El gobierno ha decidido intervenir la Caja de Ahorros del Mediterráneo poniendo 5.800 millones de euros para tapar sus agujeros y acelerar los procesos de recapitalización de las Cajas con problemas con, al menos, otros 5.000 millones de euros del FROB. Eso la misma semana que el Congreso ha aprobado la reforma para rebajar las pensiones, varias asociaciones denuncian que 300.000 familias pueden ser desahuciadas y desalojadas de sus viviendas este año y la Asociación de Autónomos ATA denuncia que el ICO rechaza el 75% de los créditos a pymes y autónomos.
Cada día es mayor el antagonismo entre la olítica de financiación de la banca con dinero público y el ataque despiadado contra el 90% de la población para que lo paguemos con la rebaja de nuestros salarios y pensiones, recortes sociales, aumentos de impuestos, desahucio de viviendas y cierre de pymes. ¿Qué ocurriría si en vez de “rescatar” a la banca y a las Cajas, tapando los agujeros y las deudas de la oligarquía financiera y los gestores políticos de las cajas, se destinaran esos miles de millones de euros a resolver los problemas de los ciudadanos? ¿Cuántos desahucios se podrían evitar? ¿Cuántos créditos podrían impedir la quiebra de decenas de miles de pymes y autónomos? ¿Cuántos puestos de trabajo se podrían haber salvado? Hace un año en el primer “test de estrés” de la banca europea, dijeron que en el peor de los casos sólo necesitarían 3.500 millones de euros para recapitalizarlas. Un año después hay tres países intervenidos (Grecia, Irlanda y Portugal), dos en el punto de mira (Italia y España) y cientos de miles de millones entregados a la gran banca europea. Sólo entre enero y julio de este año se han entregado más de 50.000 millones de euros. Desde 2008 hasta hoy son 1,35 billones de euros entregados a los bancos europeos. Ahora -después del segundo “test de estrés” al que no se han presentado el 60% de los bancos alemanes, franceses,… y que han suspendido cuatro cajas españolas (la CAM, CatalunyaCaixa, Unnim, el Grupo Caja 3 y el Banco Pastor), junto a dos bancos griegos y uno austriaco- dicen que sólo serían necesarios 2.500 millones de euros para recapitalizarlas. Otro engaño en marcha. El agujero negro de las cajas Sólo la intervención de la CAM nos costará 5.800 millones de euros, 2.800 millones de euros en acciones para recapitalizarla y otros 3.000 millones en un crédito de disponibilidad inmediata. Además el BdE ha decidido acelerar los procesos de recapitalización de las otras cajas suspendidas, en total otros 5.000 millones. Desde el inicio de la crisis el gobierno se ha gastado ya 38.000 millones de euros en intervenir tres cajas (Caja Castilla La Mancha en 2009, Cajasur en 2010 y ahora la CAM) y tapar los agujeros de otras para convertirlas en bancos (Bankia de Caja Madrid-Bancaja) o sanearlas y ser vendidas al capital extranjero (Bankinter, BNP Paribas, fondos norteamericanos…), al Santander de Botín o al BBVA, como quiere hacer ahora con la CAM. El Gobierno, a través del FROB y con el apoyo del PP y los partidos nacionalistas, está dispuesto a llegar hasta 90.000 millones de euros para tapar el agujero negro de miles de millones dejados por los gestores políticos que gobiernan en las autonomías. Otro camino es posible: redistribución de la riqueza Desde el comienzo de la crisis el gobierno de Zapatero ha entregado a la banca, en recapitalizaciones, compra de activos tóxicos, préstamos de liquidez inmediata y avales más de 313.000 millones de euros. Una política de “rescate” bancario con dinero público financiada con cinco millones de parados, las rebajas de nuestros salarios y pensiones, los recortes sociales, los desahucios y la ruina de cientos de miles de autónomos y pymes. La situación sería radicalmente diferente, y la salida a la crisis estaría más cerca, si en vez de la política de “rescate” bancario, impuesta por el FMI, la UE y el puñado de oligarcas encabezados por Botín, se aplicara una política de redistribución. Sólo con el dinero entregado a la CAM se podría impedir que 1 millón de familias pierdan su vivienda y acabar con todos los embargos y desahucios de viviendas de los próximos 10 años. 300.000 familias han perdido sus viviendas desde el inicio de la crisis, otras tantas pueden perderla a medio plazo y hasta 1 millón en los próximos dos o tres años. Según un estudio de la Asociación de Usuarios Adicae una moratoria que paralice de manera inmediata y durante los próximos tres años todos los embargos hipotecarios sólo costaría 500 millones de euros al Estado o a la banca. Con los 5.300 millones entregados a la CAM ese plazo se podría ampliar a 10 años y al millón de familias afectadas. Con los 21.300 millones de euros entregados a las cajas intervenidas y las suspendidas se podrían haber dado créditos para salvar la mayoría de las 500.000 pymes y autónomos que han tenido que cerrar desde que estalló la crisis, y mantener 1,5 millones de puestos de trabajo. Según la encuesta de las Cámaras de Comercio, la banca tiene cerrado el grifo del crédito a las pymes, el 87,5% tienen serios problemas para acceder al crédito. La Asociación de Autónomos ATA ha denunciado que el ICO rechaza el 75% de los créditos para pymes y autónomos. De 11.000 solicitudes sólo se han aprobado unas 2.800, por importe de 120 millones de euros. Con 21.400 millones se podría haber mantenido el mismo nivel de crédito a las 500.000 pymes y autónomos que han cerrado y evitado el paro de 1 millón y medio de trabajadores. Las repercusiones directas de esas medidas sobre la economía nacional serían inmediatas y enormemente beneficiosas. Mantenimiento del tejido productivo y de al menos 1,5 millones de puestos de trabajo. Millones de familias verían favorecida su economía familiar. ¿Pero qué pasaría si se pusieran los 313.000 millones de euros entregados a la banca al servicio de las pymes, las familias, la economía productiva, la mejora de salarios, prestaciones por desempleo y pensiones? Que entonces no sólo millones de trabajadores y familias verían aumentar su nivel de vida sino que habríamos puesto en marcha un poderoso motor económico, la expansión del mercado interno, capaz de tirar de la producción creando nueva riqueza y puestos de trabajo. Frente a entregar los recursos públicos a la banca, redistribuir para salir de la crisis y acabar con el paro. ¡Este es el camino!