pie a los inversores potenciales a suponer que se decide al margen de la unidad financiera del Tesoro. Zapatero advirtió ayer en Bruselas de que el Gobierno hará cumplir los compromisos de ajuste fiscal. Pero los inversores creen que, a pesar de su buena voluntad, no va a poder exigirlo. Se impone una demostración, con la implicación del PP, de la capacidad del Gobierno para convertir en realidad estos buenos propósitos. ***************************** Economía El Supervisor pide a las uniones de cajas que se conviertan en bancos "sin dilación" "Nunca ha sido más pertinente el refrán español que ilustra esta situación: ‘El tiempo es oro", advirtió a las cajas de ahorros Javier Aríztegui, subgobernador del Banco de España. Las cajas están cuestionadas por los mercados y todo el discurso de ayer se centró en que "tienen que acortarse de manera significativa los calendarios de la integración que se barajaban hace seis meses. Deben hacerse todos los esfuerzos suplementarios y todos los sacrificios que sean necesarios". En este tono de urgencia, Aríztegui pidió a los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) o fusiones frías que traspasaran "íntegramente" el negocio bancario (créditos y depósitos) a un banco que actúe como sociedad central. "Deberán plantearse esta posibilidad sin dilación, si así lo demandan los mercados" donde pueden obtener liquidez o capital, "a los que será imprescindible acceder". El subgobernador, que cerró ayer las jornadas sobre La reestructuración de las cajas de ahorros, organizadas por Caja Granada, salió al paso de los gestores de SIP que no quieren volcar todo el negocio en la sociedad central para que cada caja que la compone mantenga el suyo. El supervisor percibe que los inversores rechazarán el modelo de SIP si cada caja actúa por su cuenta. Por eso, insistió: "No es aceptable que se proporcione a terceros cualquier signo de titubeo sobre la cohesión del grupo" porque las cajas necesitan "acceder a los mercados mayoristas a partir de la primer quincena de enero". Socios de consultoras que están asesorando en las fusiones, como KPMG y Deloitte, economistas y presidentes de cajas (Manuel Menéndez, Cajastur; Carlos Egea, Caja Murcia; Enrique Goñi, Banca Cívica y Virgilio Zapatero, vicepresidente de Caja Madrid) participaron en las jornadas. El tono crítico sobre las cajas dominó las exposiciones. Héctor Florez, de Deloitte, dijo: "El sector tiene todos los problemas del mundo. Las fusiones tienen que continuar". José Carlos Diéz, de Intermoney, advirtió de que los inversores dudan de la veracidad de los balances de las cajas por la valoración de los activos inmobiliarios. EL PAÍS. 18-12-2010