El ascenso silencioso de BlackRock

Hasta la caída de Lehman Brothers, BlackRock era uno más de entre los fondos activos en Nueva York. La administración Obama le impulsó a la cima. Este gigantesco fondo de inversiones podría definirse como la expresión financiera de la línea política del anterior gobierno de EEUU.

H. Buchter, especialista en finanzas y autora de un libro sobre BlackRock, contaba que: “El nombre no me era familiar antes de la crisis financiera pero tras ella apareció de pronto por todos lados”. Ahora es “el consorcio más poderoso que nadie conoce. (…) Asesora a bancos centrales y ministerios, a grandes inversionistas, fondos de pensiones, aseguradoras, fundaciones. (…) No hay casi nada en el mercado financiero en lo que BlackRock no esté involucrado de una u otra forma”. Hasta la caída de Lehman Brothers, BlackRock era uno más de entre los fondos activos en Nueva York. La administración Obama le impulsó a la cima. Este gigantesco fondo de inversiones podría definirse como la expresión financiera de la línea política del anterior gobierno de EEUU. Sin su respaldo no se comprendería su expansión. Fue parte de su alternativa para mantener el dominio económico sobre el planeta, tras el crack de 2007.

20 años después, BlackRock maneja 15,1 billones de dólares de activos bursátiles, tanto como el PIB de la UE. Controla el 7% de todas las negociaciones de acciones, bonos y préstamos del mundo. Máximo inversor en ExxonMobil, Chevron, JP Morgan, Chase Manhattan, Apple…, segundo accionista de Google, WellsFargo y Microsoft. Posee el Grupo Pearson (The Economist y Financial Times)… Un estudio de la universidad de Michigan desveló que es el mayor accionista en 1 de cada 5 compañías norteamericanas. ¿Cómo se puede dar tan vertiginoso salto en tan poco tiempo?

Lecciones de una derrota

Larry Fink, hoy presidente de BlacRock era un triunfador de Wall Street: el director de gestión más joven en la historia de First Boston, pionero en el mercado de bonos para hipotecas; pero en 1986 su departamento perdió 100 millones de dólares en diez semanas. Meses más tarde salía de la empresa y junto a otros financieros fundó BlackRock. En lugar de hacer lo que imperaba en Wall Street, huyeron de la especulación de alto riesgo y se especializaron en el seguro cobro de comisones como intermediarios. Destacaron como asesores sobre productos que contenían una mezcla de derechos sobre hipotecas seguras con otras de probable impago. Fink, que había aprendido con una quiebra, separaba para sus clientes el trigo de la paja. A finales de los 90 ya contaba entre sus clientes a General Electric.

El gran empujón

En 2008, tras el crack de las hipotecas subprime, Blackrock fue elegido Asesor de la Reserva Federal para el rescate bancario. Le entregaron miles de propiedades e hipotecas impagadas, junto a una inmensa financiación pública para gestionarlo.

BlackRock, conectado por los anteriores trabajos de sus socios con potentes inversores (Rothschild, Bear Stearns, Morgan Stanley…) había apostado por el Partido Demócrata con donaciones a sus campañas electorales, y con intervenciones públicas de su presidente Larry Fink en favor de la candidatura de Obama. Su vinculación con dirigentes de ese partido era pública: en 2013 incorporó al ex jefe de personal del Departamento de Estado de Hillary Clinton a su junta directiva. Y cuando Fink acudió a México a refrendar la privatización de la petrolera Pemex, lo hizo acompañado del ex secretario del Tesoro, y del alcalde de Chicago (anterior jefe de gabinete de Obama).

Limpio de deudas durante los años de la burbuja del crédito, con el respaldo del gobierno, y enriquecido con el encargo de sanear los activos tóxicos, BlackRock compró importantes negocios de inversión de Merrill Lynch y Barclays Bank. Ascendía de liga.

Jugador activo

El presidente de BlackRock no se limita a las finanzas. Instó al Congreso de EEUU a resolver el bloqueo al presupuesto que paralizaba la Administración. Su BlackRock Investment Institute es un difusor de alternativas políticas. Durante la visita a EEUU de Dilma Rousseff, fue el coordinador de la reunión con empresarios en el que presentó las oportunidades de negocios en infraestructuras brasileñas. Cada enero publica una carta dirigida a los ejecutivos del índice de la bolsa de Wall Street: Este 2017 solicitaba a las grandes corporaciones de EEUU que usen las ventajas fiscales en repatriación de capitales para invertir en el país. Y se permite repetir en sus intervenciones el inicio: “Como ya le he dicho a Washington…”. Y lo que le dice a Washington es lo mismo que propuso el gobierno Obama y que defiende un sector de la clase dominante norteamericana: huir de los riesgos de la ingeniería financiera de Wall Street y el corto plazo, y apostar por un dominio más estable.

La expansión internacional

Ejecutando ese plan y con el respaldo del Estado norteamericano se ha expandido por el planeta. Accionista de las agencias de calificación de deuda y solvencia (Moody’s, McGraw-Hill), y poseedor de importantes porcentajes en los mayores bancos y monopolios europeos, controla ramas industriales enteras. Por ejemplo: BlackRock es uno de los inversores de referencia en las grandes operadoras mundiales de comunicaciones: primer accionista en Vodafone, y British Telecom (BT), segundo en Orange y AT&T, tercer accionista en Verizon…«BlackRock es el mayor accionista del BBVA y del Santander»

Fink se mueve por las oficinas de la élite financiera mundial y por sedes de gobierno como por su casa (se entrevistó en Zarzuela con el exrey Juan Carlos). Como asesor de gobiernos, maneja información privilegiada. Uno de sus grandes contratos fue con el Gobierno griego en 2011 antes de la victoria de Syriza. En Irlanda, asesoró sobre la formación de un banco malo. El exministro de Finanzas de Reino Unido, G.Osborne (dimitió tras el Breixit), está en su nómina: 749.625 euros por 48 días de trabajo al año según datos del Parlamento británico. Y contrató al ex gobernador del Banco Nacional Suizo. Es un actor político dentro y fuera de EEUU . “Siento la responsabilidad de ayudar a los gobiernos a adoptar las políticas adecuadas, a veces hablando claro y mostrando desacuerdo, pero siempre pensando en el interés de nuestros clientes” Tras la victoria de Syriza en Grecia se opuso a que Europa facilitase el crédito a Atenas: «las concesiones a Syriza tendrían consecuencias mucho más desastrosas que la salida del euro de la economía griega».

Otro modelo

«Siempre dije que no somos Wall Street. Dejamos atrás Wall Street», afirmó L. Fink. «Tenemos un modelo de negocio distinto. Si piensas que el mundo va a ser mejor dentro de 30 años, una estrategia de inversión adecuada es diversificar con un horizonte temporal a largo plazo”. Este modelo de negocio se basa en comprar un porcentaje importante de acciones de las más solventes compañías y bancos de otras naciones, sin entrar en los consejos de Administración. Una cuota parte de las ganancias se va a EEUU como tributo de sus países dominados; pero permiten a las oligarquías locales mantener el control jurídico de sus monopolios. Un dominio pactado.

No es sólo BlackRock

En julio de 2016 tras una reunión a la que asistieron la primera ejecutiva del fondo Fidelity, los presidentes de JP Morgan, BlackRock, del fondo Vanguard y el multimillonario Warren Buffet, hicieron pública un declaración: «nuestro futuro depende de estas compañías sean gestionadas eficamente para una prosperidad a largo plazo… nuestros mercados financieros están obsesionados con las predicciones de beneficios cuatrimestrales».

Trump ha anunciado su interés en derogar puntos de la “Regla DOL”, norma impulsada por el anterior gobierno, que limita a los gestores de fondos de pensiones para invertir de forma arriesgada en derivados financieros. «Tenemos que deshacernos de esto», dijo el consejero de Trump, A. Scaramucci. El modelo impuesto por el sector que representó Obama está en abierta lucha.

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